La Narrativa Española de Posguerra: Del Exilio al Tremendismo
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La Narrativa del Exilio y la Novela en los Años Cuarenta
La Guerra Civil supuso un profundo corte en la evolución literaria española debido a la muerte o el exilio de narradores importantes y circunstancias sociales, que no invitan a la experimentación formal y donde además destaca la censura. Así pues, los novelistas españoles de la década de los 40 tendrán que buscar un nuevo camino, lo que desarrolla múltiples tendencias novelísticas:
Narrativa en el Exilio
En la narrativa en el exilio cabe citar a autores como Ramón J. Sender, Francisco Ayala, Max Aub, Rosa Chacel y Arturo Barea, quienes reflejaron en sus obras la experiencia del exilio y las consecuencias de la Guerra Civil.
Ramón J. Sender
Su novela de preguerra se caracteriza por una estética comprometida, normalmente de denuncia social, destacando Imán y Siete domingos rojos. Pero su novela más lograda pertenece a una etapa posterior, Réquiem por un campesino español, donde narra la historia de Paco, un joven campesino que es fusilado por un grupo de nacionales durante la guerra civil. Otras obras suyas son Crónica del alba o La tesis de Nancy.
Francisco Ayala
La mayor parte de su novela es relato corto, con el que obtiene sus mejores registros. Destacan Los usurpadores o La cabeza del cordero.
Max Aub
Su obra más importante es la serie de los Campos (Campo cerrado, Campo abierto, Campo de Sangre) donde relata los hechos ocurridos durante la guerra civil y en el exilio en los campos de concentración en Francia.
Rosa Chacel
Influenciada por Ortega y Gasset, expone en ocasiones en sus novelas una concepción filosófica próxima al ensayo. Destacan: Memorias de Leticia Valle, La sinrazón, Barrio de maravillas o Acrópolis.
Arturo Barea
Su obra fundamental es La forja de un rebelde, una trilogía de carácter autobiográfico que se propone mostrar un amplio fresco sobre España desde comienzos de siglo hasta la Guerra Civil.
Tendencias Novelísticas en la España de los 40
- Novela Triunfalista: Defiende las nuevas circunstancias políticas del país y los valores tradicionales (Dios, Patria, Familia). Destaca Madrid, de corte a checa de Agustín de Foxá.
- Novela Psicológica: Se basa en el análisis del carácter y comportamiento de los personajes desde unas técnicas tradicionales. Destaca Mariona Rebull de Ignacio Agustí.
- Novela Poética: Sigue la línea de las novelas líricas de Gabriel Miró, donde lo fundamental era el trabajo técnico y formal sobre la palabra.
- Novela Simbólica: Con personajes como símbolos de ideas o conflictos, siguiendo la línea de algunas novelas de Unamuno. Destaca José Antonio Zunzunegui.
- Tremendismo: Iniciado por Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte en el año 1942. Son novelas que retratan un mundo y personajes dominados por la violencia y por la miseria. Acentúa los rasgos realistas: la ambientación sórdida, las acciones violentas, la expresión descarnada para relatar historias truculentas.
- Novela Existencial: Se inicia con Nada de Carmen Laforet, y continúa con La sombra del ciprés es alargada de Miguel Delibes y con Javier Mariño de Gonzalo Torrente Ballester. Estas novelas reflejarán la angustia existencial, la tristeza y la frustración de las vidas cotidianas.
Otros Autores y Obras Relevantes
Junto a las tendencias anteriores nos encontraremos con autores y obras inclasificables, pero que obtuvieron mucho éxito en aquellos años: José María Gironella (Los cipreses creen en Dios), y Darío Fernández Flores (Lola, espejo oscuro).
Temática y Características Técnicas
Temáticamente, estas novelas giran en torno a la amargura de las vidas cotidianas, la soledad, la inadaptación, la muerte y la frustración. Asimismo, los protagonistas serán seres marginados socialmente, angustiados y desarraigados.
Técnicamente se caracterizan por su sencillez y tradicionalidad: progresión lineal, narrador en tercera persona (mayoritariamente) y ausencia de saltos temporales.
Continuidad y Evolución
La mayoría de estos autores continúan su producción narrativa a lo largo de las siguientes décadas integrándose en los modelos narrativos de cada momento: realismo social o experimentación. Sin embargo, Carmen Laforet tras el éxito de su primera novela desaparecerá del panorama editorial. No obstante, destacan La isla y los demonios, La mujer nueva y La insolación.