Mezquita de Córdoba: Historia, Arquitectura y Evolución del Arte Hispano-Musulmán
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La Mezquita de Córdoba: Un Legado Arquitectónico
La Mezquita de Córdoba es el edificio más importante del periodo emiral y califal cordobés, construida en diferentes fases desde el siglo VIII al X a través de sucesivas ampliaciones y reformas. Su construcción se inició entre el 786 y el 788 por el emir Abd-al-Rahman I sobre un templo basilical comprado a la comunidad cristiana. Es obra del primer periodo artístico hispanomusulmán.
Contexto Histórico
En el 711, la Península Ibérica es conquistada por los árabes desde el norte de África, lo que supone la inmediata islamización de casi todo el territorio. La Hispania romana y visigoda se transforma ahora en al-Ándalus, una provincia más del Imperio Omeya. La arquitectura islámica española tiene gran importancia como creadora de formas originales, así como por el papel que desempeña en la difusión de formas y técnicas orientales en la arquitectura cristiana occidental. De hecho, al-Ándalus se convierte en un puente cultural entre oriente y occidente. En el siglo X, Abd al-Rahman III convierte al-Ándalus en un califato independiente. Es éste el momento de apogeo del arte andalusí, que alcanza sus mayores cotas de esplendor y calidad artística.
Construcción Inicial de Abd al-Rahman I
Abd al-Rahman I comienza su construcción en el siglo VIII. En su construcción se aprovecharon tramos de muros de una iglesia que ocupaba ese mismo espacio y numerosas columnas visigóticas e incluso romanas. Inicialmente, su planta era un cuadrado perfecto, la mitad un patio no porticado y el resto la sala de oraciones, el Haram, que es prácticamente cuadrado y consta de once naves perpendiculares al muro de la quibla, que mira al Sur en vez de al Este, siendo la central más ancha que las laterales. La novedad más importante es el sistema de soportes: las naves se dividen con arquerías apoyadas sobre columnas de fuste rojo que sostienen arcos de herradura y sobre ellos pilares que sostienen arcos de medio punto que soportan los tejados de las naves. Este nuevo sistema de soportes permite resolver el problema de la altura y la luminosidad. Esta idea fue puesta en uso por los romanos.
Ampliación de Abd al-Rahman II
La segunda mezquita corresponde a la ampliación de Abd al-Rahman II entre el 832 y el 848, que derriba el viejo muro de la quibla y prolonga así el Haram, la longitud de las naves hacia el sur en ocho tramos. Se le añaden ocho nuevas naves a la sala de oración. Esta segunda mezquita se completa en tiempos de Abd al-Rahman III en el año 951, que ordenó extender el patio de la mezquita hacia el norte. Se crearon en el mismo pórticos en el que se alterna el pilar y la columna, y lo principal, se construye un magnífico alminar de planta cuadrada.
Ampliación de Al-Hakam II
La tercera ampliación es la más espectacular y está propiciada por la ampliación de Al-Hakam II. Recibe ahora influencias de la mezquita de Kairuan y persas. A partir del año 962 se comienza una obra ambiciosa que empieza por derribar de nuevo el anterior muro de la quibla y volver a ampliar hacia el sur el haram en otros doce tramos. Para resaltar este espacio se construyen cuatro cúpulas gallonadas, tres en línea frente al mihrab y la cuarta sobre la nave central a la entrada del haram. El actual mihrab y la maxura con su extraordinaria cúpula, decorado todo con mosaicos bizantinos de tema epigráfico y vegetal. Crea 4 bóvedas de piedra, una sobre la nave del mihrab y las otras tres sobre la maqsura. El muro de la quibla se construye doble, con cinco habitaciones para el sabat o pasadizo desde el alcázar para el califa y otras cinco en el lado oriental para el tesoro.
Última Ampliación de Al-Mansur
La cuarta y última ampliación se produce durante el gobierno del plenipotenciario ministro Al-Mansur en 987. Amplió hacia el este ocho naves a lo largo de toda la mezquita que suman un total de 19 naves. Esta ampliación ocasionó la pérdida de la posición central que tenía el mihrab. Se trata de una necesidad para albergar el gran número de población nueva en Córdoba con la llegada de numerosas tribus bereberes. Exteriormente es menos decorativa. Prescinde de la ornamentación, salvo en los arcos polibulados y arcos de herradura de las puertas. Diversos contrafuertes dividen en tramos las fachadas. A pesar de todas las ampliaciones intentaron mantener la unidad estilística original, especialmente en cuanto a los arcos y columnas, creando así una unidad.