Metodología y Epistemología en Ciencias Sociales: Un Enfoque Crítico

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Unidad I: Tres Aproximaciones a la Ciencia

Texto: Tres Aproximaciones a la Ciencia – Marradi, A. (1)

La tradición helenista y escolástica sostenía que la tarea de la ciencia es la de identificar la naturaleza de cada especie de objeto del conocimiento, separando lo esencial y fijo de lo accidental y variable.

Sin embargo, Galileo Galilei rompe con esta concepción en el siglo XVI, afirmando que la tarea de la ciencia es, en realidad, formular, controlar y decidir afirmaciones entre las propiedades de los objetos. También señaló que estas relaciones debían ser expresadas matemáticamente. Según Galileo, el científico debe saber cómo interrogar a la naturaleza y penetrar sus secretos.

A partir de esta visión, surge el concepto de método experimental. Este método se caracteriza por ser parte de una concepción ideal, ya que supone que los hechos de la naturaleza son fungibles, es decir, intercambiables y aislables.

El método experimental tiene dos tipos de límites: el límite teórico y el límite práctico. El límite teórico consiste en que no se puede estar seguro de que otras propiedades no consideradas en el experimento influyan en la propiedad experimental. Por otro lado, existe el límite práctico, que consiste en que no siempre es posible controlar las variaciones en la propiedad que se manipula ni mantener perfectamente constantes a las que deberían estarlo. El método experimental, por lo tanto, no es aplicable a las ciencias sociales debido a los límites prácticos que presenta. Esto se debe a que las ciencias sociales se caracterizan por no ser fungibles. Los hechos sociales no pueden ser aislados de su entorno.

Ante la falta de un instrumento intelectual para analizar aspectos de las ciencias sociales, a principios del siglo XVIII, A. Achenwall aplica la matriz de datos como metodología estándar para las ciencias sociales, a pesar de haber sido una herramienta elaborada por matemáticos en el siglo XVI para llevar registro de la economía. Este elemento permite tratar la variabilidad entre objetos del mismo tipo y realizar análisis estadísticos. En las filas se vuelcan los casos y en las columnas las propiedades. Esta herramienta permite aislar variables y establecer relaciones entre ellas. Cada caso se puede descomponer en un conjunto de propiedades, y a su vez, estas propiedades pueden tomar distintos estados que luego se convertirán en datos cuantificables. Este mecanismo es útil para las ciencias sociales, ya que puede transformar información en un dato cuantificable y aislar las variables. Cada estado en una propiedad, una vez transformado en dato, es perfectamente separable de su detentador; cada estado en una propiedad es totalmente independiente de los otros estados de su detentador en todas las otras propiedades. Cada dato con el mismo valor es perfectamente asimilable entre sí.

Hasta el momento no había ninguna unidad de medida específica en las ciencias sociales; solamente existía algo pensado para expresar cantidades de dinero y cuantificar. Sin embargo, en el siglo XX se trató de aplicar el mismo procedimiento que se utilizaba con el dinero, pero para medir actitudes. Es decir, surgieron las escalas, que eran una forma de cuantificar información como actitudes, opiniones, etc., y se comenzó a realizar una especie de “encuestas” con un conjunto de posibilidades de opiniones que fueran lo más abarcativas posible y luego cuantificarlas. Así surgió el enfoque estándar de las ciencias sociales, el método de asociación.

La diferencia entre el método de asociación y el experimental es que el segundo procura establecer relaciones entre las variables, mientras el primero analiza las actitudes y permite establecer asociaciones.

En contraposición al método de asociación, surge el método cualitativo o no estándar. Este se caracteriza por intentar reducir al mínimo la separación entre la ciencia y la vida cotidiana, por tener mayor dependencia del contexto en el cual se trabaja, tener preferencia por los problemas micro y estudiarlos con profundidad. Este método tiene necesidad de vigilancia epistemológica, es decir, que el investigador logre interpretar la información sin que su ideología, pensamiento, etc., influyan en la interpretación.

Unidad II: Marxismo y Sociología

Texto: Marxismo y Sociología – Bottomore, T. (3)

En este texto, Bottomore toma como base a la teoría marxista y, a partir de esta, presenta a varios autores. Supone que la teoría marxista atañe a un conjunto de problemas específicos que son también tomados como objetos de otras teorías sociológicas, independientemente de los desacuerdos en cuanto a esquemas conceptuales y a principios metodológicos. En síntesis, quiere establecer la relación que existe entre el marxismo y la sociología.

