Miguel Hernández: Un Recorrido por su Poesía y Etapas Literarias
Enviado por Chuletator online y clasificado en Lengua y literatura
Escrito el en español con un tamaño de 3,76 KB
Evolución Poética de Miguel Hernández
1. Tradición y Vanguardia en Miguel Hernández
En su primera etapa (etapa oriolana), como poeta, recibe una fuerte influencia de la tradición clásica, donde se tratan temas como la naturaleza, la infancia y el pastoreo. Los rasgos más característicos de esta influencia se muestran en la presencia de un costumbrismo regionalista y una influencia de los poetas del Renacimiento (petrarquismo y Garcilaso de la Vega, con obras basadas en la naturaleza y en el Locus amoenus), un ascetismo (donde aparece la naturaleza como obra de Dios, símbolo de perfección) y la influencia proveniente de Góngora, presente también en etapas posteriores, donde se muestra una poesía ultrapurista (en Perito en lunas, se observa en las metáforas y en el hermetismo). Del Modernismo adopta el lirismo, la temática y la pureza poética. Ejemplo de este Modernismo es su poema “Pastoril”.
Durante la segunda etapa (la etapa de la amistad y el amor), Miguel Hernández comienza creando una poesía muy religiosa, de ahí que sus autos sacramentales Quién te ha visto y quién te ve y Sombra de lo que eras recuerden al estilo de Calderón de la Barca (obras de teatro de temática religiosa). También trata sobre el amor frustrado e inalcanzable, parecido al amor cortés que aparece en las obras de Garcilaso de la Vega y Juan de Herrera. Un ejemplo de este tipo de amor se encuentra en el poema “El rayo que no cesa”. En esta época comienzan las primeras dudas de Miguel Hernández entre la religión y el amor carnal, que recuerdan a Unamuno y su existencialismo perenne. Es en esta época cuando desarrolla sus primeras obras de reivindicación social (especialmente teatro) como El labrador de más aire, a imagen de Fuenteovejuna de Lope de Vega. Por último, se entrevé en sus obras un dolor por lo español y por España, que recuerda a las obras de Antonio Machado.
En su tercera etapa (la etapa de la guerra), sus obras adquieren un tono más épico, de lucha y de instigamiento continuo. Se recuerda a los románticos como Zorrilla. El surrealismo está presente en esta etapa, de ahí sus metáforas cósmicas, imágenes y símbolos, muy presentes en el poema "Sonreídme". A mediados de 1935 se produce un giro ideológico que se traduce en un giro en el lenguaje literario y en el abandono del surrealismo en pos de una poesía social. Vuelve aquí, por razones pragmáticas, por la necesidad de ser comprendido por el ejército y por el pueblo, al romance y a la claridad. A partir de aquí, la poesía popular se va imponiendo en Viento del pueblo hasta el final de sus días.
Ya en Cancionero y romancero de ausencia (Cuarta etapa), no se perciben vanguardias y prevalecen, por el contrario, las repeticiones y paralelismos propios de la tradición oral. Por ejemplo, en Cancionero y Romancero de ausencia, se identifica con canciones tradicionales como "Asómate a esta ventana", o el poema "Ni me lavo ni me peino" del cancionero popular murciano con el de Cancionero y romancero de ausencia "ni te lavas ni te peinas".
Miguel Hernández es un poeta autodidacta, que recoge lo óptimo de los celebérrimos poetas españoles de todos los siglos. A ello se añade su propio entorno, que permite crear juegos y sustentar bajo aparente sencillez complejos cantos neopopulares. Entre un extremo y otro, el surrealismo, la búsqueda por conocer nuevos caminos, de la mano de amigos como Neruda o Aleixandre. Del mismo modo, las circunstancias sociales, políticas y literarias que recorren la vida del poeta, permiten configurar un entramado de asociaciones que permiten concluir que estamos ante uno de los poetas más relevantes del siglo XX.