El Nacimiento de Alemania e Italia: Procesos de Unificación Nacional en el Siglo XIX
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La Unificación Alemana
El sentimiento nacionalista alemán se vio potenciado por la Revolución Francesa. La Confederación de Estados Alemanes estaba sometida a la influencia del reino de Prusia, en el norte, y a la presencia de Austria, en el sur, con la particularidad de que el Imperio Austrohúngaro extendía su dominio sobre un conjunto de pueblos y culturas no germánicos en los Balcanes y el norte de Italia.
Orígenes y Liderazgo Prusiano
El movimiento nacionalista alemán se planteaba dos opciones principales: edificar una Gran Alemania, que incluyera a Austria, o dirigir sus esfuerzos hacia la creación de una Pequeña Alemania, liderada por Prusia. Finalmente, el reino prusiano fue quien tomó la dirección del proceso de unificación.
En 1861, Guillermo I comenzó a reinar en Prusia, y en 1862, Otto von Bismarck accedió a la cancillería, convirtiéndose en el gran forjador de la unión alemana.
La Estrategia de Bismarck: Guerra y Diplomacia
Prusia estaba muy desarrollada económicamente y, desde 1834, había establecido una unión aduanera con los estados alemanes del norte, conocida como Zollverein. Además, disponía del mejor ejército de Europa. La estrategia de Bismarck se basó en una serie de conflictos bélicos que, con la victoria prusiana, allanaron el camino hacia la unidad alemana:
- Guerra de los Ducados (1864): Contra Dinamarca.
- Guerra Austro-Prusiana (1866): Contra Austria.
- Guerra Franco-Prusiana (1870-1871): Contra Francia.
La Guerra de los Ducados y la Derrota Austriaca
La población de los ducados de Schleswig y Holstein era partidaria de la anexión a la Confederación Germánica. Prusia, conjuntamente con Austria, declaró la guerra a Dinamarca y, en 1864, ambas potencias se repartieron estos territorios del norte.
En 1866, se produjo una grave tensión entre Austria y Prusia a causa de los problemas surgidos por la administración de los mencionados ducados. Tras la Guerra Austro-Prusiana, los austriacos fueron vencidos, y la gran potencia prusiana pasó a controlar toda la Alemania del norte, demostrando su superioridad política y militar sobre Austria.
Consolidación del Norte y la Guerra Franco-Prusiana
Un tratado suscrito en 1867 por Prusia y 21 estados alemanes formó la Confederación de la Alemania del Norte. Una constitución inspirada por Bismarck establecía dos cámaras: un Consejo (Bundesrat) y un Parlamento (Reichstag). Solo quedaba incorporar los estados alemanes del sur, para lo cual fue necesaria la excusa de un enfrentamiento con la Francia imperial de Napoleón III.
Proclamación del Imperio Alemán
El ejército francés fue derrotado en la Guerra Franco-Prusiana. Fue en el Palacio de Versalles donde el Imperio Alemán quedó proclamado en 1871. Los estados alemanes del sur entraron en la Confederación Germánica y todos aceptaron la proclamación de Guillermo I como emperador del Segundo Reich (en alusión al Sacro Imperio Romano Germánico, aunque sin ser su continuación directa).
La Unificación Italiana: El Risorgimento
El Risorgimento es el proceso de afirmación cultural y política que condujo a la unificación y a la creación de un nuevo estado liberal en Italia. La unificación italiana se llevó a cabo entre 1859 y 1870, en los mismos años en que se edificaba la nueva nación alemana.
Visiones de la Unidad Italiana
Los italianos eran partidarios de la unificación, pero no estaban de acuerdo con el tipo de unidad. Los sectores más conservadores pensaban en una federación de estados presidida por el papado. Las clases populares, junto con los patriotas, eran partidarios de una república democrática.
El Liderazgo de Piamonte-Cerdeña
Fue necesario un reino que se pusiera al frente del proceso de unificación, ya que necesitaban apoyos internacionales para enfrentarse al poder austriaco. El motor de la unidad fue el reino de Piamonte-Cerdeña.
Víctor Manuel II, rey de Piamonte-Cerdeña, y su primer ministro, Camilo Benso, conde de Cavour, dirigieron el proceso. El reino de Piamonte-Cerdeña era una monarquía constitucional y el único estado italiano que mantuvo instituciones liberales.
La Unificación del Norte de Italia
El Segundo Imperio Francés proporcionó un importante apoyo diplomático a la política piamontesa. Los levantamientos contra el dominio austriaco en Milán y Florencia ayudaron a que tropas piamontesas y francesas derrotaran al ejército austriaco.
Como resultado, Milán y Lombardía fueron incorporados al reino de Piamonte. Posteriormente, Módena, Parma y Toscana derribaron sus regímenes absolutistas y votaron su anexión a Piamonte-Cerdeña. De esta manera, la Italia del norte quedaba unida bajo la dirección de la monarquía de Víctor Manuel II.
La Incorporación del Sur y la Cuestión Romana
El paso siguiente fue la incorporación del sur de la península y Sicilia. Giuseppe Garibaldi tomó Nápoles en 1860, y el Reino de las Dos Sicilias se unió a Piamonte. Un Parlamento proclamó rey de Italia a Víctor Manuel II.
Más tarde, Venecia se incorporó a Italia. Finalmente, en 1870, el ejército italiano ocupó la Roma papal y estableció allí la capital del reino de Italia. El Papa Pío IX se negó a aceptar los hechos, se declaró prisionero y excomulgó a Víctor Manuel II. Así comenzaba un conflicto entre el Vaticano y el nuevo estado italiano que no se solucionaría hasta 1929 con los Pactos de Letrán.