Modernismo Literario: Un Viaje a la Belleza, el Exotismo y la Rebeldía
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El Modernismo: Un Movimiento Literario Transformador
El Modernismo.
En la “Crisis del 98”, España perdió sus posesiones de Ultramar y el país quedó rezagado respecto al resto de Europa. En este contexto, el Regeneracionismo pretendía sacar a España de su atraso mediante una reforma agraria, educativa e institucional. A esta corriente de pensamiento se sumaron autores jóvenes como Miguel de Unamuno, Ramiro de Maeztu o Azorín, quienes, junto a coetáneos como Ramón María del Valle Inclán, Pío Baroja y Antonio Machado, acabarían formando la denominada “Generación del 98”.
Influencias Francesas: Parnasianismo y Simbolismo
La poesía francesa se renovó gracias a dos movimientos: el parnasianismo y el simbolismo.
- El parnasianismo defendió una poesía de factura cuidada, perfecta y duradera que hiciese de cada poema una obra de arte. Se resumía en la frase “El arte por el Arte”.
- El simbolismo fue generado a partir de obras de Baudelaire, Verlaine, Rimbaud o Mallarmé y se declaraba antiburgués. Los simbolistas eran capaces de interpretar símbolos, rechazaban la moral burguesa imperante y experimentaron con el alcohol y otras drogas para inducirse estados de ebriedad que les permitieran ver la esencia de las cosas. Al mismo tiempo, escribían una poesía de gran elegancia con temas y paisajes exóticos.
El Surgimiento del Modernismo
A finales del S.XIX surgió una nueva estética de gran trascendencia en las letras españolas: el modernismo. El gran sintetizador del modernismo fue el poeta Rubén Darío, quien tomó del parnasianismo el gusto por la obra bien hecha, la sensibilidad estética y la perfección del oficio, y del simbolismo, los tintes visionarios, la musicalidad, el exotismo y la transgresión. Además, del romanticismo cogió el deseo de expresar la interioridad del poeta, el malestar del poeta en un mundo burdo y materialista.
Características del Estilo Modernista
El estilo del modernismo tiene un deseo aplicado de brillantez sensorial, cuidado estético y musicalidad. Busca la belleza ideal y la perfección formal, en la estructura, la música y el ritmo de sus poemas. Además, se usan frecuentes recursos literarios como la metáfora, la sinestesia, la aliteración y el hipérbaton. La actitud rechaza la mediocridad del Realismo y pretende superarlo con un arte aristocrático y revolucionario, que mezcla dandis y mendigos. Los autores huyen del mundo real mediante la ambientación en lugares exóticos y lejanos. Podemos diferenciar diferentes temas relacionados con la vida disipada, el crimen, el vicio… Incluyen también la vida nocturna, los personajes mitológicos y legendarios, los temas provocativos como el erotismo o el interés morboso por la muerte. Los autores se rebelan contra la mentalidad burguesa, hipócrita y materialista; y predomina la melancolía, la tristeza y la angustia como estados de ánimo que reflejan la soledad incomprendida y orgullosa del poeta.
Precursores Hispanoamericanos
En Hispanoamérica encontramos tres precursores principales:
- El cubano José Martí, un periodista fundamental en la renovación de la prosa de nuestro idioma y un poeta muy consciente de su misión tanto política como cultural (sus libros de poemas Ismaelillo, Versos libres y Versos Sencillos).
- Manuel Gutiérrez Nájera, fue el principal responsable de la influencia parnasiana y simbolista en el movimiento.
- Otro cubano, Julián de Casal.
Rubén Darío: El Máximo Exponente del Modernismo
El poeta Rubén Darío es la clave en la creación, la difusión y el éxito del modernismo. Éste incorporó eficazmente al castellano las formas y los temas de los grandes poetas parnasianos y simbolistas franceses. El culto a la belleza mediante la creación de un mundo exótico poblado de cisnes, hadas, princesas y seres mitológicos como faunos y ninfas, predomina en sus libros “Azul…” y “Prosas profanas”, en los que también destaca un erotismo decadente y compulsivo. Los poemas de Prosas profanas supusieron la culminación del primer modernismo rubeniano, el más imitado y el más profusamente decorativo. Rubén juega constantemente en estos poemas con aliteraciones, sinestesias, paralelismos, símiles e infinidad de metáforas para lograr una densa perfección formal. En el libro cristalizan además buena parte de los símbolos más queridos por Rubén, entre los que el cisne adquiere el prestigio de un alter ego idealizado. La extraordinaria riqueza sensorial y rítmica de sus versos no oculta, con todo, una preocupación política y social (denunció con vehemencia los abusos de la política exterior estadounidense en el resto de América), así como una angustia vital que se hace casi obsesiva en los versos de “Canto de vida y esperanza”.