Nacionalismo Musical Español: Compositores y Evolución en los Siglos XIX y XX
Enviado por Chuletator online y clasificado en Música
Escrito el en español con un tamaño de 4,25 KB
El Nacionalismo Musical en la Segunda Mitad del Siglo XIX
La segunda mitad del siglo XIX presenció un fenómeno novedoso en el panorama musical europeo: la incorporación de generaciones musicales pertenecientes a países que, hasta entonces, habían permanecido generalmente al margen de la evolución musical. Se trata de naciones que habían vivido bajo el influjo de la música italiana. De este modo, el nacionalismo no será un caso particular del Romanticismo en determinados países.
En estas variantes musicales, el espíritu romántico está latente, pero con una marcada diversidad expresiva. La melodía sigue siendo importante, aunque cada vez con tratamientos tonales más complicados.
El Despertar del Nacionalismo Musical Español
España, saturada de ópera italiana durante el siglo XIX, tardó más que otras naciones en despertar al nacionalismo. Esto se observa claramente con figuras como Granados y Albéniz.
En el terreno operístico, las intenciones de Barbieri, Chapí y Bretón de crear una ópera nacional no pasaron de ser meros intentos; no supieron desprenderse de las influencias wagnerianas. En el ámbito de la música instrumental, se quedaron en el simple trasvase de material folclórico. Cabe destacar la música de matiz hispanizante realizada por músicos extranjeros. Solamente Manuel de Falla logró un triunfo rotundo en este sentido.
Etapas del Nacionalismo Musical Español
Podemos distinguir dos etapas principales en el nacionalismo musical español:
- Primera etapa: Representada por Isaac Albéniz y Enrique Granados.
- Segunda etapa: La de madurez, encarnada por Manuel de Falla.
Figuras Clave del Nacionalismo Musical Español
Felipe Pedrell (1841-1922)
Felipe Pedrell, con sus escritos y consejos, señaló el camino a los grandes compositores españoles. Con él, se pasa del pintoresquismo y casticismo de Barbieri al verdadero nacionalismo, que traduce a formas cultas la esencia de lo popular. Pedrell se sintió como erudito, no como compositor. Como contrapartida, se le considera el patriarca de la música española. A él se le debe el redescubrimiento de nuestro pasado musical. Escribió numerosos libros y artículos.
Isaac Albéniz (1860-1909)
Isaac Albéniz es el primer gran fruto del nacionalismo español. Fue un niño prodigio con el piano. Estudió con Pedrell, quien le convenció de que se dedicara a la composición. En 1893, se instaló en París. Su estilo pianístico entronca con el de Chopin. Su obra más apreciada es la suite Iberia, cuya gran dificultad llevó a algunos a querer quemar la partitura.
Enrique Granados (1867-1916)
Enrique Granados fue discípulo de Pedrell en composición. No triunfó en el teatro ni en la sinfonía; su éxito se debe principalmente a su obra para piano, donde desarrolló una escuela propia.
Manuel de Falla (1876-1946)
Con Manuel de Falla, la música española adquiere personalidad propia, situando nuestra escuela nacional en competición con las de las naciones más avanzadas. Consigue hacer realidad el sueño de Pedrell de una música enraizada en lo popular. Supo aprovechar los modos españoles antiguos sin caer en el atonalismo. Estudió en Madrid y se encontró con Pedrell. Una de sus obras más importantes es el ballet El sombrero de tres picos. A partir de la muerte de sus padres, se retiró, y después surgiría un estilo más severo. En 1939, se trasladó a Buenos Aires para siempre.
Joaquín Turina (1882-1949)
Joaquín Turina dejó la medicina por la música. Falla lo convenció para abandonar la línea del wagnerismo. De su obra, podemos destacar Danzas fantásticas y Oración del torero.