La Narrativa Española e Hispanoamericana del Siglo XX
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La Narrativa Desde la Guerra Civil: Panorama General
En el extenso período que va desde la inmediata posguerra a la actualidad, la narrativa presenta diversas etapas, coincidentes en algunos momentos y en ciertos aspectos con la evolución de la lírica y el drama. Se puede decir que en esta larga etapa la tendencia estética dominante ha sido el realismo, con distintas propuestas y objetivos.
Principales Orientaciones
1) Durante la Guerra Civil
En estos años se produjo una novelística caracterizada, en general, por el maniqueísmo, la actitud combativa y el ataque al bando contrario. Entre los autores republicanos se puede citar a César M. Arconada (Río Tajo), José Herrera Petere (Acero de Madrid) y Eduardo Zamacois (El Asedio de Madrid). En el bando Nacional destacan Conchita Espina (Retaguardia) y Rafael García Serrano (Eugenio o proclamación de primavera).
2) Década de los 40
Dejando atrás la guerra y la alabanza del régimen, predomina el realismo tradicional y resurge el tremendismo. Este rasgo está presente en las mejores novelas del período: Nada, de Carmen Laforet, y La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela, que se inscriben en el llamado realismo existencial. Hacia finales de la década, La Colmena, también de Cela, inaugura una nueva forma de novelar que marcará los años siguientes.
3) Década de los 50
Predomina el realismo crítico, que refleja la realidad de la época en sus dos vertientes: el neorrealismo y el realismo social, de compromiso político. Otras tendencias son la novela de la fantasía o de lo mágico y la llamada novela metafísica, que se desarrollará en los años siguientes.
4) Década de los 60 e inicios de los 70
Se produce, dentro de la línea de preocupación social y reflejo de la realidad de la época, la renovación estructural y lingüística de la narrativa. Hasta 1975, hay un auge del experimentalismo, que incorpora, en algunos casos, elementos fantásticos y paródicos.
5) De 1975 a la actualidad
Desde la transición política, al momento actual, la narrativa se caracteriza, sobre todo, por la pluralidad de tendencias, de géneros, modelos y estilos, también por la recuperación de la importancia de la historia narrada por parte de los escritores más jóvenes. En primer lugar, destaca la tendencia realista, con distintas orientaciones: el realismo psicológico, el mítico y fantástico, el realismo expresionista, el realismo crítico y social, el de la memoria evocadora y el neorrealismo costumbrista.
Narrativa desde 1975 a la Actualidad
1975 se considera como el año del comienzo de una nueva etapa narrativa en España, pues las nuevas condiciones sociales, políticas y culturales marcarán la producción literaria. Esta etapa estará marcada por la ausencia de propuestas colectivas y la diversidad de estéticas. A finales de los 60 decae el experimentalismo para recuperar la importancia de los elementos tradicionales del relato, como el argumento, y entre sus temas destacarán la intimidad, la memoria, la identidad personal y los sentimientos.
Principales Tendencias Estéticas
1) Novela experimentalista y discursiva
Centrada en el discurso y marcada por la complejidad lingüística y estructural y la variedad de estilos y contenidos. Algunas novelas son Saúl ante Samuel de J. Benet o Fragmentos de Javi Pastor.
2) Metanovela
Alcanza su madurez en los 80 y trata sobre el proceso de creación literaria. Algunas obras son Fragmentos de Apocalipsis de G. Torrente Ballester o La orilla oscura de José María Merino.
3) Novela histórica
Como Extramuros de Jesús Fernández Santos o Urraca de Lourdes Ortiz.
4) Novela erótica
Con obras como La dama del viento sur de Javier García Sánchez.
5) Novela de acción
En la que se incluye la policíaca, la de aventuras o la novela negra, con obras como El misterio de la cripta embrujada de Eduardo Mendoza.
6) Novela crónica
Son crónicas del pasado o del presente, con obras como La noche que llegué al café Gijón de Francisco Umbral.
7) Novela realista
A partir de 1975 resurge el realismo, pero con una estética renovada que incorpora elementos fantásticos, míticos y oníricos. Esta etapa manifiesta diferentes orientaciones novelísticas:
) Novela del realismo crítico y social
Que plasma el conflicto entre los personajes y el mundo y le ofrece una visión crítica. Además de obras de Delibes, Marsé y Muñoz Molina, destacan Letra muerta de J.J. Millán o Una prudente distancia de Mercedes Soriano.
) Novela de la memoria
Que presenta una gran objetividad y autobiografía que evoca el pasado, con obras como Luz de la memoria de L. Ortiz o El cuarto de atrás de C. Martín Gaite.
) Novela psicológica
Que une el recuerdo con el análisis interior de los personajes; entre sus obras destacan Lejos de Veracruz de E. Vila-Matas.
) Novela alegórica, mítica y fantástica
Que incorpora lo irracional, lo fantástico, lo soñado y lo simbólico, con obras como En el estado de J. Benet o La lluvia amarilla de J. Llamazares.
) Novela expresionista
Incluye elementos deformadores y grotescos cercanos al esperpento en obras como Amado monstruo de Javier Tomeo.
