La Narrativa Española de Posguerra (1940-1970): Realismo y Denuncia Social

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LA NARRATIVA ESPAÑOLA DE 1940 A 1970

La dictadura instaurada en 1939 condicionó el desarrollo cultural de las décadas sucesivas a la guerra. La literatura se convirtió en una vía de escape para unos, o un instrumento de denuncia para otros, siempre condicionado por la censura y la imposibilidad de publicar novelas extranjeras en nuestro país. Se puede decir que en esta larga etapa la tendencia dominante ha sido el realismo.

1. LA NARRATIVA DE LOS AÑOS CUARENTA

Las novelas más significativas de esta década ofrecen una visión descarnada de la realidad española, con personajes que viven situaciones de violencia, rutina sin salida, sufrimiento y aislamiento. Formalmente, se ajustan a las técnicas del realismo decimonónico, sin buscar alardes estilísticos. Se ha hablado de “realismo tradicional”.

a) Camilo José Cela (1916-2002)

Con La familia de Pascual Duarte, a modo de novela picaresca, presenta la autobiografía de un condenado a muerte. Pascual Duarte, un hombre de baja clase social y escasa cultura, trata de justificar su conducta narrando la crudeza de la vida que le ha tocado llevar. Su vida ha estado condicionada por la pobreza, la ignorancia de su entorno y la violencia, incluyendo el asesinato de su madre.

b) Miguel Delibes (1920-2010)

Con La sombra del ciprés es alargada, narra el intento desesperado y sin éxito de Pedro de escapar del pesimismo que ha dominado toda su existencia.

c) Carmen Laforet (1921-2004)

Con Nada, narra el decepcionante viaje de Andrea a Barcelona, donde reside un año en la ruinosa casa de unos familiares, escenario de múltiples enfrentamientos y violencia física.

2. LA NARRATIVA DE LOS AÑOS CINCUENTA

Surgen bastantes autores que comienzan a publicar novelas con una clara finalidad crítica y con voluntad social. No obstante, suele hacerse la siguiente distinción:

a) Realismo objetivista

La técnica objetivista que emplean consiste en eliminar la participación del narrador en la historia, quien se limitará a contar lo que ve sin hacer ningún juicio. Este recurso favorece además la reproducción del habla coloquial de los personajes, en abundantes diálogos que sirven para la caracterización de los mismos.

  • Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama
  • Ana María Matute, Los hijos muertos
  • Carmen Martín Gaite, Entre visillos
  • Ignacio Aldecoa, El fulgor y la sangre

b) Realismo social

El compromiso social de los autores que forman este grupo es bastante más profundo que los anteriores, ya que conciben la literatura como un instrumento de denuncia, por lo que se verán continuamente limitados por la censura y la falta de libertad de expresión. Se centran en la denuncia de las injusticias, como la explotación de los obreros, la miseria de las clases marginadas, la despreocupación de la burguesía, etc.

  • José Manuel Caballero Bonald, Dos días de septiembre
  • Juan Marsé, Esta cara de la luna
  • Luis Goytisolo, Las afueras

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