Mitos Clásicos: Prometeo, Proserpina, Triptólemo, Fedra y Midas

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El Castigo de Prometeo

Antes, los hombres pedían el fuego a los inmortales, pero no sabían guardarlo para siempre. Posteriormente, Prometeo se dirigió a la tierra en una caña y enseñó a los hombres cómo podían guardarlo con ceniza. Por ese motivo, Mercurio, por orden de Júpiter, lo ató en el monte Cáucaso a una roca con clavos de hierro y colocó junto a él un águila, la cual devoraba su corazón. Cuanto comía durante el día, tanto crecía durante la noche. Hércules mató a esta águila 30 años después y lo liberó.

El Rapto de Proserpina

Plutón pidió a Júpiter que le entregara a Proserpina en matrimonio, hija suya y de Ceres. Júpiter dijo que Ceres no habría de soportarlo, que su hija estuviera en el tenebroso Tártaro. Pero ordenó que la raptara mientras cogía flores en el monte Etna, el cual está en Sicilia. Mientras Proserpina cogía flores con Venus, Diana y Minerva, Plutón vino en una cuadriga y la raptó. Después, Ceres consiguió de Júpiter que medio año estuviera con ella y la otra mitad junto a Plutón.

Triptólemo y la Agricultura

Cuando Ceres buscaba a su hija Proserpina, llegó ante el rey de Eleusis, cuya mujer Cothonea había dado a luz al niño Triptólemo, y simuló que era una nodriza lactante. La reina aceptó a esta gustosa como nodriza para su hijo. Ceres, como quería que su alumno se volviera inmortal, durante el día lo amamantaba con leche divina y durante la noche lo metía en el fuego a escondidas. Así pues, crecía más de lo que solían los mortales.

Como los padres se asombraban de que fuese de este modo, la vigilaban. Cuando Ceres quiso meterlo en el fuego, el padre se asustó. Ella, enfadada, mató al rey Eleusino, pero otorgó a su alumno Triptólemo un favor eterno. Pues le entregó un carro tirado por dragones para propagar las semillas, conduciendo a los cuales sembró el orbe de la tierra con las semillas.

La Tragedia de Fedra e Hipólito

Fedra, hija de Minos y mujer de Teseo, se enamoró de su hijastro Hipólito. Este, como no pudo convencerle, le envió unas tablillas escritas a su marido diciendo que había sido poseída por Hipólito y se mató ahorcándose. Teseo, escuchado el asunto, ordenó a sus hijos salir de las murallas y pidió a su padre Neptuno la muerte de su hijo. Así pues, cuando Hipólito iba en un caballo unido, de repente apareció un toro del mar. Los caballos, espantados con su mugido, arrastraron a Hipólito y lo privaron de la vida.

El Castigo de Midas

Midas, rey de Migdonio e hijo de la diosa madre, fue elegido por Tímolo como juez en aquel tiempo en el que Apolo competía con Marsias o Pan con la flauta. Como Tímolo dio la victoria a Apolo, Midas dijo: que más bien ha de ser dada a Marsias. Entonces Apolo, indignado, le dijo a Midas: tal corazón tuviste juzgando, tales orejas tendrás. Escuchadas estas cosas, hizo que tuviera orejas de asno.

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