La Naturaleza del Ser Humano: Elementos, Perfectibilidad y Sistemas Éticos

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Elementos Constitutivos de la Naturaleza del Ser Humano

Racional

Que piensa.

Social

Sin el otro no vive.

Digno

Merecedor.

Libre

Puede hacer lo que quiera.

Instintivo

Porque siente.

Emocional

Porque siente.

Perfectible

Puede mejorar.

Vulnerable

Le puede pasar cualquier cosa.

Mortal

Puede morir.

Religioso

No hay cultura en el mundo que no tenga una creencia que trascienda su mundo natural personal.

Sensible y Afectivo

Capaz de emocionarse y tener sentimientos de toda índole.

Perfectibilidad del Ser Humano

El ser humano nace imperfecto y sólo en su devenir actualiza su potencialidad.

Sociabilidad del Ser Humano

Aristóteles considera que la sociedad humana es una empresa ética, en el sentido de que su finalidad es la de promover la realización del hombre.

Perfectibilidad y Humanización

La vocación de humanidad – llegar a ser el que eres – reclama una unidad de vida entre saber, querer y hacer, que se persigue incesantemente, pero rara vez se alcanza. Uno de los modos de desviarse de dicha unidad es el intento de reducirla a una de sus dimensiones, fundando además en ella el sentido de la existencia humana.

Sistemas Éticos Clásicos

Eudemonismo (Felicidad)

El fin último del ser humano es la felicidad, que no es otra cosa que alcanzar el bien supremo, el bien propio de la naturaleza humana. La felicidad consiste en vivir bien: vivir de acuerdo a lo más propio del ser humano, la razón. Por ello, la felicidad está en la contemplación o vida teórica. La contemplación se alcanza con esfuerzo, por medio del ejercicio de las virtudes morales. Sólo en la vida social el ser humano puede alcanzar el desarrollo moral y la posibilidad de alcanzar la felicidad. Todos los esfuerzos y acciones humanas se encaminan a conseguir la felicidad (eudaimonía), que es el bien propio de la naturaleza humana. El fin al que tiende el hombre es el bien; el fin y el bien coinciden. Toda acción humana está orientada a la consecución de algún bien, al cual van unidos el placer y la felicidad. Alcanzar la felicidad requiere de unas condiciones necesarias, además de la vida teorética o contemplativa: madurez, seguridad económica, libertad personal, salud.

Epicureísmo (Placer)

La felicidad – el bien - se consigue positivamente mediante el placer, pero no cualquier placer, sino los duraderos y estables que producen la ataraxia (estado de quien no teme ni a los dioses ni a la muerte). La felicidad no está en el ejercicio de la vida pública, sino en una vida retirada, libre de falsos temores.

Estoicismo (Naturaleza)

Vivir éticamente es vivir conforme con uno mismo. Es valioso lo que ayuda al ser humano a su conservación y a su plenitud de desarrollo (es lo razonable). Seguir lo razonable es la virtud. La virtud es la felicidad.

Escepticismo (La Verdad no Puede ser Conocida)

En el plano práctico, de la epojé nace la apatía (ausencia de pasiones) y la ataraxia (indiferencia, quietud, imperturbabilidad), que son los estados anímicos que pueden garantizar al sabio la felicidad. Sabio es el hombre sereno, dueño de sus propias pasiones y deseos, a los que consigue reducir, y ajeno al habitual perjuicio que tiene en los otros seres humanos las circunstancias exteriores adversas.

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