La Narrativa de Nada: Estilo, Personajes y Simbolismo en la Obra de Carmen Laforet
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Narrador y Estilo en Nada de Carmen Laforet
La mayor fuerza del relato de Nada reside en la construcción de esa aparente “nada” que conforma la vida cotidiana de Andrea, tal como ella nos la cuenta. Al estar escrita en primera persona, la narración es la del protagonista-testigo. Andrea no solo relata lo que hace, sino, más bien, lo que va observando o lo que ocurre a su alrededor. Su perspectiva es profundamente subjetiva, ya que omite ciertos detalles y selecciona aquello que le interesa de la realidad, haciendo que su visión se torne cada vez más reflexiva.
En cuanto al estilo, la prosa de Nada ha sido elogiada por su sobriedad y sencillez, en contraste con el estilo retórico de las novelas de la época. En la obra conviven abundantes reflejos del habla coloquial (fundamentalmente en los diálogos) con un lenguaje rico en recursos poéticos en los fragmentos narrativos. Se trata de un realismo impresionista donde objetos, espacios y animales adquieren un valor simbólico al impregnarse de los sentimientos de la narradora.
La prosa contiene numerosos recursos literarios que le confieren un tono poético. Abundan las sinestesias, las personificaciones, las metáforas y las comparaciones. Con el objetivo de degradar a algunos personajes que le resultan antipáticos a Andrea, Laforet utiliza la animalización. En algunos fragmentos, encontramos imitaciones de los clásicos grecolatinos que la escritora/narradora estudiaba en la universidad, como ecos a las comparaciones homéricas o la parodia del tópico del ubi sunt.
Laforet también adecua el registro lingüístico a la personalidad de cada personaje. Asimismo, es destacable la presencia del catalán en Nada, lo que demuestra la voluntad de la escritora de reflejar la realidad lingüística catalana, a pesar de los condicionamientos políticos de la época.
Personajes Clave en Nada
Figuras Femeninas
La Abuelita
Es un personaje bondadoso y fantasmal. Tuvo seis hijos, pero siente un cariño especial por Juan y Román, lo que la lleva a defenderlos y minimizar sus constantes peleas. Solo rompe su silencio y sus rezos con un arrebato de cólera ante los planes de Gloria de encerrar a Juan en un psiquiátrico.
Ena
Entre los personajes femeninos, Ena destaca por su relevancia (personaje basado en Linka Babecka, una joven polaca que Laforet conoció en su etapa universitaria). Guapa, rica e inteligente, irrumpe con fuerza en la vida de Andrea, representando un contraste y una vía de escape.
Margarita
La madre de Ena, es un personaje tan idealizado como su hija. Madre e hija representan a las protagonistas de la novela sentimental romántica. Margarita le confiesa a Andrea su atracción juvenil hacia Román y le ruega que la ayude a romper el “hechizo” que ahora sufre Ena. Esta conversación con Margarita influye profundamente en el proceso de madurez de Andrea.
Figuras Masculinas
Juan
Durante la guerra, Juan abandonó el bando republicano para unirse al nacional. Es una figura patética en su brutalidad. Intenta ganarse la vida como pintor, aunque con muy poco éxito. Juan va desapareciendo poco a poco de la narrativa, quedando reducido a un pelele ridículo, al que Gloria quiere llevar a un hospital psiquiátrico.