El Movimiento Obrero en España durante la Industrialización
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Crecimiento del Proletariado Industrial
Durante el siglo XIX, el proletariado industrial creció considerablemente, concentrándose en las zonas industriales. Barcelona se convirtió en el núcleo del obrerismo, con una gran cantidad de obreros, especialmente en la industria textil. La zona de Bilbao también fue importante para la minería y la siderurgia, al igual que Asturias con varios enclaves metalúrgicos y mineros. La vida al principio de la industrialización fue muy dura.
Formación de Organizaciones Obreras
En España, la formación de organizaciones obreras fue tardía en comparación con otros países. Las primeras protestas obreras aparecieron en 1835. En la primera parte del siglo XIX, se produjeron conflictos entre patrones y obreros, una serie de huelgas, el incendio de algunas fábricas en Barcelona y la huelga de las cigarreras de A Coruña. Hasta el Sexenio Democrático, las reivindicaciones obreras se vinculaban a los partidos republicanos. La llegada de la influencia de la Primera Internacional impulsó al Movimiento Obrero hacia una ideología exclusivamente obrera y revolucionaria.
La Primera Internacional en España
En la fundación de la Primera Internacional en 1864, no hubo presencia española. Sin embargo, existían organizaciones clandestinas de obreros que en 1868 lograron enviar un representante al Congreso de la Internacional. En ese mismo año, el gobierno provisional revolucionario decretó la libertad de asociación, ampliada posteriormente en la Constitución de 1869. La respuesta no tardó en llegar y surgieron las asociaciones obreras.
Tendencias dentro de la Primera Internacional
En esa época llegaron a España las ideas de la Primera Internacional, divididas en dos tendencias:
- Anarquistas: Partidarios de la no participación de los trabajadores en la lucha política, de la supresión del Estado (sustituido por la unión universal de asociaciones libres) y de la lucha revolucionaria. Sus ideas fueron introducidas en España por Fanelli.
- Marxistas: Partidarios de la participación de los trabajadores en la lucha política, de conquistar el Estado e imponer la dictadura del proletariado. La corriente marxista fue introducida en 1871.
Fanelli creó en Madrid y Barcelona los primeros núcleos de afiliados a la Primera Internacional. Los primeros afiliados españoles pensaron que el programa de la Alianza era el anarquista, lo que ayudó a la expansión y arraigo de estas ideas entre el proletariado y los campesinos. La difusión de las teorías marxistas llegó de la mano del yerno de Marx, quien impulsó al grupo de internacionalistas madrileños más favorables a las posiciones marxistas que a las bakuninistas. Desde el primer momento, surgieron diferencias entre la corriente anarquista y los marxistas.
El Congreso de Barcelona y la FRE
En el Congreso de Barcelona, se fundó la Federación Regional Española (FRE) de la AIT. Triunfaron las tesis anarquistas, con el recurso a la huelga como medio de acción y el carácter apolítico del movimiento. Se recomendó a las asociaciones obreras que se abstuviesen de participar en agrupaciones que tuviesen como objetivo la transformación de la sociedad por medio de reformas políticas. La FRE llegó a tener un máximo de 40.000 afiliados. Sin embargo, el gobierno prohibió en 1872 las asociaciones obreras, declarando inconstitucional a la Internacional. Se multiplicaron las detenciones, las prohibiciones y los altercados, generando una psicosis de terror entre la burguesía española.
El Congreso de Córdoba y la División
En el Congreso de Córdoba de 1873, volvieron a triunfar las tesis anarquistas. Sin embargo, la Federación Madrileña se decantó por el marxismo y fue expulsada de la FRE, creando una Nueva Federación Madrileña.
La Primera República y el Movimiento Obrero
Los obreros aceptaron la Primera República como el último baluarte de la burguesía. Se difundió la abstención del voto, notoria en los focos obreros e industriales, así como en las ciudades con enfrentamientos entre el ejército y los obreros. De forma intermitente, los obreros participaron en el movimiento cantonalista. El golpe de Pavía significó la disolución de la Primera Internacional pocos días después.
La Restauración y el Desarrollo del Movimiento Obrero
Durante la Restauración, el movimiento obrero tuvo un gran desarrollo a pesar del duro golpe recibido, quedando fuera de la política hasta 1890 con la llegada del sufragio universal.
El Anarquismo
El anarquismo fue la ideología dominante, siendo España el país con mayor implantación anarquista. En 1881, fundaron la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), que rechazaba la política parlamentaria. Los anarquistas tenían gran implantación en Cataluña y entre los jornaleros andaluces. Aumentaron su actividad sindical, siendo duramente reprimidos en Andalucía. En Barcelona, algunos anarquistas justificaron la violencia y el atentado como únicos medios de lucha contra la burguesía, junto con la propaganda mediante publicaciones y conferencias. En estos años, se sucedieron los atentados anarquistas, que provocaron una durísima represión con ejecuciones y encarcelamientos indiscriminados. El momento clave de esta represión fueron los procesos de Montjuïc. Gran parte de los anarquistas consideraban la revolución un objetivo a medio plazo, priorizando la fundación de organizaciones sindicales. El primer sindicato anarquista fue Solidaridad Obrera, pero la organización más importante fue la CNT, fundada en 1910. Defendían la independencia de la burguesía y las instituciones, y la derrota de la clase capitalista para la emancipación de la clase obrera. Sus métodos fueron la huelga, el boicot, el sabotaje y, sobre todo, la huelga general.
El Marxismo y el Socialismo
Los marxistas se adhirieron a la Segunda Internacional. El pequeño grupo marxista existente en Madrid desde el Sexenio, dirigido por Pablo Iglesias, evolucionó hasta la formación del PSOE en 1879. En 1888, surgió la UGT, sindicato del partido. En 1890, con el sufragio universal masculino, el PSOE inició su actividad electoral. En el siglo XX, el socialismo mantuvo una línea moderada hasta 1920. En 1921, una escisión del PSOE dio lugar al Partido Comunista de España (PCE), formado por seguidores de las tesis bolcheviques y la Tercera Internacional.
El Reformismo Social
Hacia 1880, algunos sectores del liberalismo comenzaron a desarrollar un incipiente reformismo social. En 1878, se aprobaron leyes de regulación de trabajos peligrosos para niños, la creación de asilos para eivados de trabajo y la construcción de barrios para obreros. Pero estos hechos no vieron la luz hasta las primeras décadas del siglo XX.
El Movimiento Obrero en Galicia
En Galicia, el movimiento obrero estuvo condicionado por la escasa industrialización. Sus inicios se remontan a acciones de tipo "ludista". En los años 40, surgieron las primeras asociaciones gallegas de socorros mutuos (A Coruña, 1841). Las ideas de la Primera Internacional penetraron en 1871, constituyéndose secciones en las principales ciudades gallegas, siendo la primera la de Ferrol. La última década del siglo XIX fue especialmente activa con las conmemoraciones del 1 de mayo, donde se pedían la jornada de ocho horas y la supresión del trabajo nocturno y las horas extras. A Coruña era el centro del anarquismo (con cierto eco en Santiago), mientras que Ferrol y Vigo eran mayoritariamente socialistas.