Miguel Ángel en la Capilla Sixtina: Bóveda y Juicio Final, Obras Maestras del Renacimiento

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Miguel Ángel en la Capilla Sixtina: Un Viaje por la Bóveda y el Juicio Final

El Renacimiento constituye una etapa de esplendor artístico que se inicia en las ciudades italianas a comienzos del siglo XV y que supuso retomar los principios de la antigüedad clásica. En este periodo histórico se producirán acontecimientos tan importantes como la Reforma y la Contrarreforma, el descubrimiento de América y el afianzamiento de las monarquías europeas.

La Bóveda de la Capilla Sixtina: Génesis y Creación

La Capilla Sixtina estaba destinada a albergar la reunión del cónclave. La decoración original corrió a cargo de diferentes maestros del Quattrocento, quienes en las paredes representaron escenas de la vida de Moisés y escenas de la vida de Cristo, así como imágenes de los primeros papas. En la bóveda estaba pintado el cielo en azul oscuro con estrellas doradas hasta que Miguel Ángel, siguiendo las órdenes de Julio II, volvió a pintarlo.

Composición y Simbolismo de la Bóveda

La obra está pintada al fresco, técnica en la que Miguel Ángel no poseía una vasta experiencia a gran escala. En su composición, Miguel Ángel simula diez arcos fajones con la intención de dividir la gran bóveda de cañón en nueve tramos, a la vez que dos falsas cornisas dividen los tramos en tres registros. En ellos se desarrolla la siguiente iconografía:

  • Historias del Génesis: Son nueve escenas que van desde la creación hasta el renacer de la humanidad tras el diluvio universal. Esta iconografía contó con el asesoramiento de la corte papal. Se sitúan en los nueve rectángulos centrales de dos tamaños diferentes que hay en la bóveda. Son:
    1. La separación de la luz y las tinieblas
    2. La creación de los astros
    3. La separación de tierras y aguas
    4. La Creación de Adán
    5. La Creación de Eva
    6. El Pecado Original y la Expulsión del Paraíso
    7. El Sacrificio de Noé
    8. El Diluvio Universal
    9. La Embriaguez de Noé
  • Ignudi: En las esquinas de los recuadros menores están sentados un total de 20 adolescentes desnudos, sin justificación narrativa aparente, que sostienen medallones de bronce con escenas del Antiguo Testamento.
  • Antepasados de Jesús: Según el Evangelio de San Mateo, representados en los tímpanos triangulares.
  • Profetas y Sibilas: Figuras de gran tamaño situadas en los tímpanos triangulares, que anticipan la venida de Cristo.
  • Escenas bíblicas de la lucha de Israel por la libertad: Ubicadas en las pechinas de la bóveda.

La Creación de Adán: Un Icono del Arte Universal

Una de las más célebres escenas es La Creación de Adán, en la que logra captar la intensidad del instante en que Dios va a insuflar la vida a un Adán anhelante. La composición en elipse lleva nuestra mirada hasta el gesto de los dedos, que no llegan a tocarse y que se convierte en el punto focal de la bóveda.

La pintura de Miguel Ángel refleja su temperamento escultórico en la creación de figuras enormes, vigorosas, en tensión con el espacio y en una extraordinaria variedad de posturas y actitudes. Combina espacios llenos de figuras con grandes vacíos. Los cuerpos revelan un perfecto conocimiento de la anatomía humana, especialmente los Ignudi. En su pintura tiene gran importancia el dibujo; sus figuras están bien torneadas y utiliza colores vivos y luminosos de gran intensidad (violetas, verdes vibrantes, naranjas intensos, azules eléctricos...).

Conclusión sobre la Bóveda Sixtina

El arte renacentista recupera el espacio unitario y con luz diáfana, la morfología clásica y la vuelta a la medida y la proporción. Las pinturas de la Sixtina representan a la perfección las características pictóricas de Miguel Ángel: pasión por el dibujo, importante conocimiento de la anatomía humana y colores brillantes. Esta obra se completaría posteriormente con el Juicio Final que, inmerso ya en el Manierismo, sería un reflejo de la profunda crisis espiritual que vivió Miguel Ángel.

El Juicio Final: La Visión Apocalíptica de Miguel Ángel

Introducción al Juicio Final

La última etapa en la decoración de la Capilla Sixtina es la ejecución del Juicio Final, llevada a cabo en su etapa final en Roma, ya con 60 años, cuando atravesaba una profunda crisis espiritual y religiosa que se manifestó en un espíritu anticlásico, favoreciendo la expresividad de los condenados.

Composición e Iconografía del Juicio Final

El tema es la Segunda Venida de Cristo y el Juicio Universal, con la resurrección de los muertos, según el relato del Apocalipsis de San Juan. Miguel Ángel lo representa en una inmensa escena única, sin división alguna del espacio pictórico, situando las figuras en cuatro franjas horizontales a las que confiere distinta escala para que la zona de los justos parezca mayor desde abajo. Es el drama de la humanidad cuando se aleja de Dios y se enfrenta al Juicio Final.

  • Parte Superior: En ambos lunetos, se encuentran los ángeles con los instrumentos de la Pasión.
  • Centro de la Composición: En la parte alta, Cristo está representado como Juez, con la mano derecha levantada en un gesto de condena a los pecadores. Es un Cristo imberbe que somete todo a una especie de torbellino centrípeto: a la izquierda, una ascensión duramente ganada; a la derecha, la caída destructora. A su lado se encuentra la Virgen, cuyas menores proporciones acentúan la poderosa figura de Cristo. A sus pies y ocupando un lugar privilegiado, hay dos santos: San Bartolomé, aguantando su piel (en ella aparece la imagen de un rostro deformado en el que la tradición ha creído ver el autorretrato del artista), y San Lorenzo, con la parrilla.
  • Parte Inferior Central: Sobre un grupo de nubes, los ángeles del Juicio Final tocan las trompetas y llevan en un pequeño libro el nombre de los salvados y en otro mucho más voluminoso el de los condenados. Una serie de mártires, con los atributos de su martirio, se agrupan alrededor de Cristo en un torbellino.
  • Base de la Escena: A la izquierda se representa la resurrección de los muertos, con los esqueletos saliendo de sus tumbas. Sobre ellos, una multitud de bienaventurados ascienden con dificultad y esfuerzo. Más arriba y sobre unas nubes, a la altura de Cristo, los bienaventurados que ya han alcanzado su destino. A la derecha, los condenados se despeñan, arrastrados por demonios que aceleran su caída hacia el abismo. Caronte lleva a los condenados en su barca.

La pintura de Miguel Ángel refleja su temperamento escultórico en la creación de figuras enormes, vigorosas, en tensión con el espacio y en una extraordinaria variedad de posturas y actitudes. Combina espacios llenos de figuras con grandes vacíos. Los cuerpos revelan un perfecto conocimiento de la anatomía humana, especialmente los Ignudi. En su pintura tiene gran importancia el dibujo; sus figuras están bien torneadas y utiliza colores vivos y luminosos de gran intensidad.

Conclusión sobre el Juicio Final

Este frontal encaja con la profunda crisis espiritual del artista después del fracaso de la ideología humanista, el saqueo de Roma y la destrucción del mito de la inmunidad de la Ciudad Santa. La desnudez de las figuras no gustó a la Iglesia de su tiempo y, una década después, se pidió al pintor Daniele da Volterra que cubriese esa desnudez, por lo que se le dio el apodo de Il Braghettone. En la última restauración se ha decidido dejar la obra tal y como se ha visto desde entonces.

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