Monumentos Ecuestres del Barroco: Dinamismo, Urbanismo y la Revolución de la Forma

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Contexto Urbanístico: Las Plazas Reales

Se construyen por primera vez los soportales, creando dos lados (o pabellones) más importantes, a los que se les llamó el pabellón del Rey y el pabellón de la Reina. Estas plazas solían utilizarse para diferentes eventos, desde espectáculos lúdicos hasta ejecuciones penales.

El Precedente Francés: Luis XIII y Luis XIV

En el centro de la plaza se colocó un monumento ecuestre que representaba a Luis XIII a caballo. Esta obra se había aprovechado de una estatua ecuestre anterior de Enrique II, realizada por el pintor, escultor y arquitecto italiano Volterra. La pieza fue, por tanto, reaprovechada.

En 1690, en París, se coloca en la Plaza de Vendôme otra estatua ecuestre, la de Luis XIV, realizada por Girardon. Previamente, se le había encargado la obra a Bernini, pero la propuesta de este era tan teatral que a Luis XIV no le gustó, y fue colocada en los jardines de Versalles.

La Revolución del Movimiento en la Escultura Ecuestre Italiana

Ranuzzo Farnese (Francesco Mochi)

La obra de Mochi introduce una vitalidad y un movimiento nuevos, manifestando una libertad vital e independiente en las dos figuras (jinete y caballo). El jinete lleva su armadura, pero esta se encuentra envuelta en un manto (otro rasgo típico del Barroco) que acentúa el movimiento a través de las luces y las sombras generadas por los plegados.

Características de la Escultura de Mochi:

  • Plegados: Profundos y angulosos, característicos de Mochi.
  • Retrato: El retratado presenta un rostro perfecto.
  • Realismo: El caballo adquiere un gran realismo, fruto de un estudio anatómico muy profundo y con mucha expresión.

Innovación Compositiva y el Desplazamiento del Punto de Fuga

Los relieves de la base tienen una composición que aplica la perspectiva cónica a la bidimensionalidad. El tema central es la paz, un concepto que se busca resaltar: la paz que han producido con sus guerras y que enriquece al pueblo. La Paz aparece representada con el cuerno de la abundancia, lleno de frutos.

En relación con la composición, mientras que en el Renacimiento se favorecía la simetría y el equilibrio (con un espacio sin perspectiva cónica), en el Barroco se introduce la perspectiva cónica (líneas que concluyen sobre un punto de fuga). Sin embargo, ahora el punto de fuga se desplaza, pues en el Barroco prevalece la diagonal, que aporta el dinamismo buscado. Los antecedentes inmediatos de esta técnica podrían ser Fra Angelico (¿en el Vaticano?) y Los desposorios de la Virgen de Rafael.

En el Ranuzzo Farnese, las líneas nos llevan a un lateral, y otras, al descentramiento del punto de fuga, donde confluyen las líneas. Esto no es una ruptura con lo anterior, sino una experimentación, aunque habrá periodos donde prevalezca la concepción clasicista.

En el monumento de Alejandro Farnese, se imprime un movimiento, dando un paso más en ese sentido. Si además nos fijamos en el lado izquierdo del jinete (brazo izquierdo), se aprecian expresiones completamente distintas: el puro volumen, mientras que en el lado opuesto hay un vacío. Mochi juega con la oquedad, creando un efecto opuesto: por un lado, un juego de luces y sombras y una tensión; y en el otro lado, destaca la desnudez.

El Desafío Técnico en España: La Estatua Ecuestre de Felipe IV

Pietro Tacca y la Postura Corvetta

Madrid. Las ciudades no se incorporan a esta revolución urbanística hasta el reinado de Isabel II en el siglo XIX. Antes de esto, se empezaron a hacer otros monumentos porque el retrato comenzó a salir a las calles, representando a personajes importantes que servirían de ejemplo a otros ciudadanos.

Este monumento coincide con el de Felipe II, y se alza sobre un alto pedestal para poder elevar el caballo y realzar el entorno urbanístico. Lo manda a hacer el Conde Duque de Olivares, valido de Felipe IV, en 1636. Lo encarga a Italia y le exige al escultor que el caballo estuviera en postura corvetta, una herencia de Tiziano con su obra Carlos V Triunfante sobre la Liga Protestante (1548), y que el jinete fuera rígido. (Entre 1634 y 1635, Velázquez realizó retratos ecuestres, como el de Felipe IV en el Palacio del Buen Retiro, simbolizando el triunfo).

La Solución de Galileo Galilei

No existía ningún precedente esculpido exento de este tipo. La estatua debía ser de bronce, y en un primer momento Tacca se negó a realizarla. Luego recurrió a Galileo Galilei, quien le dio la solución técnica para realizar el retrato ecuestre en equilibrio (el peso debía concentrarse en las patas traseras y la cola).

Se envió a Italia un posible retrato ecuestre de Velázquez y se llevó a Madrid al escultor Martínez Montañés para hacer un busto del monarca y enviarlo a Italia como modelo. Cuando el monumento llegó a Madrid, fue un regalo de Fernando II de Médici a Felipe IV, y se colocó inicialmente en el patio o jardín de la Reina.

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