Miguel Ángel: Biografía, Estilo y Análisis de sus Obras Maestras 'La Piedad' y 'David'
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Miguel Ángel: Genio del Renacimiento
Miguel Ángel Buonarroti: Considerado el mayor representante y mejor escultor de todos los tiempos. Realizó proyectos importantes en arquitectura, escultura y pintura. Nació en Caprese, donde su padre era un cargo público. A los 13 años entró en el taller florentino de los hermanos Ghirlandaio, donde permaneció tres años. Después, acudió a la escuela de San Marcos, influenciada por la filosofía neoplatónica. Esta experiencia dejó huella en él y le llevó a dibujar las estatuas clásicas de la colección de Lorenzo de Médici.
A finales del siglo XV, tras la expulsión de los Médicis, tuvo lugar su primera estancia en Roma. En esos años, realizó por encargo La Piedad y finalizó el David. Al año siguiente, el papa Julio II le llamó a Roma para que realizara su mausoleo. Miguel Ángel pasó ocho meses trabajando en el proyecto, aunque el Papa abandonó la idea y le encargó la decoración de la Capilla Sixtina. Volvió a Florencia y realizó la Capilla Medicea. Más tarde, se instaló de nuevo en Roma, donde Clemente VII le confió la decoración de la pared del fondo de la Capilla Sixtina con la representación del Juicio Final. Fue el arquitecto jefe en las obras de San Pedro del Vaticano. Murió en Roma y fue enterrado en Florencia, en la iglesia de la Santa Croce.
Pensamiento y Técnica
No se puede separar su obra de sus pensamientos filosóficos, marcados por la influencia neoplatónica y la lucha entre la materia y la forma. El alma lucha para liberarse de la esclavitud de la materia, y la obra de arte surge del bloque de mármol, su prisión. En su método de trabajo, comenzaba por la cara frontal del bloque de mármol, dibujando la figura. Poco a poco, hundía su dibujo en la piedra mediante un modelado. La obra emerge del bloque de mármol como si fuera una figura que surge gradualmente del agua.
Miguel Ángel refleja en su obra la belleza del cuerpo humano, cuyo conocimiento anatómico domina a la perfección. Sabe plasmar la tensión interior, su famosa terribilitá. En sus obras, utiliza el non finito, dejando obras inacabadas, tanto por circunstancias externas como por voluntad propia. Prefirió el mármol, utilizando la técnica sustractiva. Las superficies tienen un buen acabado, pulidas con ovillos de paja, piedra pómez, etc. En sus últimas obras, dejará las superficies rugosas.
La Piedad
A finales del siglo XV, Miguel Ángel llegó a Roma, centro cultural y político de Italia, donde entró en contacto con los círculos que protagonizaban la renovación artística de fin de siglo. Llevó a cabo, por encargo del cardenal francés Jean Bilhères, La Piedad, también conocida como la Piedad del Vaticano, destinada a su capilla funeraria. Es la única obra firmada por el artista, cuyo nombre aparece en la cinta que cruza la túnica de la Virgen.
Es una obra de juventud, esculpida cuando tenía 23 años. Más tarde, volverá a representar el tema de la Piedad, en la de la catedral de Florencia y en la Piedad Rondanini.
El tema de la Piedad era corriente en la Edad Media para la decoración de capillas funerarias. El artista representa el momento en que, tras el Descendimiento de la Cruz, el Hijo muerto descansa en el regazo de su Madre. Miguel Ángel capta la emoción de ese momento, no con un dolor desgarrado, sino con una emoción contenida y una aceptación serena.
Composición y Detalles
El artista inscribe las dos figuras en una composición piramidal. Los ejes de las dos cabezas siguen direcciones casi perpendiculares, y el brazo de Cristo se contrapone al de su Madre. El tratamiento del cuerpo de Cristo es asombroso y revela el profundo conocimiento que tenía de la anatomía humana. Los ropajes de la Virgen presentan pliegues profundos, creando contrastes de luz y sombra que enmarcan el cuerpo de su Hijo, donde se concentra la luz. En la zona del pecho, los ropajes se pegan al cuerpo de la Virgen para revelar las formas humanas, como en la técnica de paños mojados.
La juventud con la que aparece representada María, que se le reprochó como un defecto, simboliza su pureza y su eterna virginidad, respondiendo al ideal neoplatónico. El pulimentado final del mármol logra un acabado perfecto que refleja maravillosamente la luz. La obra ha sido restaurada debido a que un loco atacó la escultura con un martillo, dañando el rostro de la Virgen.
David
David es una obra de juventud, realizada en un solo bloque de mármol de Carrara, incluyendo la roca sobre la que descansa. El bloque en el que se talló se encontraba abandonado en el patio de la catedral. En el Renacimiento, era muy popular el mito de la Antigüedad de las estatuas colosales ex uno lapide, realizadas en un solo bloque. Solo los más grandes artistas podían atreverse con ellas. Según narraba Plinio, la más legendaria de las obras ex uno lapide era el Laocoonte. Miguel Ángel quería alcanzar este logro.
Contexto y Significado
El relato bíblico cuenta cómo el gigante Goliat desafió a los israelitas en una pelea cuyo resultado decidiría la victoria en el enfrentamiento entre ambos pueblos. David, un joven pastor, futuro rey de Israel, se ofreció para este enfrentamiento y mató a su adversario lanzándole una piedra con su honda, decapitándolo después. David no aparece representado como el héroe que ya ha vencido a Goliat, sino justo en el momento previo a la acción, por lo que la calma y el reposo son solo aparentes.
Análisis de la Obra
A través de su expresión, David muestra una gran energía espiritual, así como resolución y determinación para ejecutar su misión: el entrecejo fruncido, la mirada amenazante y el gesto terrible resumen a la perfección la célebre terribilitá. Los ojos están profundamente tallados, y el claroscuro de los cabellos intensifica la mirada. Los músculos están en tensión, los tendones vibrantes.
Miguel Ángel realiza en esta obra un canto a la belleza masculina y un magnífico estudio anatómico, a pesar de algunas críticas sobre la desproporción de las manos o de la cabeza. En la postura del cuerpo, el artista utiliza el contrapposto. La pierna derecha soporta en tensión el peso del cuerpo, frente a la izquierda que se curva ligeramente para transmitir una sensación de equilibrio armónico. La visión frontal queda rota con el giro de la cabeza hacia la izquierda, donde se supone que está Goliat. El artista plasma en esta obra el prototipo del héroe que triunfa por su inteligencia sobre la fuerza bruta.