Modelos Filosóficos del Conocimiento: Escepticismo y la Duda Cartesiana

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Los Modelos Filosóficos del Conocimiento

Posiciones Clave sobre el Conocimiento

  • Escepticismo: Afirma que el conocimiento no es posible.
  • Racionalismo: Defiende que el conocimiento se origina en el uso de la propia razón.
  • Empirismo: Considera que el conocimiento se origina principalmente en la experiencia del mundo a través de los sentidos.

El Escepticismo

Esta concepción asegura que no puede establecerse con total seguridad un **conocimiento verdadero** sobre el mundo. A lo largo de la historia, una minoría de pensadores se ha declarado escéptica. El filósofo **Michel Montaigne** (1533-1592) fue uno de los escépticos más célebres. Desconfiaba de cualquier sistema filosófico e identificó la figura del sabio con la persona que **duda**, figura que ejemplarizaba **Sócrates**. Para Montaigne, “saber mucho da ocasión para dudar más”.

La Duda Cartesiana: Superación del Escepticismo

El filósofo **René Descartes** (1596-1650) recogió una serie de argumentos que apoyan la tesis de que no se puede conocer nada con certeza y que es posible dudar de todos los conocimientos que tenemos. Su finalidad era **refutar** esos argumentos y probar que el **conocimiento es posible**. Descartes planteó dudas respecto al conocimiento del mundo y también se cuestionó las verdades matemáticas. Así, su duda abarca todo el conocimiento.

Dudas sobre el Conocimiento del Mundo

Descartes duda de lo aprendido sobre la realidad a través de los sentidos. Piensa que los **sentidos pueden engañarnos** en cualquier momento, tal como se aprecia cuando una persona sufre **percepciones ilusorias**. Otra duda que se plantea es: ¿cómo podemos saber que no estamos soñando? Se plantea si toda la realidad es producto de un sueño, ya que aunque las sensaciones son muy reales, también lo son en los sueños, y algunos sueños son tan vívidos que pueden confundirnos con respecto a lo que es la realidad. En conclusión, la información que proporcionan los sentidos sobre el mundo puede ser falsa (percepciones ilusorias) o, aunque sea muy clara y evidente, puede haber sido generada en un sueño.

Dudas sobre las Verdades Matemáticas

Descartes se da cuenta de que los **enunciados matemáticos** del tipo “un cuadrado tiene cuatro lados” no se ven afectados ni por los sueños ni por las percepciones ilusorias. Son verdades irrefutables, ya que no hay razón para dudar de ellas. Descartes introduce entonces la figura hipotética del **genio maligno**: una divinidad capaz de convencerme sobre algo, a pesar de que sea falso. Te engaña haciéndote creer que una afirmación evidente que podría ser falsa es verdadera. Tal como afirma **Manuel García Morente**, el genio y sus habilidades del engaño simbolizan la duda profunda de si en general la **ciencia es posible**. Al introducir la hipótesis del genio maligno, Descartes consigue no solo poner en duda las percepciones, sino también los razonamientos matemáticos y las verdades lógicas.

Mediante la duda, Descartes no pretendía dar argumentos a favor del escepticismo, sino **alcanzar una certeza absoluta** frente a la cual no se pudiera esgrimir ninguna duda. Esta certeza la encuentra en el **propio acto de pensar**. Descartes llega a dudar de todos los contenidos del pensamiento, pero no de que piensa. Y si piensa, es evidente que existe. Resume esta conclusión con una frase célebre: “Pienso, luego existo”. Se puede dudar de todo lo pensado, pero no del acto de pensar y del hecho de ser uno mismo el que está pensando. El acto de pensar es una prueba irrefutable e irrebatible de que existimos. Todas las dudas que de forma sistemática introduce Descartes no conducen, por tanto, al escepticismo, sino a una **certeza absoluta** sobre la que posteriormente pretenderá construir el edificio del conocimiento. La **duda escéptica** ha sido, según Descartes, superada.

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