Migraña: Síntomas, Tratamientos y Prevención
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Psicología y Sociología
Escrito el en español con un tamaño de 4,84 KB
No todos los dolores de cabeza son migrañas, ni todas las migrañas cursan con dolores de cabeza. La cefalea o dolor de cabeza es una de las formas más comunes de dolor. Aunque su causa es desconocida, el dolor que la produce se debe a una dilatación de las arterias situadas en el cráneo.
Cefálico es cuando se siente un dolor fuerte. Acefálico es cuando no se siente dolor.
Síntomas de la Migraña
Migraña sin aura
- Dolores fuertes y palpitantes que normalmente afectan a un solo lado de la cabeza.
- A menudo incluyen náuseas y vómitos.
- Hay distorsión de la visión. (Se ve todo borroso).
- Vértigo e hipersensibilidad a la luz. (La luz molesta y se siente que todo da vuelta).
- Los dolores de cabeza se tienen el mismo día de la semana o el mes, o bien se presentan después de algún hecho en particular.
- Los dolores son más intensos con las actividades físicas, sobre todo cuando uno se agacha.
- Hay falta de apetito. (No provoca comer).
- Fatiga. (Se siente cansancio, falta de energía en el cuerpo, se siente decaída).
- Entumecimiento (rigidez en el cuerpo), hormigueo (se siente como si animalitos caminaran por el cuerpo) o debilidad.
Síntomas después de que la migraña se alivia
- Confusión mental, sentir que el pensamiento no es claro ni agudo.
- Necesidad de dormir más.
- Dolor de cuello.
Migraña con aura
El ataque comienza con un aura (la persona ve luces intermitentes, formas y colores distorsionados y otras ilusiones ópticas) que dura de 10 a 30 minutos antes de empezar el dolor. Luego el aura desaparece y el dolor se hace más intenso y palpitante.
- El dolor ataca a un solo lado de la cabeza.
- La migraña puede durar desde unos 30 minutos a 5 días o más.
- En ocasiones, vomitar alivia un poco el ataque.
Cabe señalar que algunos pacientes experimentan el aura sin la migraña; a esta condición se le llama migraña acefálica.
Tratamiento de la Migraña
Aunque todas las migrañas están asociadas con el dolor, difieren en su severidad y su frecuencia. Por ello es necesario crear un tratamiento a medida que atienda las necesidades individuales de cada enfermo. La medicación intensa es empleada para tratar cefaleas determinadas y deben usarse rápidamente en la fase inicial. En ocasiones también son efectivas para la reducción de otros síntomas del ataque, como las náuseas, los vómitos o la sensibilidad al ruido o la luz. Las terapias preventivas son empleadas de forma diaria para prevenir los ataques o reducir su frecuencia y severidad.
Dentro de estas terapias se encuentran las farmacológicas y las no farmacológicas, como las terapias físicas y de comportamiento. Por último, los medicamentos de rescate se aplican cuando la medicación intensa falla. Generalmente pueden administrarse en casa, aunque algunas terapias más agresivas que requieren inyecciones intramusculares o intravenosas se dan en el consultorio médico o en el servicio de urgencias. Este tratamiento puede causar somnolencia, lo que resulta adecuado para aliviar el dolor, aunque algunos pacientes se quejan porque les impide continuar con sus actividades cotidianas. Existen cuatro agentes diferentes para el tratamiento individual de las migrañas:
- Analgésicos.
- Antieméticos.
- Ergotamina.
- Triptanes.
Algunos tratamientos combinan varios agentes, pero su abuso puede agudizar el problema en lugar de aliviarlo. Existen además varias terapias no farmacológicas que están siendo utilizadas con éxito en el abordaje o prevención de las cefaleas (dolor de cabeza):
- Terapia de retroalimentación eléctrica: monitoriza las sensaciones del cuerpo, desde la temperatura hasta la tensión muscular. Conocida esta información, el paciente intenta mejorar el control sobre la tensión muscular y la temperatura con el fin de eliminar los síntomas asociados a las cefaleas y reducir la frecuencia y severidad de los ataques.
- Terapia cognitiva: consiste en aprender a controlar los pensamientos y reducir los de naturaleza negativa. Esto permite que el enfermo controle el estrés y las situaciones en la que es probable que se desencadene un ataque.
Prevención de la Migraña
Con el fin de reducir la gravedad, la duración y la frecuencia de los ataques, se recurre a tratamientos profilácticos. La cura profiláctica debería durar al menos 3 meses y en caso de éxito, debería prolongarse de 6 a 12 meses (a veces incluso durante años), antes de disminuirse progresivamente (no detener de forma repentina). Intentar entonces una pausa de 3 a 6 meses y reiniciar en caso necesario. Normalmente el efecto no se siente hasta cumplir unas 6 semanas de toma regular.