La Misión de la Iglesia en el Mundo Contemporáneo: Reflexiones Esenciales
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Hoy, todo gira en torno a la **competitividad**. Se defiende la **teoría del derrame** (que supone que todo crecimiento económico logra provocar mayor equidad) [EG, nº 53-54].
El proceso de **secularización** (la desaparición de los valores propios de la religión) tiende a reducir la fe y la Iglesia al ámbito de lo privado. El **individualismo globalizado** debilita el desarrollo de los **vínculos** entre las personas [EG, nº 64-67].
Nuestro dolor y **vergüenza** por los pecados de los miembros de la Iglesia no nos debe hacer olvidar a aquellos que muestran amor a la humanidad [EG, nº 76].
Muchos **laicos** sienten el temor de que alguien les invite a realizar las tareas **apostólicas** y escapan [EG, nº 81].
Las **reivindicaciones de los derechos de las mujeres**. El sacerdocio para los hombres puede ser conflictivo. La **potestad sacerdotal** se encuentra en el ámbito de la función, no de la dignidad. El **sacerdocio ministerial** es el medio que Jesús utiliza al servicio de su pueblo, pero la gran dignidad viene del **bautismo** [EG, nº 94].
Capítulo 3: La Iglesia como Pueblo de Dios Evangelizador
La Iglesia es el **Pueblo de Dios**. Quienes evangelizan son los que pertenecen al Pueblo de Dios. Consiste en anunciar la **salvación**, aunque a veces se pierde. La Iglesia tiene que ser el lugar de **misericordia gratuita** donde todos puedan sentirse acogidos [EG, nº 114].
En virtud del **Bautismo**, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en **discípulo misionero** (la conversión es un encuentro con Dios). Quien pertenece al Pueblo de Dios se bautiza, se convierte y evangeliza [EG, nº 120].
La **homilía** no puede ser un espectáculo entretenido; se debe dar el sentido de la celebración [EG, nº 138].
Utilizar un **lenguaje positivo**, proponer lo que podemos mejorar y mostrar un valor positivo que atraiga, en lugar de quejarse [EG, nº 159].
El **kerygma** (el primer anuncio, el más profundo del Evangelio) tiene un rol fundamental en la **catequesis**. Este es el fuego del Espíritu y nos hace creer en Jesucristo [EG, nº 164].
Capítulo 4: La Dimensión Social de la Evangelización
Nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta; una **auténtica fe** implica un profundo deseo de cambiar el mundo [EG, nº 183].
La necesidad de resolver las **causas estructurales de la pobreza** (aquello que determina nuestra vida pero que nosotros no afectamos a su estructura) no puede esperar; se debe sanar la sociedad. Mientras no se resuelvan los problemas de los pobres, no se resolverá ningún problema [EG, nº 202].
Que crezca el número de **políticos capaces de dialogar**. La **política** es una de las mejores formas de **caridad**; hay que buscar políticos a quienes les duela la verdad de la sociedad y de los pobres [EG, nº 205].
Los **niños por nacer** son los más indefensos e inocentes; no podemos negar su **dignidad humana** y quitarles la vida. Esta defensa está ligada a la defensa de cualquier **derecho humano**. Un ser humano es siempre sagrado; toda violación de la dignidad es una ofensa para Cristo [EG, nº 213].
La Iglesia no va a cambiar de opinión sobre esto; no se pueden resolver los problemas eliminando la vida humana. Debemos **acompañar a las mujeres** que se encuentran en situaciones duras y piensan en el **aborto** como solución a una violación o a la pobreza [EG, nº 214].
La Iglesia no quiere detener el progreso de la **ciencia**, pero no se puede pretender que una opinión científica adquiera el peso de un dogma de fe. Se promueve el **diálogo entre fe y ciencia** [EG, nº 243].
Un **pluralismo** que respete a los diferentes y los valore como tales. No implica la **privatización de las religiones** o la marginalidad de los templos, sinagogas o mezquitas, sino el debido respeto a los no creyentes (agnósticos) para buscar la **paz y la tolerancia** [EG, nº 255].
Capítulo 5: Evangelización con Espíritu
Una **evangelización con espíritu** es diferente a una obligación pesada. Hay que encontrar las palabras para alentar una etapa evangelizadora más fervorosa. Las personas que pertenecen al Pueblo de Dios son más fervorosas (pasionales) [EG, nº 261].
La **misión en el corazón del pueblo** es algo que no puedo arrancar de mi ser si no quiero destruirme (ir en contra de mí mismo). Hay que decidir a fondo ser con los demás y para los demás. Quien se ha convertido en cristiano y no vive como misionero quedará vacío, dejará de ser pueblo [EG, nº 273].
Con el **Espíritu Santo** siempre está **María**. Ella es la **Madre de la Iglesia evangelizadora**. Cada vez que la miramos, volvemos a creer en la **ternura** y en el **cariño**. Vemos que la **humildad** es la virtud de los fuertes, pues no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes.