Momentos Clave de la Historia de España: De Tartessos a los Borbones

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Cultura de Tartessos

La cultura de Tartessos abarcó la mayor parte de Andalucía y alcanzó su esplendor en el siglo VII a.C. La agricultura, la ganadería y la explotación minera constituían su base económica. Contaba con una organización política fuertemente centralizada en una monarquía. La aristocracia se enriqueció con el comercio. Su quiebra produjo su decadencia y posterior sustitución por la cultura turdetana.

Se constata la presencia fenicia en la Península Ibérica, desde donde iniciaron un intercambio comercial con los pueblos autóctonos. A partir del siglo VI a.C., decayó la presencia fenicia. En la zona también existen restos arqueológicos griegos.

Monarquía Visigoda

Los visigodos eran un pueblo germano asentado en la Galia que creó el Reino Visigodo de Toledo en la Península Ibérica. Eran una minoría en comparación con la población hispanorromana.

Leovigildo (569-586) fue el primero en ceñir corona regia, fundamentó el Estado en el derecho romano y quiso lograr la unidad religiosa entre visigodos (arrianos) e hispanorromanos (católicos), pero fracasó. La unidad religiosa se produjo bajo el reinado de su hijo Recaredo (586-601), quien se convirtió al catolicismo en el III Concilio de Toledo (589). Posteriormente, se compendió la legislación para ambos pueblos en el Fuero Juzgo (Liber Iudiciorum), aprobado por Recesvinto en el 654.

Almorávides en Al-Ándalus

La desintegración del Califato de Córdoba (1031) dio lugar a la aparición de unos veinte pequeños estados independientes, los reinos de taifas, a menudo enfrentados entre sí. La debilidad militar de las taifas permitió a los reinos cristianos del norte exigirles el pago de parias (tributos).

Ante el avance cristiano (conquista de Toledo en 1085), los reyes de taifas solicitaron ayuda a los almorávides, un imperio bereber del norte de África. Estos cruzaron el Estrecho y derrotaron a Alfonso VI de León y Castilla en la batalla de Sagrajas (1086). Sin embargo, terminaron anexionándose las taifas y unificando Al-Ándalus bajo su poder.

La impopularidad de sus medidas rigoristas y la presión fiscal provocaron revueltas, y Al-Ándalus se fragmentó en los segundos reinos de taifas. Estos caerían posteriormente ante la llegada de otro imperio norteafricano, los almohades, cuyo poder en la Península sucumbiría tras la derrota en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212).

Los Reyes Católicos

Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón se casaron en 1469. Su unión dinástica, tras superar conflictos sucesorios, supuso la creación de la Monarquía Hispánica, que englobó ambas Coronas, aunque cada reino mantuvo inicialmente sus propias leyes e instituciones.

Tras la muerte de Enrique IV de Castilla (1474), se inició una guerra de sucesión castellana entre los partidarios de su hija Juana ('la Beltraneja') y los de su hermanastra Isabel. El desenlace militar tuvo lugar en la batalla de Toro (1476), que consolidó a Isabel como reina de Castilla. La victoria y el posterior acuerdo de Segovia (1475) supusieron la unión dinástica de los dos reinos más importantes de la Península.

El Conde-Duque de Olivares

Cuando Felipe IV subió al trono en 1621, Gaspar de Guzmán y Pimentel, Conde-Duque de Olivares, se convirtió en su valido (favorito y primer ministro). Olivares tenía un ambicioso programa político de reformas con el objetivo de restaurar la hegemonía de la Monarquía Hispánica y mejorar su situación interna y externa.

Entre sus proyectos destacaron la Unión de Armas (creación de un ejército permanente sostenido por todos los reinos) y medidas para unificar la legislación y la administración. Sin embargo, la década de 1640 fue un periodo de crisis general para la monarquía:

  • Cataluña se rebeló (Corpus de Sangre, 1640), en parte por la negativa a contribuir a la Unión de Armas y por los abusos de las tropas reales.
  • Simultáneamente, estalló un levantamiento en Portugal (1640) que llevaría a su independencia, motivado también por el rechazo a las reformas centralizadoras de Olivares y la creciente presión fiscal.

Estas crisis, sumadas a las dificultades en la Guerra de los Treinta Años, provocaron la caída de Olivares en 1643.

Los Decretos de Nueva Planta

Los primeros Borbones españoles, especialmente Felipe V (1700-1746), tras su victoria en la Guerra de Sucesión Española (1701-1714), asumieron la tarea de unificar y centralizar los diferentes reinos peninsulares bajo un modelo absolutista inspirado en el francés. También buscaron someter a la Iglesia bajo la autoridad real (regalismo).

Mediante los Decretos de Nueva Planta, promulgados entre 1707 y 1716, se impuso la organización político-administrativa de Castilla a los territorios de la Corona de Aragón (Aragón, Valencia, Cataluña y Mallorca), como castigo por su apoyo al archiduque Carlos de Austria durante la guerra.

Estos decretos:

  • Abolieron las Cortes particulares de estos reinos y sus instituciones propias (como la Generalitat).
  • Suprimieron los fueros o leyes particulares (excepto parte del derecho civil en algunos territorios).
  • Impusieron el castellano como lengua administrativa oficial.
  • Establecieron una nueva estructura administrativa basada en Capitanías Generales e Intendencias.

El Consejo de Castilla asumió gran parte de las funciones de los antiguos consejos de la Corona de Aragón. Se fortaleció así el poder absoluto del monarca, que intervenía y decidía en todos los asuntos del Estado. A su servicio directo se situaron los Secretarios de Despacho (antecedentes de los ministros). Navarra y las provincias vascas, por su lealtad a Felipe V, conservaron sus fueros.

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