El Neoclasicismo: Arte y Literatura en la Ilustración

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El neoclasicismo es el movimiento artístico más representativo de la Ilustración. Surgió como reacción frente a los excesos del arte barroco. Para realizar sus obras, los artistas neoclásicos debían guiarse por principios y normas muy rígidas. Estos eran los principales: el arte debe someterse a los principios de la razón, los artistas no tienen que ser originales y deben imitar a los modelos clásicos grecolatinos. Para imitar a los clásicos, los artistas deben estudiar las reglas y recoger las perspectivas. Las obras de creación deben respetar los principios teóricos del buen gusto, deben resultar creíbles y verosímiles, y el arte debe educar y elevar la condición moral del público al que va dirigido. Las principales consecuencias estéticas que el clasicismo produjo en la literatura son el cumplimiento de la regla de las tres unidades del teatro, la preparación de lo cómico y lo trágico, el rechazo a la mezcla del verso con la prosa, y el desarrollo de obras didácticas y críticas.



Feijóo es Benito Jerónimo Feijóo, nacido en Oviedo aunque la mayor parte de su vida transcurrió en Oviedo. Fue fraile benedictino y catedrático de Teología. Decidió enfrentarse a los errores que las herramientas de un científico, el método experimental y la razón. Defendió el uso del castellano en lugar del latín, utilización de los mismos para expresar los contenidos de la nueva ciencia.



Jovellanos es Gaspar Melchor de Jovellanos, el primero de los más destacados ensayistas españoles del siglo de las luces. Vivió intensamente los acontecimientos políticos de la segunda mitad del siglo XVIII, los cuales recogió en sus cartas y adiós. Fue ministro y tuvo una política reformista. Su afán reformador le llevó al destierro y la cárcel. Escribió obras como 'Memoria para el arreglo de la Policía de espectáculos', 'Informe sobre la Ley Agraria' y 'Memoria sobre educación pública'.



José Cadalso nació en Cádiz y viajó por diversos países de Europa, lo que le dio una sólida formación cultural. Participó en las tertulias literarias más importantes de su época. Su pensamiento no reflejó plenamente el optimismo de la Ilustración, sino que mostró la condición humana y la decadencia de la sociedad española. Desarrolló un cierto escepticismo que manifestó a través de la crítica burlesca. Su obra más conocida es 'Cartas Marruecas', inspirada en las 'Cartas Persas' de Montesquieu, donde juzga el pasado histórico español y la sociedad del siglo XVIII. Además de ensayista, también escribió un diálogo romántico.



La poesía anacrónica no tuvo mucho desarrollo en el siglo XVIII, ya que se buscaba el didactismo, la racionalidad y la utilidad social de las artes. Sin embargo, la poesía anacreóntica sí tuvo cierta relevancia. Se trata de una poesía artificiosa escrita con versos breves y que refleja con tono frívolo el deleite de los sonidos. Los temas son los placeres de la buena mesa, la música, la danza, la belleza femenina, el amor, la amistad y la naturaleza idealizada. Cuando estos poemas incluyen elementos decorativos y cortesanos, el estilo se llama rococó. El autor que destaca en este estilo es Juan Meléndez Valdés.



En cuanto a la poesía neoclásica, la fábula es lo que mejor representa la mentalidad neoclásica en poesía. Está al servicio del afán pedagógico y satírico del siglo XVIII. Son creaciones literarias escritas en verso y protagonizadas por animales o comportamientos humanos. En realidad, son propias de todas las épocas y contienen narración, descripciones y conclusiones morales. Los fabulistas más importantes son María Samaniego y Tomás de Iriarte.



El teatro también se vio influenciado por la política de los gobiernos y los neoclásicos. No se adoptaron medidas para acabar con las últimas manifestaciones del teatro barroco, que todavía tenían un gran éxito popular debido a las comedias de capa y espada y el uso de la tramoya. Los neoclásicos denunciaron este tipo de teatro porque no se ajustaba a la norma neoclásica del buen gusto, no representaba las reglas aristotélicas de las tres unidades y no estaba al servicio de las ideas políticas, morales y educativas de la Ilustración. Los neoclásicos consiguieron que se prohibieran los autos sacramentales, marcando así la decadencia del teatro barroco.



Leandro Fernández de Moratín, considerado afrancesado debido a su apoyo al gobierno de José I Bonaparte, adoptó los preceptos del teatro clásico en sus comedias para reflejar los problemas de la sociedad de su tiempo. Sus obras se desarrollan en el ámbito familiar y doméstico, donde pueden aflorar las costumbres, los vicios y los valores más comunes de la clase media española de la época.



Con el prerromanticismo, los ideales de libertad de la Ilustración triunfaron también en la literatura. Lasarte reivindica los sentimientos que eran censurados por los neoclásicos. Surge así una literatura de temas amorosos y lacrimógenos, que absorben temas éticos, inmunitarios, el ambiente otoñal, funerario y nocturno, así como la soledad y la angustia que se respira en estas obras, anunciando el romanticismo.



La poesía ético-filosófica de la Ilustración refleja los ideales de la razón y la libertad. La poesía prerromántica le da un nuevo tratamiento a la naturaleza, que ya no se describe como un telón de fondo idealizado, sino en su condición agreste. Los temas reflejan las preocupaciones éticas y monetarias del siglo de las luces. Se abandona el verso alejandrino y en su lugar se utiliza el verso endecasílabo, incluso se mezcla el verso con la prosa.



En España, el romanticismo duró poco debido a que los escritores ilustrados asociaron a los románticos con el barroco y el Antiguo Régimen, ya que ambos movimientos coincidían en la exaltación de los sentimientos frente a la razón.



José de Espronceda fue un destacado poeta romántico español. Su obra más conocida es 'Canción del Pirata', en la que exalta la libertad y la rebeldía. También escribió una novela histórica llamada 'El Diablo Mundo' y el poema narrativo 'Estudiante de Salamanca'.



Gustavo Adolfo Bécquer, poeta y escritor sevillano, es uno de los máximos exponentes del romanticismo en España. Su obra más famosa son las 'Rimas', en las que muestra su carácter melancólico y su visión pesimista de la vida. También escribió leyendas y cuentos.



Rosalía de Castro, poeta gallega, es considerada una de las figuras más importantes de la literatura en lengua castellana. Su obra más destacada es 'En las orillas del Sar', en la que muestra su pesimismo existencial y su visión de la soledad y la angustia.



La novela histórica es una narración que se inspira en personajes y acontecimientos del pasado. Los autores románticos idealizan la forma de vivir de épocas lejanas, en las que triunfaban la lealtad y los valores que, según ellos, habían perdido en la sociedad de su tiempo. Estas narraciones están protagonizadas por héroes rebeldes y solitarios, y se desarrollan en escenarios románticos como castillos. Los protagonistas suelen tener un final trágico, involucrados en duelos y venganzas.

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