Música de Trovadores y Troveros: Características y Diferencias
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Características de la Música de Trovadores y Troveros
Trovadores y troveros forman dos escuelas diferentes. ¿Se pueden resumir algunas características comunes? No es fácil la respuesta: las diferencias son suficientes para considerarlas por separado. No obstante, algunos aspectos generales permiten establecer ciertas características musicales comunes:
- Las formas son, casi siempre, estróficas.
- El estilo predominante es el silábico, con algunos melismas breves, situados, principalmente, sobre la penúltima sílaba de un verso.
- El ámbito es reducido (rara vez es mayor de una novena).
- Predominan los grados conjuntos.
- El fundamento del estilo melódico se encuentra en el canto llano.
- La mayor parte de las piezas siguen los modos eclesiásticos, sobre todo el I y el VII; en muchos casos no puede establecerse un modo concreto, la ambigüedad modal es frecuente.
- Salvo en algunos manuscritos tardíos, la notación no indica el ritmo. No existe unanimidad entre los estudiosos de este repertorio sobre las características rítmicas: algunos opinan que las melodías se cantaban con un estilo libre; otros, mantienen que cada nota o sílaba debía poseer una duración aproximadamente igual; para otros, se cantaban según la métrica del texto, con notas largas y breves, correspondientes a las sílabas acentuadas o no, respectivamente. Quizá las canciones de danza fuesen cantadas según la métrica y, por el contrario, otros géneros tuviesen un carácter más libre.
Trovadores
El periodo culminante de la actividad de los trovadores comprende de 1140 a 1220. La producción poética conservada es extensa: unos 2600 poemas de más de 450 autores; solo se han conservado unas 275 melodías de 42 autores.
Troveros
Los troveros tuvieron su periodo de apogeo desde el último tercio del siglo XII hasta finales del XIII. Unos 2400 poemas y unas 1700 melodías constituyen su legado. Este debe ser estudiado en profundidad: hasta ahora las conclusiones sobre el estilo se basan en estudios parciales. Los troveros produjeron algunas obras teatrales con música, la más famosa es el Jeu de Robin et Marion (ca. 1284), de Adam de la Halle (ca. 1240-ca. 1288), el primer compositor-poeta en lengua vernácula cuyas obras fueron recopiladas en un manuscrito dedicado en exclusiva, lo que demuestra la alta consideración de que gozó.
Diferencias Estilísticas
En general, las melodías de los troveros poseen frases cortas, claramente delineadas, con un perfil melódico bien definido. Las estructuras melódicas son más repetitivas –posible influencia de los cantares de gesta– y continuas; predomina el carácter silábico y la preferencia por los estribillos.
Por su parte, las de los trovadores son menos fragmentadas, suelen sugerir un tratamiento rítmico más libre y declamatorio que las de los troveros.