La Monarquía Romana: Poder, Tradición y los Siete Reyes Legendarios
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El Rey en la Antigua Roma
Funciones y Símbolos del Monarca Romano
El término "Rey" deriva de la palabra latina regere, que significa "regir" o "gobernar". El puesto de rey no era hereditario, aunque sí vitalicio. Llevaba un manto púrpura, cetro de marfil y corona de oro, y era precedido en las calles por doce auxiliares que portaban las famosas fasces o varas entrelazadas, de las que salía una hoja de hacha, como símbolo de su autoridad.
Al rey se le atribuía la consulta de la voluntad de los dioses y el ofrecimiento de sacrificios a las deidades. El monarca tenía atribuciones civiles, como la de convocar la asamblea del pueblo, con diez curias por cada una de las tres tribus primitivas de Roma (Ramnes, Ticios y Luceres). Cada una de las curias proporcionaba cien infantes y diez caballeros, lo que conformaba un ejército efectivo de unos 3000 soldados y 300 jinetes.
El Senado y el Interregnum Romano
El Senado se ocupaba de vigilar que se cumplieran las costumbres de los antepasados. El Interregnum era el periodo en el que el Senado se encargaba de escoger a uno de sus miembros como interrex, con la función principal de elegir al nuevo monarca en un plazo de cinco días. En caso de no ser designada persona alguna, el cargo de interrex pasaba a otro senador durante otros cinco días, y así sucesivamente hasta alcanzar el objetivo señalado.
Los Siete Reyes Legendarios de Roma
Según la tradición romana, después de la muerte de Rómulo, se sucedieron en la ciudad seis reyes legendarios a lo largo de dos siglos, completando un total de siete monarcas en la etapa monárquica de Roma.
Numa Pompilio: El Fundador Religioso
Al primero de ellos, Numa Pompilio, se le recuerda por haber introducido en Roma la religión y el culto a los dioses, la institución de las Vestales, el Templo de Jano, la división del año en doce meses y esa distinción a la que tan aficionados eran los romanos entre los días fastos y nefastos.
Tulio Hostilio: El Rey Guerrero
Su sucesor, con un carácter más belicoso, fue Tulio Hostilio, cuya guerra contra la ciudad de Alba acabó con la destrucción de esta.
Anco Marcio: El Constructor
El tercero fue Anco Marcio.
Lucio Tarquinio el Antiguo: La Influencia Etrusca
Lucio Tarquinio el Antiguo ha pasado a la historia de Roma por haber introducido la civilización etrusca en la ciudad, así como por haber impulsado grandes obras públicas, como la Cloaca Máxima o el Templo de Júpiter en el Capitolio.
Servio Tulio: El Reformador Social
Su sucesor fue Servio Tulio, yerno de Tarquinio.
Tarquinio el Soberbio: El Tirano y el Fin de la Monarquía
El último de los reyes de Roma fue Tarquinio el Soberbio. Impuso numerosos servicios a la población para desarrollar su programa de obras públicas y se mantuvo en el poder por medio de la violencia. Sexto Tarquinio, con una mujer de virtuoso carácter llamada Lucrecia, fue la chispa que provocó el levantamiento contra la monarquía. El monarca tuvo que huir y el título de rey fue abolido para siempre en la ciudad.