Luis Mateo Díez
Sus obras se centran en la recuperación del pasado por medio de la memoria. En la narrativa destaca su afición a la tradición oral. Sus obras presentan una visión crítica de la vida provinciana y ofrecen una realidad social en la que sobresalen la degradación o el egoísmo. El discurso se caracteriza por artificios retóricos con rasgos esperpénticos. Entre sus títulos destacan El expediente del náufrago o La ruina del cielo.
Javier Marías
Sus primeras novelas contienen materiales de los medios de comunicación y las novelas de intriga, como en Travesía del horizonte. El hombre sentimental y Todas las almas reflejan sus experiencias en Oxford, y estos elementos se mantendrán en las siguientes novelas. Sus novelas tienden a las descripciones minuciosas y a las digresiones, e incluyen extensos enunciados en los que es frecuente la intertextualidad; sus temas más frecuentes son la muerte, el paso del tiempo o la búsqueda de la verdad.
Antonio Muñoz Molina
En sus novelas se propone "salvar e inventar la memoria". En sus primeras obras se aprecian rasgos de la novela policíaca y la novela negra (Beatus ille). En El jinete polaco se reconstruye el pasado de los personajes. Con Plenilunio regresa a la novela policíaca. Su prosa se distingue por el uso de enunciados extensos, comparaciones, enumeraciones y por la continua adjetivación.
La Narrativa Hispanoamericana en el Siglo XX
El desarrollo de la narrativa hispanoamericana en el siglo XX ha estado condicionado por el modo de entender y narrar los hechos históricos y las realidades sociopolíticas y culturales.
Panorama General
Se distinguen dos grandes orientaciones: la realista y la innovadora, que llegó a su esplendor con las obras de la nueva narrativa.
A) El realismo
En los primeros treinta años del siglo prevalece el interés por la expresión de los rasgos específicos políticos y sociales: la realidad indígena, la población negra, la del mestizaje, etc. En esta etapa domina el realismo, en el cual es posible representar una realidad percibida como objetiva: el paisaje, los conflictos sociales y políticos.
B) La nueva narrativa
La ruptura con el realismo tradicional implicó un cuestionamiento del mundo percibido como real y de la idea de verosimilitud; la obra de Borges y la influencia del surrealismo fueron determinantes en esta transformación. Ya se habían escrito textos que anticipaban esta orientación: El juguete rabioso de Roberto Arlt o No todo es vigilia la de los ojos abiertos, de Macedonio Fernández. En la nueva narrativa dominan dos tendencias: una que cultiva el realismo, renovado en sus aspectos narrativos y lingüísticos, y otra que desarrolla la fantasía, cuyas manifestaciones principales son el realismo mágico y el realismo fantástico, que puede presentar la realidad como una ficción presidida por la ambigüedad y el caos.
C) Últimas tendencias
Hay un regreso al realismo, un estilo más accesible al lector, la presencia del humor y la parodia, y la preferencia por el tema del amor; aunque también existe una corriente que continúa con el experimentalismo y el antirrealismo: Respiración artificial, de Ricardo Piglia, y La mendiga de César Aira. Aunque es imposible fijar características distintivas, se pueden destacar tres líneas: la novela testimonial, que combina realidad y ficción (Hasta no verte Jesús mío) de Elena Poniatowska; La novela de Perón de Tomás Eloy Martínez; la novela histórica de Fernando del Paso; y la novela detectivesca, de Mempo Giardinelli.
Rasgos de la Nueva Narrativa
A) Rasgos temáticos
1) La fantasía
Lo irracional aparece como un ingrediente más de la realidad cotidiana. Lo maravilloso proviene de creencias populares. Esta es la línea del realismo mágico.
2) Lo fantástico
Se percibe una realidad compleja, desordenada, ambigua, que queda reflejada bien en la irrupción de lo misterioso o inexplicable en lo cotidiano, bien en elementos o mundos extraordinarios. Esta es la línea del realismo fantástico.
3) La condición humana
Se plantean los grandes problemas del ser humano en las sociedades contemporáneas, enraizados en la situación histórica, social y física de Latinoamérica. La visión es, en general, bastante pesimista: predomina el fatalismo y la desesperanza.
4) La literatura y el lenguaje
La literatura constituye uno de los temas de las ficciones; se polemiza sobre ella, y además, existe una gran preocupación por la renovación del lenguaje poético.
5) El humor
Presenta diversas expresiones: burla divertida, sátira y humor metafísico o trágico.
6) El erotismo
Forma parte de la condición humana y se relaciona con las circunstancias sociales y culturales de los personajes, aunque, en general, el amor no constituye una salida de la angustia existencial.
B) Rasgos formales
La renovación atañe a las técnicas narrativas y al lenguaje. En las primeras se advierte una complicación de la estructura: fragmentación, historias alternadas o intercaladas, alteración del desarrollo cronológico. El narrador omnisciente se combina con otras voces narrativas o con el monólogo interior, lo que conduce a la superposición y multiplicidad de puntos de vista. Hay una búsqueda de un nuevo lenguaje literario, que adquiere una importancia fundamental: destaca el empleo de la variedad lingüística local, especialmente la lengua hablada o popular.