Murillo y la Evolución de la Iconografía Religiosa en el Siglo XVII

Enviado por silvia y clasificado en Lengua y literatura

Escrito el en español con un tamaño de 3,44 KB

Transformaciones Iconográficas en el Arte de Murillo

Este documento explora las significativas transformaciones iconográficas que se produjeron en el arte religioso durante el siglo XVII, con un enfoque particular en la obra de Bartolomé Esteban Murillo y su impacto en la representación de figuras y devociones clave.

Jesús como Niño

Cada vez se reza más al Niño Jesús, y sus representaciones presentan varias peculiaridades. Murillo lo pinta como un pastor y, a diferencia de las representaciones anteriores donde solía aparecer desnudo, lo viste. A partir del siglo XVII, se le viste porque ya no se le consideraba casto y puro en su desnudez.

La Sagrada Familia

Antes del siglo XVII, la Sagrada Familia estaba presente en el arte, pero no como objeto de culto o figuras aisladas; aparecía siempre dentro de temas bíblicos (como la Huida a Egipto o la Epifanía). Sin embargo, poco a poco, los villancicos y las fiestas navideñas populares le otorgan mayor protagonismo. Otros artistas sevillanos, como Juan de Roelas, también abordaron esta temática, pero sin alcanzar la emotividad y cercanía que logra Murillo.

El Eros Místico

Cada vez está más presente el tipo de relación amatoria en las visiones y en los rezos. Se logra humanizar lo divino, alejándose de la imagen de Jehová, el dios terrible de los judíos que todavía estaba algo presente desde la Edad Media. Murillo es capaz, en obras como Cristo y San Francisco, de representar un abrazo que simboliza esta cercanía.

Nuevas Iconografías de Viejas Devociones Marianas

A continuación, se aborda la evolución en la representación de la Virgen María y las devociones marianas, a quien se le rezaba de múltiples formas.

La Virgen y el Niño

Se representaba a la Virgen como una mujer joven y pura, casi como una niña. Además, se enfatiza su castidad, no permitiéndose la representación prerreformista de la Virgen de la Leche o Galactotrofusa.

La Anunciación

Otra de las viejas devociones es la forma de representar la Anunciación, un tema muy presente en la historia del arte y en la fe católica. Con Murillo, esta representación se transforma en una cercanía palpable entre el ángel y la Virgen, quienes establecen una relación más íntima. Se introduce el concepto de proxémica, la relación espacial y distinta entre las figuras del cuadro, que en otras obras estaba hipercodificada. El ángel se acerca, pareciendo incluso tocar a la Virgen.

La Purísima o Inmaculada Concepción

En 1662, el Papa Alejandro VII bendice la concepción de la Purísima. Los sevillanos seguirán esta fe, aunque la iconografía ya existía. En la obra de El Greco, se observa cómo se solía representar a lo largo del Renacimiento, asociándose con motivos iconográficos concretos como el lirio, la rosa, la palma, la fuente y el templo. Estos motivos eran representaciones metafóricas y nemotécnicas.

En Murillo, por ejemplo, en la Inmaculada Concepción del Escorial, la idea de pureza se reduce a símbolos pictóricos, no a motivos concretos. Si la Virgen se presenta como niña, se acentúa su pureza; la luz, lo etéreo y vaporoso, y una paleta fría, remiten al mismo sentido, cambiando la iconografía de una vieja devoción. Ribera puede considerarse un antecedente de las Inmaculadas de Murillo, como la conocida como Inmaculada de los Franciscanos.

Entradas relacionadas: