El Moisés de Miguel Ángel: Escultura Cumbre del Renacimiento
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El Moisés de Miguel Ángel: Una Obra Maestra del Cinquecento
Esta escultura se titula El Moisés y su autor es Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564). Data del siglo XVI, concretamente fue realizada entre 1513 y 1515. Es una escultura exenta, de bulto redondo y sedente, tallada en mármol de Carrara. Se enmarca en el periodo del Cinquecento (Alto Renacimiento), desarrollado en Italia. Actualmente, se encuentra presidiendo la tumba del Papa Julio II, ubicada en la basílica de San Pietro in Vincoli (San Pedro Encadenado) en Roma.
Características Formales
La escultura se estructura en torno a un eje vertical que va desde la cabeza hasta el pliegue formado entre las piernas del profeta. La figura queda enmarcada por dos líneas verticales imaginarias en cada extremo. Se aprecia un ligero contrapposto, marcado por el giro de la cabeza hacia su izquierda y una composición asimétrica pero equilibrada: el brazo izquierdo se flexiona hacia arriba mientras el derecho descansa hacia abajo; de forma similar, la pierna izquierda se adelanta y gira hacia fuera, mientras la derecha se retrae.
Destacan también las líneas curvas paralelas: una formada por la larga y ondulante barba que desciende hasta el brazo izquierdo, y otra que se inicia en el brazo derecho y recorre hasta la pierna izquierda. Es fundamental el tratamiento de la luz y la sombra, el llamado claroscuro (chiaroscuro), que revela la minuciosidad con la que el escultor pulió la superficie para dotarla de un extraordinario detallismo y realismo.
La perfección anatómica es evidente: músculos, tendones y venas están representados con una precisión asombrosa. Esto es fruto de los profundos estudios anatómicos que Miguel Ángel realizó, incluyendo disecciones, para comprender y plasmar el cuerpo humano con la máxima fidelidad.
Movimiento y Expresión: La Terribilità
A pesar de ser una figura sedente, la composición compleja transmite una intensa sensación de movimiento contenido o en potencia. Los músculos están en tensión, aunque no hay una acción explícita. Miguel Ángel capta magistralmente el instante preciso en que Moisés, al descender del Sinaí, gira la cabeza y parece a punto de levantarse, imbuido de una furia santa al contemplar la idolatría de su pueblo (la adoración del Becerro de Oro).
Esta furia contenida, conocida como la terribilità miguelangelesca, se expresa de forma sobrecogedora en su rostro, con el ceño fruncido y una mirada intensa y airada.
Estilo Renacentista
La escultura es un claro exponente del estilo renacentista del Cinquecento. Sus características principales incluyen:
- Búsqueda de la belleza idealizada.
- Profundo naturalismo y realismo.
- Interés central en la figura humana y su anatomía perfecta.
- Influencia de la Antigüedad clásica: composición equilibrada, armonía, serenidad (aunque tensa en este caso), movimiento en potencia y perfección técnica.
No es descabellado pensar que la expresividad y la tensión de la terribilità que muestra El Moisés están influidas por el dramatismo de esculturas helenísticas como el grupo del Laocoonte y sus hijos, descubierto en Roma en 1506.
Interpretación y Contexto Histórico
Tema Bíblico
El tema es bíblico. Según narra el libro del Éxodo, el profeta Moisés regresa de su estancia en el monte Sinaí portando las Tablas de la Ley. Al descender, contempla horrorizado cómo los israelitas han abandonado el culto a Dios (Jehová) y están adorando a un ídolo pagano, el Becerro de Oro. Las protuberancias en la cabeza de Moisés, a menudo interpretadas como cuernos, representan en realidad rayos de luz o resplandor divino, debido a un error de traducción de la Vulgata (la Biblia latina) del texto hebreo original.
El Sepulcro de Julio II
El Moisés fue concebido como la figura central del grandioso sepulcro del Papa Julio II, mecenas de Miguel Ángel. El encargo original data de 1505, aunque el proyecto sufrió numerosas modificaciones y no se completó hasta 1545, mucho después de la muerte del Papa.
El diseño inicial era monumental: una tumba exenta de tres cuerpos, con más de cuarenta estatuas de gran tamaño, destinada a ubicarse bajo la cúpula de la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Sin embargo, por diversos motivos (principalmente económicos, cambios de prioridades papales y disputas familiares), el proyecto se redujo drásticamente. Finalmente, Miguel Ángel lo adaptó como un sepulcro adosado a la pared en San Pietro in Vincoli, iglesia de la que Julio II había sido cardenal titular.
Otras Interpretaciones
Algunos críticos han sugerido que esta imponente figura de Moisés podría ser también un retrato idealizado del propio escultor, reflejando su carácter apasionado y su genio creativo, o incluso del propio Papa Julio II, un pontífice de fuerte personalidad y liderazgo, comparable en cierto modo al profeta bíblico.