Música en el Romanticismo: Piano, Lied, Orquesta y Formas Musicales
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La Música de Piano en el Romanticismo
El piano se erigió como el instrumento predilecto de los compositores románticos y de muchos melómanos de la época. La burguesía accedía en gran medida a la práctica y los conocimientos musicales. Era frecuente que en los hogares de familias con cierta cultura hubiese un piano, símbolo de elegancia y poder. Los familiares solían reunirse para interpretar música o celebrar tertulias en torno a él. Por ser un instrumento armónico, tenía la posibilidad de tocar varias notas a la vez, lo que le permitía interpretar reducciones de obras de orquesta, coro o cámara. Muy pronto, por sus cualidades sonoras y técnicas, los románticos vieron en el piano un medio de comunicación ideal para expresar sus pasiones y sentimientos a través de la música.
A lo largo del Romanticismo coexistieron dos tendencias:
- Virtuosismo: Esta tendencia en la interpretación pianística buscaba explotar al máximo las posibilidades técnicas del instrumento. Se componían obras de larga duración que buscaban, ante todo, el lucimiento del artista, desarrollando plenamente el colorido sonoro del instrumento. Generalmente eran piezas de difícil ejecución. Algunas de estas formas son:
- Estudios: Piezas para desarrollar una determinada técnica.
- Sonatas: Mucho más libres formalmente que las del Clasicismo.
- Variaciones: En las que la improvisación jugaba un papel protagonista.
- Lirismo: Los compositores no buscaban la complejidad, sino expresar estados de ánimo o sensaciones en obras muy poéticas. Obras cortas y, en apariencia, sencillas de ejecución transmitían el verdadero carácter romántico de la época. Destacan F. Chopin o R. Schumann, que crearon piezas que se denominaron "momentos musicales", "escenas de niños", "veladas", etc.
Algunos compositores, promovidos por el espíritu nacionalista, realizaron obras en las que recurrían a danzas populares de sus territorios, como los valses, las polonesas o las mazurcas.
El Lied Romántico
El lied, un género menor de poca duración, se convirtió en una de las principales formas vocales de la música romántica, ya que normalmente era compuesto para el disfrute de veladas musicales íntimas. "Lied" es una denominación alemana que significa "canción". Es una forma breve escrita para voz y piano sobre un texto poético ya existente. Su principal característica es la fusión entre el texto y la música. Era muy apreciado por el público porque en los conciertos creaba una atmósfera íntima, propiciada por la belleza y expresividad de sus melodías. El piano se ponía al servicio de la melodía del cantante.
Existen varios tipos, siendo el más frecuente el estrófico (repite la misma música en todas las estrofas: A-A-A). También es común la forma bipartita, con dos secciones que se van repitiendo (A-A-B-B), y la tripartita, en la que la tercera parte era repetición de la primera (A-B-A). Los compositores más destacados fueron F. Schubert, quien realizó más de 600 lieder, entre ellos "La bella molinera", "El viaje de invierno" y "La muerte y la doncella". Más tarde, Hugo Wolf o Gustav Mahler también destacaron en este género.
La Música de Cámara en el Siglo XIX
En el Romanticismo, la música de cámara alcanzó su máximo desarrollo, debido en gran parte a que se hizo accesible a la burguesía y a la constante demanda de obras para interpretar en familia o entre amigos. A lo largo del siglo XIX, la mayoría de los compositores escribió obras de cámara, desde dúos y tríos hasta nonetos. No se olvida el cuarteto de cuerda típico del Clasicismo (dos violines, una viola y un violonchelo), que siguió ocupando un lugar destacado en esta época. Muchas de estas obras eran sencillas, y así las podía interpretar un grupo de aficionados en las reuniones íntimas que realizaban en sus propias casas.
