Métodos de Desinfección y Esterilización: Químicos, Físicos y Biológicos

1. Procedimientos Químicos

Los procedimientos químicos en la desinfección pueden actuar de dos maneras:

• Acción microbiostática: Impiden el crecimiento y la proliferación de los microorganismos.
• Acción microbicida: Destruyen los microorganismos presentes en el medio, eliminándolos.

Estos compuestos pueden clasificarse como antisépticos o desinfectantes.

Antisépticos

Son productos químicos que eliminan los microbios patógenos, pero no necesariamente a todos los microorganismos. Pueden ser tolerados, al menos superficialmente, por los seres vivos. Ejemplos incluyen el alcohol etílico, el agua oxigenada, las soluciones de yodo, la mercromina y los antibióticos. El término "antiséptico" generalmente se refiere a sustancias aplicadas al cuerpo.

Desinfectantes

Son compuestos con una acción más enérgica que los antisépticos, pudiendo llegar a la esterilización. Son irritantes y tóxicos para el hombre, por lo que se utilizan únicamente sobre objetos inanimados. La palabra "desinfectante" se usa comúnmente para designar sustancias aplicadas sobre superficies, utensilios, etc. Ejemplos de desinfectantes son la lejía, el fenol, el formol y el oxígeno concentrado. Algunos desinfectantes pueden actuar como antisépticos a bajas concentraciones.

Quimioterápicos

Son sustancias que actúan sobre las bacterias, ya sea matándolas o paralizando su acción, facilitando la acción de las defensas naturales del organismo. Tienen la particularidad de no perjudicar al individuo al que se administran, por lo que se utilizan eficazmente para combatir enfermedades microbianas en humanos y animales. Entre los más conocidos figuran las sulfamidas.

2. Procedimientos Físicos

Los microorganismos pueden ser atacados por agentes físicos, entre los que destaca la esterilización.

Esterilización

Se define como una operación encaminada a destruir todos los microorganismos presentes en un determinado material. Los procedimientos más importantes son el calor seco y el calor húmedo.

El calor afecta a las proteínas y ácidos nucleicos, esenciales para la vida de los microorganismos. Se aplica de diferentes formas:

a) Calor Seco

La destrucción de microorganismos se puede conseguir por flameado directo con una llama o en un horno Pasteur, donde la temperatura se eleva a 180°C y se mantiene durante aproximadamente dos horas. Se utiliza para materiales que no se alteran a temperaturas elevadas, como objetos de vidrio o metal.

b) Calor Húmedo

Se emplea para esterilizar materiales que se alterarían o quemarían a las temperaturas de los hornos Pasteur, como medios de cultivo, paños, algodón, etc. Se lleva a cabo en un autoclave, un aparato en cuyo interior hay agua que se evapora al elevarse la temperatura. El vapor de agua, al alcanzar temperaturas superiores a 100°C y una presión de una atmósfera (equivalente a 120°C), mata a las bacterias y otros microorganismos en un plazo de 20 minutos.

Cuando se utiliza vapor de agua a temperaturas inferiores a 100°C, se habla de pasteurización. Este método no destruye las formas resistentes de los microorganismos, pero sí elimina un buen número de agentes infecciosos.

Radiaciones

La destrucción microbiana ocurre cuando las radiaciones afectan moléculas como el ADN. Las más utilizadas son los rayos gamma y, especialmente, los rayos ultravioleta (UV). Las radiaciones ultravioleta tienen poca penetración y solo actúan en los lugares donde inciden perpendicularmente, por lo que se utilizan principalmente en espacios pequeños, como quirófanos, y sobre superficies lisas.

Filtración

Para eliminar microorganismos de algunos productos, se utilizan filtros con poros muy pequeños que retienen a los microbios. Sin embargo, los virus no son filtrables, ya que su reducido tamaño les permite atravesar los filtros sin dificultad.

3. Procedimientos Biológicos

Se trata de sustancias producidas por ciertos microorganismos, como los mohos, que, en pequeñas cantidades, impiden el desarrollo de muchos microbios patógenos. Actualmente, se obtienen artificialmente por la industria farmacéutica. No son nocivos para los individuos a los que se administran, por lo que constituyen uno de los medicamentos más utilizados para combatir las enfermedades infecciosas. Se les conoce como antibióticos.

El primer antibiótico conocido fue la penicilina, descubierta por Fleming en 1929. Su aplicación en el tratamiento de infecciones bacterianas humanas tuvo un gran impacto, reduciendo drásticamente la mortalidad causada por algunas enfermedades infecciosas. Sin embargo, el uso abusivo de antibióticos ha llevado a la selección de poblaciones bacterianas resistentes, provocando la reaparición de enfermedades que ya no responden al tratamiento.

La industria farmacéutica produce antibióticos a gran escala mediante microorganismos. Algunos ejemplos destacados son la terramicina, la estreptomicina, la bacitracina, las tetraciclinas y la cefalosporina. Los virus, al carecer de metabolismo propio, no se ven afectados por la acción de los antibióticos.

Un antibiograma es una prueba analítica que determina el antibiótico adecuado para cada bacteria. Se realiza colocando pequeños discos impregnados de diversos antibióticos (a diferentes concentraciones) sobre una placa de cultivo infectada. La acción bacteriostática o bactericida se evalúa midiendo el halo de inhibición alrededor de cada disco. El antibiótico con el halo mayor es el más adecuado.

La biotecnología constituye uno de los campos más novedosos y prometedores de la microbiología, contemplando el uso de microorganismos en procesos industriales a gran escala.