La Morfología Urbana de la Ciudad Industrial: Ensanches, Barrios Obreros y Jardín
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La Ciudad Industrial: Ensanches, Barrios Obreros y Barrios Jardín
Entre mediados del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, las ciudades tradicionales, medias y pequeñas, crecieron poco y se mantuvieron dentro de sus límites anteriores. En cambio, las ciudades que implantaron industrias modernas atrajeron a una numerosa población campesina y extendieron significativamente su superficie.
Para permitir este crecimiento, en muchos casos se derribaron las murallas preindustriales. Su lugar fue ocupado por paseos de ronda o bulevares, y se crearon nuevas tipologías urbanas: los ensanches para la burguesía, los barrios industriales y obreros, y los barrios ajardinados.
El Ensanche Burgués: Planificación y Desarrollo
El ensanche burgués es un espacio nuevo que responde a los deseos de crecimiento urbano de la burguesía. Se caracterizó por:
- Adopción de un plano regular (trama ortogonal o reticular).
- Dotación de servicios esenciales: pavimentación, alcantarillado, abastecimiento de agua y espacios verdes.
- Construcción de viviendas, comercios y sistemas de transporte.
Ejemplos notables incluyen el de Barcelona, proyectado por Ildefons Cerdá (1859), y el de Madrid, diseñado por Carlos María de Castro (1860). Estos modelos se difundieron posteriormente a otras ciudades españolas.
Inicialmente, el ensanche adoptó una trama de baja densidad, con edificación de palacetes burgueses y villas ajardinadas, e inmuebles de mediana altura, a menudo de estilo historicista, con un uso predominantemente residencial burgués. Con el paso del tiempo, la trama se densificó, la edificación se verticalizó y comenzó a recibir funciones del sector terciario.
Barrios Obreros e Industriales: El Contraste del Extrarradio
Los barrios obreros e industriales del extrarradio, en el momento de su creación, ofrecían un claro contraste con la planificación y calidad del ensanche burgués.
Las instalaciones industriales se establecieron en el extrarradio, junto a vías de acceso, puertos y estaciones ferroviarias. Por lo tanto, los barrios obreros acogieron a los trabajadores que emigraron a estas ciudades industriales, alojándose en zonas marginales surgidas alrededor del ensanche.
Sus características urbanísticas eran:
- Adopción de un plano desorganizado.
- Una trama cerrada y densa.
- Edificación de viviendas de escasa dimensión y calidad.
- Usos del suelo entremezclados: residencias obreras, industrias, talleres y almacenes.
Con el paso del tiempo, estas antiguas zonas industriales y barrios obreros han quedado en una posición más céntrica dentro del espacio urbano, lo que ha revalorizado el suelo que ocupan. En la actualidad, se han trazado nuevas calles, paseos y plazas, y el suelo ha sido ocupado por usos terciarios o por nuevas residencias.
Los Barrios Jardín: La Influencia Naturalista
Los barrios jardín se crearon a finales del siglo XIX y en el primer tercio del siglo XX, como resultado de la difusión en España de las ideas naturalistas que propugnaban el acercamiento a la naturaleza y la mejora de las condiciones de vida.
Surgieron propuestas que se concretaron en el concepto de Ciudad Jardín, que pretendía eliminar las viviendas insalubres del extrarradio y crear barrios obreros de viviendas subvencionadas y baratas. Adoptaron:
- Plano regular.
- Trama abierta.
- Viviendas unifamiliares monótonas, de reducido tamaño y con pequeños jardines.
Posteriormente, las empresas privadas orientaron este modelo hacia la clase media. Un ejemplo es la Colonia Prosperidad de Madrid, creada entre 1922 y 1935 de acuerdo con la tercera Ley de Casas Baratas.
Pero, sobre todo, destaca la Ciudad Lineal de Arturo Soria, que se concibió como una gran calle bordeada de manzanas formadas por casas unifamiliares con huerto y jardín. Por ella discurrían los servicios básicos y el transporte.