El Movimiento Obrero y las Internacionales: De los Sindicatos Católicos a la Gran Guerra
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El Surgimiento del Movimiento Obrero y los Sindicatos Católicos
A finales de siglo, el papa León XIII publicó la encíclica Rerum Novarum (1891), donde criticaba la explotación de los obreros y sugería la creación de sindicatos de corte católico. Estos sindicatos fueron muy minoritarios porque los obreros asociaban la Iglesia con la burguesía en el poder y consideraban que estas asociaciones estaban manipuladas y dirigidas por el poder burgués.
La Primera Internacional (AIT): Marx, Bakunin y la Comuna de París
En 1864, aprovechando la celebración de una exposición universal en Londres, tuvo lugar en aquella ciudad un encuentro de delegados de organizaciones obreras del que surgió el acuerdo de fundar la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), conocida también como la Primera Internacional. Entre sus fundadores figuraba Karl Marx.
Las discrepancias ideológicas entre Marx y Bakunin contribuyeron a dividir la AIT en dos corrientes diametralmente opuestas. Ambas perseguían lo mismo: una sociedad igualitaria a través de una revolución que destruyese el Estado burgués, pero les diferenciaba el método para su consecución. Marx estimaba que el proletariado debería organizarse en un partido obrero para dirigir la revolución y conquistar el Estado. Bakunin, por el contrario, rechazaba la formación de partidos obreros y se mostraba partidario de una revolución inmediata contra el Estado para crear una sociedad organizada en comunas.
La Comuna de París: Un Hito Obrero
La Comuna de París constituyó la primera experiencia de un gobierno obrero, influido, en este caso, por internacionalistas, anarquistas y proudhonianos. Constituida en París en el marco de la derrota de Francia en la Guerra Franco-Prusiana, durante su breve gestión (marzo-mayo de 1871), adoptó medidas avanzadas y radicales en la ciudad, en oposición al gobierno francés recién constituido tras el hundimiento del Segundo Imperio de Napoleón III.
Sus días estaban contados. A finales de mayo, el gobierno francés lanzó un ejército contra la capital. Los comuneros respondieron incendiando varios grandes edificios, entre ellos el del Ayuntamiento, y fusilando a los rehenes que tenían en su poder. El ejército se impuso y aplicó una dura represión: en el acto fueron fusiladas unas 20.000 personas y, más tarde, los tribunales juzgaron a unos 40.000 insurrectos.
Sin embargo, la polémica Marx-Bakunin fue la que acabó con la Internacional. La ruptura entre los dos sectores tuvo lugar en el Congreso de La Haya (1872), donde los bakuninistas fueron expulsados al no aceptar la estrategia de la formación de partidos obreros nacionales. La AIT, ya muy debilitada, decidió trasladar su sede a Nueva York y, en 1876, en el Congreso de Filadelfia, acordó su disolución.
El Auge de los Partidos Socialistas Nacionales y la Evolución del Anarquismo
La propuesta de Marx de fundar partidos socialistas obreros para que intervinieran en la política nacional prosperó. Así, tras el fin de la Primera Internacional, el movimiento obrero en Europa se caracterizó por la aparición de partidos políticos y sindicatos de orientación marxista.
- En Alemania, en 1875, se creó el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD).
- En 1879, un grupo de marxistas españoles, dirigidos por Pablo Iglesias, fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
- Por esos años se crearon el Partido Obrero Francés, el Partido Socialdemócrata Holandés y otros similares en Bélgica, Austria, Suecia.
- A finales de siglo se fundó el Partido Socialdemócrata Ruso, que pronto se dividiría en dos secciones: bolcheviques y mencheviques.
- En Gran Bretaña, el laborismo es la denominación del socialismo; así, en 1906 se creó el Partido Laborista bajo el impulso del sindicalismo británico, las Trade Unions.
Si bien los partidos socialistas crecían, los sindicatos lo hacían aún más. En 1888, dirigentes socialistas españoles crearon la Unión General de Trabajadores (UGT); poco después, los socialistas franceses e italianos fundaron sus propios sindicatos.
En cuanto a la evolución del anarquismo, este siguió la práctica de los atentados terroristas contra las autoridades políticas.
En España, en 1911, se fundó la poderosa Confederación Nacional del Trabajo (CNT), organización sindical anarcosindicalista que surgió como alternativa radical a la UGT.
La Segunda Internacional: Debates y Ruptura
Tras varias tentativas por reconstruir la AIT, en 1889, en París, durante los actos conmemorativos del centenario de la Revolución Francesa, en un congreso donde se dieron cita representantes de distintos partidos socialistas, se decidió fundar la Segunda Internacional. En él se acordó realizar una campaña a favor de la jornada laboral de ocho horas, para lo cual se organizarían manifestaciones el día 1 de mayo (la primera tuvo lugar en 1890).
Los congresos de la Internacional se convirtieron en foros de debate de cuestiones de plena actualidad. Una de ellas fue la crisis revisionista, planteada por el alemán Eduard Bernstein, quien defendía posturas contrarias a las teorías de Marx.
El revisionismo, en definitiva, estaba contribuyendo a dividir al socialismo entre revolucionarios y reformistas.
Otro tema de debate fue el colonialismo, que se veía como una necesidad para la pervivencia del capitalismo, con la consiguiente explotación de los habitantes de las colonias.
También hubo un intento de oposición a la guerra europea, que se adivinaba desde 1900. A pesar de los acuerdos y las declaraciones solemnes, en agosto de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial. Los partidos socialistas olvidaron sus postulados pacíficos y decidieron votar los créditos de guerra y ponerse del lado de sus respectivos gobiernos. Tal hecho terminó provocando la ruptura de la Segunda Internacional.