La Motivación Académica: Fundamentos, Componentes y su Impacto en el Aprendizaje
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La Motivación Académica: Conceptos Fundamentales y Componentes Clave
La utilización abusiva del concepto de motivación para explicar muchos de los problemas del sistema educativo entraña riesgos que impiden identificar el origen real de las dificultades y ofrecer soluciones adecuadas. Debido a la complejidad y al carácter multidimensional de la motivación académica, es preciso definirla y comprender cuáles son sus componentes.
Podemos definir la motivación, en términos clásicos, como un conjunto de procesos implicados en la activación, dirección y persistencia de la conducta. Los principales indicadores de la motivación son:
- El nivel de activación.
- La elección entre un conjunto de posibilidades de acción.
- La atención y perseverancia en una tarea o actividad.
Beltrán señala que existen diferentes perfiles de estudiantes: algunos se entusiasman fácilmente pero ceden con rapidez; otros persisten, aunque a veces de forma equivocada; y finalmente, hay quienes se entusiasman, persisten y avanzan en la dirección adecuada.
Componentes Clave de la Motivación Académica
La motivación se estructura en torno a tres componentes principales:
- El componente de valor: Se relaciona con los motivos, propósitos, intenciones o razones para implicarse en una actividad.
- El componente de expectativa: Engloba las percepciones y creencias individuales sobre la capacidad para realizar una tarea. Esto incluye tanto las autopercepciones como las creencias sobre uno mismo referidas a la capacidad y competencia necesarias para llevar a cabo una tarea.
- El componente afectivo: Se refiere a las reacciones emocionales y sentimientos asociados a la tarea.
Interconexión entre Procesos Motivacionales y Emocionales
Según Abascal, los procesos motivacionales y emocionales comparten varios aspectos fundamentales:
- La consecución de metas genera emociones positivas, lo que tiende a motivar a las personas a buscar dichas metas y a evitar aquellas que producen emociones negativas.
- Ambos son procesos funcionales que permiten adaptarse y responder eficazmente al ambiente.
- Ambos tienen una estrecha relación con otros procesos psicológicos, como la atención, la memoria, la percepción y el aprendizaje.
El Componente de Valor en la Motivación
La teoría de la motivación del logro de Atkinson planteaba que las expectativas o probabilidades de éxito y el valor del incentivo eran dos determinantes importantes de la motivación de logro. Atkinson definió el valor del incentivo como el atractivo de alcanzar el éxito en una tarea.
Posteriormente, Feather amplió esta definición, describiendo los valores que emergen de las reglas sociales como las creencias centrales sobre lo que el individuo debería o no hacer. Los sujetos con distintos valores considerarán las metas como más o menos atractivas, de forma que la motivación se basaría en sus valores.
Eccles y sus colegas (Adler, Goff, Meece) distinguieron cuatro aspectos que configuran el valor de las tareas:
- El valor del logro: Es la importancia que se le da a hacer bien una tarea.
- El interés o valor intrínseco: Se refiere a la satisfacción que obtienen los individuos de su actuación o del desarrollo de una actividad.
- El valor de la utilidad: Es la forma en que la tarea se relaciona con metas futuras.
- El valor de coste: Incluye los estados emocionales negativos y los esfuerzos necesarios que los estudiantes están dispuestos a invertir para triunfar en una tarea.
El Componente Afectivo y las Emociones
Este componente se refiere a las reacciones afectivas ante la tarea, lo que implica para el estudiante responder a cuestiones como: "¿Qué siento al realizar esta tarea?".
Entre las emociones asociadas a contextos sociales como el aula, podemos diferenciar las dirigidas hacia nosotros mismos y aquellas dirigidas hacia los demás. Aunque funcionan de forma entrelazada, pueden ser explicadas por el mismo principio (autoestima, autoimagen y autoconcepto) de la teoría de Weiner.
Weiner postula que sentimos en función de cómo pensamos, y por lo tanto, las cogniciones son condicionantes de las emociones. En consecuencia, el comportamiento depende no solo de los pensamientos, sino también de los sentimientos.
Concretamente, en situaciones de logro, se ha encontrado que el resultado de la acción, la atribución particular realizada y la dimensión causal implicada son los principales determinantes de las emociones.