La Orquesta en el Romanticismo
La orquesta del siglo XIX se convirtió en la gran protagonista de la época. Casi todos los compositores escribieron obras musicales para este tipo de formación. La orquesta romántica, denominada también "orquesta sinfónica", estaba integrada por un número de intérpretes que solía oscilar entre los 60 y 75 instrumentos de las tres familias. No es extraño encontrar a finales de siglo obras que requerían 100 o más músicos. El drama wagneriano, por ejemplo, requería una orquesta de 176 músicos. Los mecanismos técnicos de los instrumentos de viento se perfeccionaron, y los compositores comenzaron a considerarlos tan importantes como los de cuerda. Debido a la constante demanda de conciertos públicos, el número de orquestas se multiplicó por toda Europa, hasta el punto de que las grandes ciudades contaban con varias orquestas sinfónicas que realizaban giras por todo el continente.
Las tres grandes formas de orquesta que se van a dar en el Romanticismo fueron la sinfonía, el concierto para solista y la música programática.
Estructura de la Orquesta
A continuación, se muestra un esquema típico de la distribución de instrumentos en una orquesta sinfónica:
- Cuerdas: Violines I, Violines II, Violas, Violonchelos, Contrabajos, Arpa
- Vientos Madera: Flautas, Oboes, Corno Inglés, Clarinetes, Fagotes, Contrafagot
- Vientos Metal: Trompas, Trompetas, Trombones
- Percusión: Timbales, Percusión variada
La Sinfonía Romántica
Durante el siglo XIX, la sinfonía siguió cultivándose, y todos los grandes autores compusieron numerosas sinfonías en este periodo. Los compositores se fueron liberando de los esquemas formales clásicos, explotando con gran efectividad la riqueza técnica de los instrumentos. Las sinfonías se hicieron cada vez más largas y complejas, aspirando a conseguir el máximo rendimiento de los recursos tímbricos de las grandes orquestas sinfónicas de la época. Beethoven creó sus últimas sinfonías, en las que deja ver un gran espíritu romántico. La sinfonía más representativa de este periodo es la "Novena Sinfonía", en la que se introduce en su cuarto movimiento un coro completo.
Concierto para Solista y Orquesta
El Romanticismo es un periodo muy fructífero para este género. Se compusieron numerosos conciertos para solista y orquesta, donde el solista podía ser cualquier instrumento. Se conservan conciertos para clarinete, oboe, etc. Los instrumentos más destacados, y para los que más música de este tipo se compuso, fueron el violín y el piano.
Concierto para Piano y Orquesta
Los conciertos de piano destacan por los extraordinarios momentos de lucimiento que se esperaban de la parte solista. Era el preferido de los compositores románticos, ya que era capaz de unir en una sola forma la riqueza tímbrica de la orquesta, el virtuosismo del instrumento solista, el carácter íntimo y expresivo del piano y las grandes posibilidades técnicas de un instrumento polifónico como el piano. Beethoven es un ejemplo destacado.
Concierto para Violín y Orquesta
Aunque menos numerosos que los de piano, los conciertos para violín y orquesta también ocuparon un lugar destacado. A partir de la revolución técnica del violín, las exigencias del virtuosismo del instrumento se multiplicaron. Las obras para violín exigían un gran lirismo en la interpretación de sus melodías, además de una virtuosa técnica instrumental. Destacan Beethoven y N. Paganini.
Música Programática
La búsqueda de músicas más libres, más abiertas y, en definitiva, más adecuadas para la expresión romántica dará lugar al desarrollo de la música programática, que ya no se construye a partir de criterios formales, sino de criterios extramusicales. El hecho de utilizar la música como lenguaje descriptivo no es una novedad. Sin embargo, es ahora cuando surge como género nuevo capaz de materializar ese poder de la música.
La Sinfonía Programática
Es una sinfonía que, en lugar de basarse en una estructura formal, se desarrolla en torno a la descripción de un programa o argumento, generalmente de carácter literario. El creador fue H. Berlioz con su obra "Episodios de la vida de un artista (Sinfonía fantástica)", en la que narra su amor no correspondido hacia una actriz inglesa, a la que convierte en música. Es una obra de larga duración, y normalmente el autor introduce el texto al principio de la obra, que sirve de guía de la misma.
El Poema Sinfónico
es una composición de un solo movimiento basada en elementos poeticos o descriptivos el creador fue f. Liszt que en su obra preludios describe unos poemas de Lamartine este nuevo género de música será cultivado por compositores románticos y en especial nacionalistas