El Fin de la Monarquía y la Constitución de 1931: Un Nuevo Capítulo en la Historia de España

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La Caída de la Monarquía en España

Tras la renuncia de Primo de Rivera, se nombró jefe del gobierno al general Dámaso Berenguer, quien años atrás había sido procesado por responsabilidades en el desastre de Annual. Su tarea consistía en:

  • Reponer el sistema constitucional liberal suspendido por la Dictadura. Esto suponía una equivocada vuelta a la constitución de 1876, que era ya inaceptable para republicanos, demócratas y socialistas.
  • Salvar la figura de Alfonso XIII, evitando que al rey se le considerara responsable del triunfo del golpe de Estado militar y los seis años de Dictadura. Esto era casi imposible, pues se asociaba al rey con la Dictadura y la persona de Alfonso XIII era crecientemente impopular entre las clases medias y los sectores obreros.

A comienzos de 1931, Aznar sustituyó a Berenguer al frente de un nuevo gobierno que convocó elecciones municipales. Los candidatos republicanos y socialistas triunfaron en todas las grandes ciudades y en gran parte del país. Las elecciones adquirieron de hecho un valor superior al propio y se convirtieron en una prueba concluyente del rechazo contra la monarquía por parte de la opinión pública española. Los resultados determinaron el inevitable derrumbamiento del régimen monárquico.

Al conocerse los resultados, varios ministros del gobierno de Aznar intentan convencer al rey de que debe abandonar el país.

Desde el balcón del ayuntamiento de Eibar se proclama la II República. Un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora asumió el poder de manera transitoria hasta diciembre de 1931.

La Constitución de 1931: Un Nuevo Marco Legal

En junio se celebraron las elecciones a Cortes constituyentes por sufragio universal masculino. Como novedad, se podían presentar mujeres como candidatas y resultaron elegidas dos diputadas por primera vez en la historia de España. En las urnas triunfaron los republicanos de izquierda y los socialistas.

Poco después se creó la comisión parlamentaria encargada de presentar el proyecto de Constitución, presidida por Jiménez de Asúa, jurista y miembro del PSOE, que definió el nuevo texto constitucional como “de izquierdas”.

La Constitución de 1931 se propuso hacer del país una democracia formal y real; por lo que, por primera vez en España, se reconocía el derecho de sufragio universal, tanto masculino como femenino.

Aspectos Esenciales de la Constitución de 1931

  • El reconocimiento del derecho al voto de la mujer: El sufragio femenino, novedad en nuestro país, todavía no había sido reconocido en países como Francia. Los adversarios de la extensión del sufragio universal argumentaban que a las mujeres no se les podía conceder el voto, ya que padecían de dependencia económica y tenían un alto grado de alfabetismo, por lo que serían muy influenciables. Al final, tal derecho fue reconocido.
  • La cuestión autonómica: La Constitución incluía una fórmula para posibilitar las autonomías regionales con carácter particular.
  • El tema religioso: El estado republicano se declaró no confesional, suprimió toda ayuda económica a la Iglesia Católica y prohibió a las órdenes religiosas ejercer la enseñanza. En el texto constitucional solo estaba autorizado el culto privado, por lo que para celebrar cualquier otra ceremonia religiosa se exigía la autorización gubernamental.
  • Los derechos del ciudadano: El reconocimiento sin limitaciones de los derechos individuales se completó, por primera vez en la historia de España, con una serie de derechos sociales al trabajo, a la salud y a una vivienda digna.
  • La limitación del derecho de propiedad privada: Se reconocía la posibilidad de realizar expropiaciones para nacionalizar y socializar las propiedades por motivos de interés general.
  • La nueva organización de poderes: El poder legislativo quedó en manos de un Parlamento unicameral. El presidente de la República ocupaba la jefatura del estado. Su mandato duraba seis años y sus atribuciones eran reducidas.

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