Miguel Ángel: El Renacimiento en Florencia
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Contexto Histórico del Renacimiento
El Renacimiento marcó el regreso a las formas clásicas tras el período medieval, considerado oscuro y atrasado. Este movimiento surgió en ciudades italianas y francesas donde la burguesía había alcanzado poder económico y político, como Génova, Pisa y Nápoles. Al carecer de una ideología propia, la burguesía se inspiró en la Grecia y Roma clásicas, tomando como modelo estas sociedades sin feudalismo. Los antecedentes del Renacimiento se encuentran en los siglos XII, XIII y XIV con escritores como Boccaccio y Dante. Este período supuso la sustitución del teocentrismo por el antropocentrismo y el surgimiento del mecenazgo. La posición social del artista mejoró, siendo admirado por la burguesía, que no consideraba deshonroso el trabajo manual. El anonimato en la creación artística tendió a desaparecer. Los artistas fueron empleados no solo por la burguesía, sino también por la nobleza y el clero, quienes competían por sus servicios. Florencia, con la familia Médici, fue la primera ciudad en recurrir a la cultura clásica. Lorenzo de Médici, a mediados del siglo XV, se convirtió en mecenas, rodeándose de artistas admiradores de la época clásica y humanistas. Florencia se convirtió en la cuna del Renacimiento tras un conflicto con Milán, en el que los florentinos ensalzaron su valor tomando como modelo la Florencia de la época romana.
La Basílica de San Pedro
Levantada sobre el lugar de entierro de San Pedro, la construcción de la Basílica fue financiada por el Papa Julio II mediante la venta de "bulas de indulgencia", documentos que prometían el perdón de pecados a cambio de dinero. Esta práctica, que causó gran escándalo, fue una de las causas del origen del protestantismo. Julio II encargó la obra a Bramante, quien diseñó una planta de cruz griega con cuatro ábsides, cuatro portadas y cuatro campanarios en las esquinas. Tras la muerte de Bramante, Rafael y Sangallo continuaron la obra. Sangallo la abandonó y Rafael modificó el diseño a una planta de cruz latina con tres naves, capillas laterales, un transepto semicircular y un vestíbulo en la entrada. Posteriormente, Miguel Ángel regresó al diseño de cruz griega de Bramante, con una gran cúpula central, un único ábside, una sola entrada y cuatro cúpulas más pequeñas en lugar de los campanarios. La cúpula central, inspirada en la de Brunelleschi, se sostiene sobre cuatro pilares robustos y es visible desde el exterior. Está compuesta por un tambor con vanos rectangulares coronados por frontones triangulares o semicirculares, flanqueados por columnas corintias. Entre el tambor y la base de la cúpula, Miguel Ángel añadió un cuerpo adornado con guirnaldas, mientras que el casquete exterior está decorado con nervios de mármol. Coronando la cúpula, Miguel Ángel diseñó una linterna que fue terminada por sus discípulos.
La Pietá
Esculpida en mármol con una estructura piramidal, la Pietá representa a la Virgen sosteniendo a su hijo muerto. Esta técnica, frecuente en el norte de Europa pero inédita en el sur, se atribuye a la procedencia francesa del donante. Su pequeño tamaño se debe a que formaba parte de un conjunto escultórico mayor, lo que también explica la desproporción de los cuerpos. Diseñada para ser colocada en un lugar elevado, la Pietá muestra una elaborada ejecución, inusual dada la prolífica producción de Miguel Ángel. El rostro de la Virgen, que parece más joven que el de su hijo, expresa un dolor contenido. Sostiene el cuerpo desnudo de Jesús, cubierto por un paño en la cadera. Miguel Ángel demuestra su maestría en la anatomía humana, sin mostrar sangre ni huesos rotos. La desnudez de Jesús contrasta con el amplio ropaje de la Virgen, cuyos pliegues quebrados evidencian el dominio técnico del escultor. Miguel Ángel firmó la obra en una banda sobre el pecho de María, una práctica poco común en la época que le valió críticas.
El David
Obra maestra de Miguel Ángel, el David es una escultura de gran belleza y perfección. Esculpida en un bloque de mármol de Carrara, que otros artistas habían descartado por su dureza, Miguel Ángel no utilizó bocetos, solo martillo y cincel. Representa a David en el instante previo a enfrentarse a Goliat, con la honda en la mano izquierda. Su rostro expresa la "terribilità" característica de Miguel Ángel. Con una altura de 5 metros, el David presenta un ligero contrapposto, siguiendo el canon de Policleto. La tensión corporal y muscular se aprecia en las venas y tendones del joven atleta. Encargada por la máxima autoridad de Florencia tras la expulsión de los Médici, la obra representa la república, mientras que Goliat simboliza a los Médici. Actualmente se encuentra en la Galería Uffizi.