Miguel Ángel Buonarroti: Genio Renacentista entre Escultura, Pintura y Arquitectura
Enviado por Chuletator online y clasificado en Arte y Humanidades
Escrito el en español con un tamaño de 3,15 KB
Miguel Ángel Buonarroti: Un Genio del Renacimiento
Miguel Ángel Buonarroti, junto con Leonardo da Vinci, representa el ejemplo más claro de la idea renacentista del artista como genio. Su larga vida le permitió participar del clasicismo humanista, del manierismo y de la problemática contrarreformista.
Miguel Ángel practicó la escultura, la pintura, la arquitectura y la poesía, pero siempre se consideró a sí mismo ante todo un escultor. Seguidor de la filosofía neoplatónica (según la cual la idea es siempre más importante que la materia y el cuerpo), concibió la escultura como una labor purificadora, liberación del espíritu, de la idea contenida en la materia. De ahí la fuerza interior que expresan sus figuras, verdaderas metáforas de esta lucha de la idea por salir de la materia. Y de ahí, un rasgo que caracteriza a muchas de sus obras: el non finito, es decir, el dejar las esculturas en un estado rudo, de aspecto inacabado, sin pulir.
Primeros Años y Obras Romanas
Formado en la Florencia de los últimos momentos de esplendor de los Medici, muy pronto marcha a Roma donde, en su primera estancia, realiza entre 1498 y 1500, por encargo de un cardenal francés, su famosísima Piedad. Esta obra, con su virgen casi infantil y su pureza estética, puede simbolizar la culminación del humanismo Quattrocentista.
El David y el Regreso a Florencia
De nuevo en Florencia, realiza de 1501 a 1504 su célebre David. Tallado en un estrecho bloque de mármol que otros artistas habían desechado por considerar imposible sacar nada de él, el juvenil David de Miguel Ángel muestra un curioso estudio de composición, que logra transmitir mediante el contrapposto, una mezcla de equilibrio y tensión. Es una simbiosis entre el relato bíblico y el ideal heroico, que muestra la preferencia de Miguel Ángel por el momento tenso anterior a la acción. Una exaltación de los ideales republicanos y su traslado a la Piazza della Signoria (donde estuvo hasta 1873, año en que fue sustituida por una copia).
El Regreso a Roma y la Tumba de Julio II
En 1505, el papa Julio II le llama a Roma y le encarga la realización de su tumba. Solo se realizó una versión reducida, que incluye el gran Moisés (esculpido en 1515), uno de los mejores ejemplos de la terribilità miguelangelesca. También estaban pensadas para formar parte de esta tumba las figuras de esclavos que hoy se pueden admirar en el museo del Louvre.
La Capilla Sixtina
Julio II le ordenó también (pese a sus protestas de que no era pintor) pintar al fresco el techo de la Capilla Sixtina, creando un extraordinario despliegue de figuras y escenas bíblicas que, desarrollándose en el marco de una arquitectura fingida, trazan la historia de la humanidad, tal como la creación, la expulsión del paraíso o el diluvio universal.
Tumbas de los Medici
(Tumbas de Lorenzo y Medici) en el que los retratos de los difuntos conviven con las personificaciones alegóricas de la noche, el día, la aurora y el crepúsculo.