Nacionalismo y Regionalismo en la España de la Restauración: Auge del Movimiento Obrero

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El Nacionalismo y el Regionalismo en la España de la Restauración: Auge del Movimiento Obrero

La tendencia centralizadora y unificadora de los diferentes gobiernos de la Restauración buscaba la aplicación de leyes e impuestos comunes en toda España. Frente a esta tendencia comenzaron a surgir partidos políticos que propugnaban un modelo de España autónomo, especialmente en donde existía una lengua propia o un desarrollo económico distinto.

Nacionalismo catalán

El desarrollo industrial catalán destacó porque en España seguía predominando la sociedad agraria. Esto condicionó el renacimiento cultural catalán y surgió el movimiento cultural “Renaixença” (1830) con el objetivo de recuperar la identidad catalana. En la década de 1880 este movimiento cultural dio paso a la actividad política. Debe tenerse en cuenta que los Gobiernos de la Restauración quieren imponer una estructura centralista y hay territorios donde existen organizaciones que se oponen (primero culturales y después políticas).

En Cataluña las primeras corrientes son de tipo regionalista, porque entienden a Cataluña como una “región” no como una nación. El obispo Torras y Bages o Almirall hablan de “región catalana”. Un elemento que acrecienta el sentimiento nacionalista y que favorece su evolución es desoír las peticiones por parte del Gobierno Central.

En 1891 se crea la Unió Catalanista, cuyo líder fue Prat de la Riba. En este movimiento se percibe claramente el giro al nacionalismo. Prat de la Riba le dio forma a la definición de Cataluña como nación integrada en el Estado español que se concebiría como nación de naciones. En 1892 Prat, entre otros, crea las “Bases de Manresa” que debía servir para una futura “Constitución regional catalana”. En 1901 Prat y Francesc Cambó fundan la Lliga Regionalista para participar en la política española y tener representantes en las instituciones que defendiesen los intereses del catalanismo.

Los triunfos electorales de los partidos catalanistas alarmaron al gobierno y ejército, entonces el régimen creó la Ley de Jurisdicciones en contra de aquellos partidos opuestos.

Nacionalismo vasco

La abolición del foralismo hizo que surgieran movimientos en defensa de los derechos históricos y de las leyes suprimidas. El nacionalismo vasco se basó en la singularidad de la etnia vasca y el rechazo ante costumbres extranjeras a la región.

Destaca Sabino Arana como “padre” del nacionalismo vasco, aunque inicialmente era independentista. En 1895, fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV), en Bilbao, centrándose en su implantación en Vizcaya. Además popularizó un nuevo nombre para su patria, Euskadi, una bandera propia y propuso un lema “Dios y ley antigua” para el partido. Pretendía impulsar la lengua y costumbres vascas y buscaba la pureza racial. Pero por su limitado apoyo pasó a ser nacionalista. Esto provocó el incremento de votos para el PNV y su influencia en la sociedad vasca en las primeras décadas del siglo XX. Aunque siempre prevalecía una tensión entre los nacionalistas y regionalistas.

El regionalismo gallego

A mediados del siglo XIX, intelectuales gallegos comenzaron a convertir la lengua gallega en una literaria. Esto dio lugar al Rexurdimento, destacando la poetisa Rosalía de Castro. A finales de este siglo, Galicia era una región pobre, poblada por campesinos y pescadores, además, con mucha influencia de la Iglesia y del caciquismo.

Las minorías cultas responsabilizaban de esta situación a la subordinación de los políticos. Por lo que Murguía fundó la Asociación Regionalista Gallega para intentar cambiar la situación de pobreza. Él no consideraba a Galicia una nación sino una región dentro de España y su principal deseo era la mejora de sus condiciones económicas y de paso la mejora de la calidad de vida de los gallegos.

El nacionalismo canario

En el siglo XIX, el pleito insular y la creación de Cabildos Insulares generaron un insularismo egoísta que impide el nacionalismo. Durante el último tercio del siglo XIX intentan crear una identidad nacional como el Partido Republicano Federal, pero tras caer la República Federal el partido no regresó.

Posteriormente, Secundino Delgado creó un movimiento político de ideología independentista. Considera a Canarias como una colonia ultramar de España, pero tuvo escasos resultados electorales. Y en 1924, José Cabrera Díaz, fundó el Partido Nacionalista Canario, retomando el “guanchismo”. Pero fue perseguido por el Gobierno Cubano por la presión del gobierno español.

Movimiento Obrero

En el Sexenio Revolucionario (1868-1874) se permite el asociacionismo, pero en 1874 surge la dictadura de Serrano y se suspenden las libertades. A finales de ese año surge la Restauración. El sistema de Cánovas tampoco admite organizaciones opuestas a sus principios, por lo que inicialmente se ilegaliza el movimiento obrero. En cambio, al estar el Partido Liberal en el Gobierno se abre la mano, en 1881 se aprueba una circular que permite el asociacionismo. Después en 1887 se publica un reglamento que permite todo tipo de asociaciones como la UGT (1888) y la legalización del PSOE (1879), ambos partidarios del socialismo.

Durante el Sexenio Revolucionario el anarquismo y marxismo cobraron mucha influencia en España, sobre todo la corriente anarquista y la marxista se aglutinó en torno a Madrid. Giuseppe Fanelli controlaba el anarquismo español, discípulo del ideólogo Bakunin. Creó la Federación Regional Española de la AIT. La difusión se extendió por Cataluña, Levante y Andalucía. Las características principales del anarquismo son:

  1. No aceptan el Estado porque limita su libertad.
  2. Se oponen a los sistemas liberales porque entienden que están controlados por la burguesía opresora.
  3. Luchan contra la Iglesia al pensar que adormece a la población.
  4. Como no aceptan la política sus reivindicaciones son sindicales.
  5. Asumen el uso del terrorismo como medio para destruir el Estado, por ejemplo, los atentados contra Alfonso XII y Alfonso XIII.

En Canarias el movimiento obrero es residual, existen algunas organizaciones locales en Tenerife y Las Palmas, organizados en torno a sus puertos y el sector de la construcción, por su mayor desarrollo. Se puede considerar que el inicio del movimiento obrero canario comienza tras la Primera Guerra Mundial con el desarrollo de sindicatos nacionales como UGT (socialista) y CNT (anarquista).

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