Migraciones Interiores en España: Tipos, Historia y Consecuencias

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Migraciones Interiores en España

Concepto y Definición

El concepto de migraciones interiores hace referencia a los movimientos de la población dentro de un mismo país. Estos movimientos reflejan la situación económica de un país. Las migraciones interiores nos indican que 4 de cada 10 españoles han cambiado de municipio de residencia al menos una vez en la vida.

Tipos de Migraciones Interiores

Existen varios tipos de migraciones interiores en función del tiempo y del lugar de destino:

  • Migraciones temporales: de duración limitada, asociadas normalmente a actividades agrícolas o ganaderas.
  • Migraciones definitivas o de larga duración: dependiendo del origen y del destino pueden ser:
    1. Éxodo rural: emigraciones del campo a la ciudad (muy dado entre 1950 y 1975).
    2. Migraciones interurbanas: entre pequeñas y medianas ciudades, con importancia en la actualidad.
    3. Migraciones interrurales: condicionadas por la explotación económica del núcleo receptor.
  • Migraciones suburbanas: se trasladan los habitantes de una ciudad a núcleos rurales cercanos.
  • Movimientos habituales: realizados de modo periódico o normal por cuestiones de ocio o trabajo. Un ejemplo son los movimientos pendulares, que suponen traslados entre centro y periferia y viceversa.

Evolución Histórica en España

El proceso de trasvase de la población desde el interior hacia la periferia se inició en el siglo XVI, se acentuó en el XVIII y alcanzó su máximo desarrollo final en el XIX y la segunda mitad del XX, como consecuencia de la industrialización. Desde finales del siglo XIX se distinguen varios periodos:

Finales del siglo XIX - 1960

Se produce una aceleración del éxodo rural hacia las ciudades de Cataluña, País Vasco y Madrid. Se traslada la población activa del sector primario al secundario. Este movimiento se frena en los años 30 y 40 como consecuencia de la crisis de 1929, la Guerra Civil y la posguerra.

1960 - 1975

Sube el éxodo rural y el desarrollo de las áreas metropolitanas, alcanzándose cifras como las de 1964 en que se mueven casi medio millón de personas. Las provincias receptoras son Barcelona, Madrid, las tres provincias vascas (Álava, Bizkaia, Gipuzkoa), Valencia y Zaragoza. Pierden población Extremadura, Andalucía y la Submeseta sur.

1975 - 1985

A partir de la crisis económica de 1973 cambian las corrientes migratorias con la disminución del éxodo rural, retorno de inmigrantes y aumento del número de migraciones interurbanas. Cataluña y País Vasco obtienen saldo migratorio negativo; Andalucía, Comunidad Valenciana, Canarias y Murcia, positivo.

Desde 1985 hasta la actualidad

Se produce un desarrollo de las migraciones interregionales e intraprovinciales, predominando los movimientos pendulares laborales y la novedad del creciente papel de los extranjeros, sobre todo extracomunitarios.

Situación Actual de los Saldos Migratorios

Se puede decir que en la actualidad tenemos saldos migratorios positivos en las principales áreas inmigratorias del Mediterráneo (excepto Barcelona) y del Valle del Ebro (excepto Zaragoza). Tienen saldos negativos algunas provincias que hace tiempo los tuvieron positivos (Madrid, Zaragoza, Barcelona, Gipuzkoa, Bizkaia) y provincias que eran emigratorias se mantienen (Ávila, Burgos, Zamora, Asturias, Teruel...).

Consecuencias de las Migraciones Interiores

Las consecuencias de estos movimientos son demográficas, económicas, sociales o ecológicas.

El Caso del País Vasco

Si nos centramos en el País Vasco, destacamos que durante años fue tierra de emigraciones, destacando América. Pero en el siglo XX la tendencia cambió, sobre todo en la segunda mitad.

1900 - 1950

Son Bizkaia y Gipuzkoa, por su temprana industrialización, las que atraen emigrantes y crecen en saldo migratorio. Navarra y Álava muestran saldos negativos. Esta misma disparidad entre el interior y la costa se daba en el País Vasco continental, donde Lapurdi ganaba población y Zuberoa y Baja Navarra la perdían.

1950 - 1975

Hay un crecimiento demográfico acelerado y homogéneo. Bizkaia y Gipuzkoa mantienen su vitalidad económica y demográfica, y Álava y Navarra se suman al desarrollo poblacional a partir de su desarrollo industrial. Entre 1960 y 1975 es cuando más gente llega al País Vasco.

A partir de 1975

A partir de la recesión económica se inician los saldos negativos. Las corrientes migratorias cambian y solo Álava y Navarra dejan un saldo positivo. En la actualidad predominan las migraciones intraterritoriales por motivos laborales y los movimientos pendulares por razón de trabajo o estudio.

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