El Modernismo y la Generación del 98: Literatura Española de Fin de Siglo
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El Modernismo y la Generación del 98
En la segunda mitad del siglo XIX se desarrollan el Realismo y el Naturalismo. La fecha de 1898 (año en que se produce la pérdida de las colonias de ultramar) ha quedado como símbolo y puede considerarse el inicio del siglo XX. La relación entre Modernismo y Generación del 98 ha originado diferentes puntos de vista: hay estudiosos que sostienen que son movimientos distintos y otros que prefieren hablar de Modernismo y de Grupo del 98.
El Modernismo
El modernismo, cuyo auge se prolonga hasta 1915, se manifiesta como una actitud de rebeldía y un afán de renovar todos los ámbitos de la vida y del arte. Como movimiento estético, se relaciona con el mundo de la bohemia.
Características del Modernismo:
- Diversidad de influencias: los temas son de raíz romántica (rechazo o desarraigo del presente y las preocupaciones existenciales); de la poesía francesa toma el gusto por la perfección formal y el uso de símbolos sugerentes; del modernismo americano recoge la brillantez y la sensualidad.
- Renovación estilística: El estilo modernista supuso una profunda renovación de la métrica, del lenguaje y de los recursos expresivos.
- Sensorialidad: La literatura modernista es muy sensorial: está llena de musicalidad, cromatismo y plasticidad.
- Géneros preferidos: Los géneros preferidos por los modernistas son la lírica y la prosa poética.
- Escritores destacados: Destacan los escritores Antonio Machado, Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, Valle-Inclán y el poeta nicaragüense Rubén Darío, el mayor poeta modernista.
La Generación del 98
La denominación “Generación del 98” se divulga hacia 1913, a partir de unos artículos del escritor Azorín y del pensador Ortega y Gasset. Se referían con ella a un grupo de escritores que, en su juventud, manifestaron su rechazo ante la sociedad de la Restauración y proclamaron la necesidad de cambios. Sin embargo, los componentes del grupo, a partir de 1905, siguieron evoluciones bastante dispares. En la actualidad, se suele incluir en el Grupo del 98 a Unamuno, Azorín, Baroja y Maeztu. Más polémica resulta la adscripción de Antonio Machado y de Valle-Inclán, pues mantienen una actitud crítica cuando ya los hombres del 98 habían abandonado sus posturas radicales.
Rasgos de la Generación del 98:
- Antecedentes: Los antecedentes del grupo, por su actitud crítica ante el presente, son los ilustrados, Larra y los liberales regeneracionistas de finales del XIX (Joaquín Costa, etc.).
- Trayectoria: Evolucionan desde posturas juveniles radicales (anarquizantes en Baroja, Azorín y Maeztu y socialistas en Unamuno) hasta posiciones, en su madurez, conservadoras, espiritualistas o nostálgicas.
- Actitud crítica: La actitud inicial de denuncia y de reflexión sobre la sociedad española es un rasgo característico del grupo, que diferencia a estos autores de los modernistas.
- Tema de España: Se plantean el tema de España, su identidad. La identificación entre Castilla y España se convierte en un tema característico del grupo.
- Preocupaciones existenciales: La crisis de fin de siglo se refleja en sus preocupaciones existenciales.
- Sencillez estética: La estética del 98 se inclina hacia la sencillez. Los autores buscan una expresión personal, lo que da lugar a estilos muy diversos.
- Género predilecto: El género más cultivado es el ensayo (Unamuno, Maeztu, Azorín). También destaca la renovación de la novela, con Baroja, Unamuno y Azorín.
Principales Autores de la Generación del 98
Pío Baroja
Pío Baroja de joven se identificó con un anarquismo sentimental y fue evolucionando hacia el desengaño y el escepticismo. Baroja destaca como el novelista más importante de su época, especialmente brillante en el retrato de personajes, en la descripción de ambientes y en los diálogos. Sus personajes suelen ser seres asociales o rebeldes. Los presenta de dos tipos: los hombres de acción y los personajes desorientados y abúlicos. En general, unos y otros acaban fracasando. El estilo de Baroja se caracteriza por la sencillez. Baroja agrupó sus obras en trilogías. Las más destacada: La lucha por la vida. Los ensayos sobre paisajes españoles reflejan la evolución ideológica del autor.
Azorín
“Azorín” en su juventud, mantuvo una actitud radical y después evolucionó hacia posturas conservadoras y tradicionalistas. Toda la obra de Azorín gira en torno al tema del tiempo, de su fluir constante, de la fugacidad. Su estilo es un modelo de precisión y claridad. Azorín escribió un teatro subjetivo y abierto al subconsciente con obras como Comedia del arte. En sus ensayos, Azorín aborda dos temas: el paisaje y la crítica literaria.
Miguel de Unamuno
Unamuno cultivó la poesía, el teatro, la novela y el ensayo. Los temas que trata en sus obras al principio son las preocupaciones regeneracionistas y la reflexión sobre España. A partir de 1897, a raíz de una crisis, se vuelca hacia el tema existencial-religioso. Las novelas de Unamuno son densas, filosóficas, esquemáticas y profundamente apasionadas. Destaca Niebla. En sus ensayos, predominan dos temas: la reflexión sobre España y las preocupaciones existenciales. En cuanto al tema de España, en su etapa regeneracionista (En torno al casticismo), Unamuno critica la realidad española y apuesta por la europeización y el progreso. Después evoluciona hacia una postura espiritualista, y pasa a defender la españolización de Europa (de ahí el famoso “¡Que inventen ellos!”). El tema existencial lo plantea en ensayos donde desarrolla el conflicto entre el ansia de inmortalidad y la razón.
Ramón María del Valle-Inclán
Ramón María del Valle-Inclán manifiesta una evolución paralela a su cambio ideológico (de un tradicionalismo idílico pasó a posiciones revolucionarias): de un Modernismo elegante y nostálgico pasó a escribir una literatura crítica, basada en una feroz distorsión de la realidad (el esperpento). La narrativa de Valle-Inclán en su primera etapa parte de la estética modernista con las Sonatas y culmina en el esperpento con El ruedo ibérico y con Tirano Banderas. En cuanto al teatro de Valle-Inclán su primera obra es modernista. El período intermedio agrupa un teatro mítico, que presenta una Galicia rural y unos personajes arrastrados por grandes pasiones. La última etapa, dentro de la estética del esperpento, concentra sus mejores obras: Luces de bohemia. El esperpento supone una nueva estética basada en la distorsión, que muestra rasgos trágicos y grotescos. Supuso una renovación dramática excepcional. Además, refleja una actitud tremendamente crítica.
Antonio Machado
Uno de los grandes poetas, Antonio Machado, en su trayectoria poética refleja la evolución desde un modernismo inicial a la búsqueda de nuevas formas expresivas. La primera etapa, con Soledades se inscribe en el modernismo simbolista. Es una lírica profundamente intimista. El estilo es sencillo. Su segunda etapa se inicia con Campos de Castilla. Aparecen ahora coincidencias con el Grupo del 98, con el que comparte las preocupaciones ideológicas.
Conclusión
En los primeros años del siglo XX, la lírica alcanza uno de sus momentos culminantes con el modernismo. La Generación del 98, por su parte, aporta una profunda reflexión sobre la situación de España y la identidad española, marcando un punto de inflexión en la literatura española.