Mezquita de Damasco: Historia, Arquitectura e Influencia en el Mundo Islámico
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La Mezquita de Damasco: Un Legado Histórico y Arquitectónico
Orígenes y Transformaciones
Damasco fue conquistada por el Islam en el año 638. En 660, el califa Moawiya, el primer omeya, trasladó la capital del mundo musulmán a esta ciudad desde Medina. Hacia 706, el califa al-Walid ordenó la construcción de una mezquita fastuosa en Damasco, que se convertiría en una obra maestra de la arquitectura y sería considerada la octava maravilla del mundo en la antigüedad.
Se sabe que en el siglo I d.C. ya existía en Damasco un templo romano dedicado a Júpiter. En el siglo IV, durante el reinado de Teodosio, este templo fue derruido y en su lugar se construyó una basílica cristiana consagrada a San Juan Bautista, probablemente reutilizando los materiales del templo anterior. Cuando los musulmanes tomaron Damasco, se compartieron los cultos islámicos y cristianos en este lugar. Posteriormente, al-Walid ordenó la demolición de la basílica para construir una nueva mezquita, reutilizando nuevamente los antiguos materiales romanos.
Estructura y Diseño
La Mezquita de Damasco, que ejerció una gran influencia en posteriores edificios religiosos islámicos (Córdoba, Amr, Kairuán, etc.), se estructura como una gran sala de oración de 136 metros de ancho y 38 metros de profundidad. A esta sala se accede por un patio porticado de 120 metros de ancho por 50 metros de fondo. La sala de oración tiene un cuerpo central que conduce al mihrab, y a cada lado de este cuerpo hay tres naves que se desarrollan en paralelo al muro de la kibla. En el centro geométrico del templo, frente al mihrab, se encuentra la Cúpula del Águila, originalmente construida en madera, al igual que las cúpulas de al-Aksa y la Roca. Tiene forma circular y se alza sobre un octógono sostenido por cuatro trompas angulares.
Las naves de la sala de oración descansan sobre inmensas columnas coronadas con capiteles de orden corintio, unidas entre sí por grandes arcos. Encima, un segundo orden de columnas más pequeñas sostiene arcos menores sobre los que reposan las techumbres del edificio. Es probable que las columnas provengan del antiguo templo de Júpiter. El aspecto de cada línea de arcadas, con dos niveles de altura, es similar al de un acueducto romano sostenido por poderosas columnas.
Influencias Bizantinas y Características Islámicas
La Mezquita de Damasco absorbió influencias de la arquitectura bizantina. Según Ibn Battuta, al-Walid solicitó la ayuda del emperador bizantino, quien envió 12,000 artesanos para colaborar en la construcción y decoración. Sin embargo, la planta de este gran templo del Islam se caracteriza, como otros, por su disposición oblonga. Las mezquitas islámicas de esta época se distinguen por tener una anchura que predomina sobre la profundidad. Son templos anchos donde los creyentes rezan unos junto a otros, todos mirando en dirección a la kibla. Esta característica las diferencia de las naves profundas y estrechas de los templos cristianos, donde los fieles rezan unos detrás de otros en un orden jerarquizado en relación con la posición del altar.
El Patio y sus Mosaicos
El gran patio que da acceso a la sala de oración de la mezquita está porticado, alternando como soportes dos columnas por cada pilar, excepto en la zona norte, donde todas las columnas fueron sustituidas por pilares. El inmenso pórtico también tiene dos alturas, con arcos más pequeños en el nivel superior. En el patio de la Mezquita de Damasco destaca la magnífica decoración de mosaicos, que representan bellas imágenes de bosques, ríos y casas de campo, evocando los paisajes del Paraíso prometido a los creyentes.