La Monarquía Romana: Los Siete Reyes, el Rapto de las Sabinas y la Transición a la República

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Los Reyes de Roma y su Procedencia

La Monarquía Romana se caracterizó por una alternancia inicial entre reyes de origen romano y sabino, seguida por una fase etrusca.

Fase Romano-Sabina

En una primera fase, existió una alternancia entre reyes romanos y sabinos:

  1. Rómulo (Romano, de Alba Longa): Fue el primer rey de Roma. Abrió las puertas a hombres de las regiones aledañas y, tras el Rapto de las Sabinas, se fusionaron con los sabinos.
  2. Numa Pompilio (Sabino): Sucedió a Rómulo.
  3. Tulo Hostilio (Romano): De origen romano, fue el sucesor de Numa.
  4. Anco Marcio (Sabino): Rey de origen sabino y nieto de Numa.

Fase Etrusca y el Fin de la Monarquía

A la muerte de Anco Marcio, los reyes de Roma fueron de procedencia etrusca, situación que se mantuvo hasta el final de la Monarquía. Fueron, en orden:

  1. Tarquinio Prisco (Etrusco).
  2. Servio Tulio (Etrusco).
  3. Tarquinio el Soberbio (Etrusco): Nieto de Tarquinio Prisco.

Lucio Junio Bruto encabezó una rebelión —en el año 509 a.C.— que obligó a Tarquinio el Soberbio a exiliarse para siempre, marcando el final de la Monarquía.

El Mito del Rapto de las Sabinas

El Rapto de las Sabinas es un mito fundacional que explica la integración de los sabinos en la sociedad romana primitiva.

Contexto y Desarrollo del Rapto

Según el mito, en la Roma de los primeros tiempos había muy pocas mujeres. Para solucionar esto, Rómulo, su fundador y primer rey, organizó unas pruebas deportivas en honor al dios Neptuno, a las que invitó a los pueblos vecinos. Acudieron varios de ellos, pero los de una población, la Sabinia, eran especialmente dispuestos y fueron a Roma con sus mujeres e hijos, precedidos por su rey, Tito Tacio.

En realidad, el propósito de Rómulo era raptar a las mujeres cuando sus hombres no se lo esperaran y echarlos después. Eso fue exactamente lo que ocurrió.

Consecuencias y Reconciliación

Las sabinas enseguida se convencieron de quedarse con los romanos, puesto que consideraban que eran el pueblo elegido por los dioses. Sin embargo, pusieron un requisito: ocuparse solo del telar, quedando exentas de los trabajos domésticos.

Años más tarde, los sabinos atacaron a los romanos, que fueron acorralados en el Capitolio. Al final, las sabinas intervinieron, porque no podían ver morir ni a sus padres y hermanos ni a sus maridos e hijos. Así lograron hacerles entrar en razón y acabaron celebrando un banquete para festejar el perdón entre ambos pueblos. El rey de Sabinia, Tito Tacio, y Rómulo formaron una diarquía en Roma hasta la muerte de Tito.

Tarquinio el Soberbio: Tiranía y Caída de la Monarquía

Lucio Tarquinio, o Tarquinio el Soberbio, hijo o nieto —más parece lo segundo— de Tarquinio Prisco, ejerció un reinado en nada parecido al de su predecesor. Optó por gobernar de forma tiránica al margen del Senado, lo que le granjeó la antipatía de su pueblo.

El Desencadenante: El Ultraje a Lucrecia

Un asunto delicado protagonizado por uno de sus hijos, Sexto Tarquinio (quien violó a Lucrecia, esposa de Colatino), fue el desencadenante del final del gobierno de Tarquinio el Soberbio y de la propia Monarquía.

Un primo del ultrajado Colatino, Lucio Junio Bruto, encabezó una rebelión —en el año 509 a.C.— que obligó a Tarquinio a exiliarse para siempre.

Transición a la República

Fue el final de la Monarquía y el comienzo de la República.

En la etapa que va del 753 al 509 a.C., Roma comenzó su andadura; se constituyó y se afianzó desde el punto de vista geográfico y político, aunque de forma un tanto sencilla y primitiva. En cualquier caso, se habían asentado las bases para que Roma iniciase su expansión, primero por el Lacio y después por toda Italia.

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