Modernismo y Generación del 98: Dos Caras de la Misma Moneda Literaria
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Tanto el Modernismo como el grupo del 98 constituyen una misma generación cronológica que refleja la crisis que se está viviendo a finales del siglo XIX. La diferencia entre ambos movimientos estriba en el diferente camino que escoge cada uno para oponerse al sistema y para cambiar la estética que estaba vigente en aquellos momentos.
El Modernismo: Una Explosión Sensorial
El Modernismo es un movimiento cultural y literario que se introduce en España de la mano del nicaragüense Rubén Darío con su libro de poemas Azul. Adapta el lenguaje poético del Parnasianismo y del Simbolismo a la lírica hispánica, y el resultado es el de una poesía muy sensorial con una gran capacidad de sugerencia a través de los símbolos. De la poesía romántica recoge el deseo de evasión, el individualismo y el subjetivismo.
Con el fin de conseguir la ansiada belleza, el estilo se caracteriza por su musicalidad y sensualidad. Para ello se vale de:
- Recursos que potencian el ritmo (paralelismos, aliteraciones…).
- Uso de sinestesias.
- Renovación métrica (versos dodecasílabos, eneasílabos, sonetos alejandrinos).
- Un léxico muy rico que evoca lo lujoso, lo exquisito y lo exótico.
Autores y Obras Clave del Modernismo
En poesía destacamos a Antonio Machado en su obra Soledades, galerías y otros poemas, un libro intimista donde el poeta habla de sus emociones: la melancolía, la soledad y la infancia como paraíso perdido. También debemos nombrar a Juan Ramón Jiménez en su primera etapa, la sensitiva, con Arias tristes y La soledad sonora.
En prosa destaca Valle-Inclán con su obra Sonatas, cuatro novelas cortas en las que su protagonista, el marqués de Bradomín, cuenta sus memorias eróticas desde la vejez; todo ello utilizando un lenguaje musical y sensual en un ambiente idealizado y nostálgico.
En teatro es imprescindible nombrar el teatro poético, escrito en verso, que conjuga el drama histórico romántico con un lenguaje modernista superficial y sensorial. Destacamos a Eduardo Marquina con Las hijas del Cid y a los hermanos Machado con La Lola se va a los puertos.
La Generación del 98: Una Mirada Introspectiva y Crítica
Por su parte, la Generación del 98 pretende renovar la literatura de su época, además de regenerar la vida pública de un país atrasado cultural y económicamente. Entre sus temas destacan:
- Las preocupaciones existenciales (el sentido de la vida, el destino del hombre...).
- La intrahistoria (la vida de las personas anónimas que son los verdaderos protagonistas de la historia de los pueblos).
- El tema de España (desde la crítica por el atraso y la pobreza hasta su amor por ella).
- El paisaje castellano (identificando el paisaje con el alma del escritor).
El Estilo de la Generación del 98: Claridad y Profundidad
En cuanto al estilo, la nota común es la voluntad de ir a las ideas, al fondo. En palabras de Azorín: “Una obra será tanto mejor cuanto con menos palabras haga brotar más ideas”. Esto va acompañado de un exigente cuidado del estilo y de un gusto por las palabras tradicionales.
El Ensayo: Un Género en Auge
Hay que señalar que es en el 98 cuando se configura el género ensayístico moderno, puesto que permite la reflexión filosófica y la crítica social y política, y todo esto en un lenguaje cercano. Todos los autores del 98 escribieron ensayos. Entre ellos destacan Ramiro de Maeztu y Miguel de Unamuno. Este último expuso en sus ensayos sus preocupaciones existenciales y de regeneración del país. Destacamos Del sentimiento trágico de la vida o La agonía del cristianismo.
La Renovación de la Novela
También se renueva la novela, que pasa de una narrativa realista a una novela que se interesa por el mundo interior de los personajes, con diversidad de narradores, y en la que aparece la divagación intelectual, por lo que a veces se acerca a un ensayo. Destaca Unamuno con Niebla, en la que el propio autor discute con sus personajes en un plano de igualdad total, o con San Manuel Bueno, mártir, que trata el tema recurrente de la fe. De Pío Baroja, uno de los novelistas que más ha influido en la narrativa moderna, destacamos El árbol de la ciencia.
El Teatro del 98: Un Intento de Renovación Escénica
El teatro del 98 pretende renovar la escena española, pero no tiene el éxito esperado. Destacan Fedra de Unamuno, o Lo invisible de Azorín. Especial atención merece Valle-Inclán. Sus primeras obras siguen la estética modernista, y a estas les sigue una etapa de transición con obras que adoptan un tono más crítico y agresivo, como el ciclo de las Comedias Bárbaras o Divinas palabras. Pero, sin duda, la cima de su teatro está en sus esperpentos, especialmente en Luces de bohemia. Se trata de una estética que deforma la realidad hasta convertirla en grotesca. Para ello plantea situaciones absurdas y exageradas, utiliza un lenguaje coloquial, incluso vulgar, y presenta personajes desprovistos de humanidad que son tratados como marionetas.