Bottomore considera como guía adecuada para la presentación de la teoría marxista a los “Manuscritos económicos y filosóficos” (1844), sobre todo porque en este texto Marx define un concepto fundamental en su teoría, el de trabajo humano. En este manuscrito, Marx toma un concepto hegeliano, el de trabajo espiritual, y lo transforma en un concepto muy diferente, el de trabajo dentro del proceso de producción material, como fuente de riqueza. Esto no significa que Marx limite su concepción de trabajo meramente a la producción material, sino que, por el contrario, mantiene la noción más amplia del trabajo como actividad humana, en la cual se conjugan la producción material e intelectual. Según este concepto de trabajo humano, el hombre no sólo produce los medios de su subsistencia física, sino que crea a la vez toda una forma de sociedad.

Por otro lado, Marx toma otro concepto hegeliano, el de alienación del trabajo, y también lo transforma. La alienación del trabajo es para Marx un proceso que no sobreviene en el dominio intelectual o espiritual, sino en el mundo de la existencia física y la producción material del hombre. Entonces, el trabajo alienado es el que algunos le imponen a otros y trabajo forzado es, además, un tipo de trabajo tal que de su producto se apropian otros. Es decir, el trabajo puede generar riquezas donde no las había y también puede generar un valor mayor del necesario para sostenerlo, una plusvalía, que es luego apropiada por los dueños de la producción. De estos dos conceptos se puede rescatar uno de los elementos principales de la teoría marxista: el trabajo es un proceso que se desarrolla en la historia y en cuyo transcurso el hombre, al cambiar la naturaleza, se cambia a sí mismo y cambia a su sociedad. Además, la concepción del trabajo alienado introduce la idea de la división de la sociedad en dos grupos: los dueños de la producción y quienes producen.

Bottomore incluye en su obra una cita de “Contribución a la crítica de la economía política” de Marx (1859). En este fragmento, Marx plantea que en la producción social que llevan a cabo los hombres, estos entran en determinadas relaciones que son independientes de su voluntad. La totalidad de estas relaciones de producción entre productores (trabajadores) y dueños de la producción, constituyen la estructura económica de la sociedad. Esta estructura da pie a las superestructuras jurídicas y políticas. Esto quiere decir que las ideas jurídicas y políticas se asientan sobre una estructura ya preestablecida, por lo tanto, están en armonía con ella. Según Marx, los modos de producción en cierto punto de su desarrollo entrarían en crisis y esto llevaría siempre a un proceso de revolución social.

Los estudios de Marx maduro presentan dos aspectos: uno es el refinamiento de su análisis teórico de los modos de producción y el otro, un afán permanente por situar el modo capitalista de producción y la sociedad capitalista dentro de un esquema histórico del desarrollo social. Los Grundrisse muestran la evolución del pensamiento de Marx sobre tres cuestiones principales. La primera es el desarrollo del análisis del dinero y el intercambio, y formula una concepción del dinero como vínculo social que expresa las relaciones sociales de la sociedad capitalista. En segundo lugar, al examinar la producción, emplea un nuevo concepto, el de fuerza de trabajo, para describir la mercancía que el trabajador vende a cambio de su salario. Esta mercancía es capaz de generar riquezas donde no las había o de crear una plusvalía. En tercer y último lugar, Marx analiza las condiciones en que sobrevendrá la quiebra del capitalismo. Una de ellas, la negativa, es la superproducción, que se refiere a que la producción es limitada porque los productos no se pueden intercambiar y entonces no se puede realizar la plusvalía que contienen. O bien, se puede expresar como que la causa última de todas las crisis es siempre la pobreza y el restringido consumo de las masas, en contraste con la tendencia de la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas de modo tal que su límite sea solo el poder absoluto de consumo de la sociedad. Pero hay otro factor, positivo, para el colapso del capitalismo y es la creación de condiciones económicas en que ya se alcanza en parte una dirección colectiva o comunal del proceso de trabajo social.

Poco después de la muerte de Marx (1883), su teoría comenzó a ejercer cada vez más influencia, intelectual y política, por dos vías que han signado su desarrollo hasta el presente: el movimiento obrero y las ciencias sociales académicas.

Así la teoría marxista pasó a ser la teoría o doctrina social de la clase obrera. Arraigó con máxima fuerza en el partido Social-Demócrata alemán, cuyos dirigentes se convirtieron en los principales herederos intelectuales y políticos de Marx, y dominaron en buena medida el movimiento obrero internacional hasta 1914. Pero a raíz de las particulares condiciones políticas vigentes en Alemania, ese partido cobró el carácter de un Estado dentro del Estado, creando en gran escala sus propias instituciones culturales y educativas.

Émile Durkheim (1858-1917)

  • ¿Cómo asegurar el orden en la sociedad francesa donde los lazos tradicionales entre personas están rotos?
  • Si la felicidad de las personas se logra cuando estas no exigen más que lo que puede ser acordado, ¿quién pone el límite moral? -> Debe ponerse desde afuera: la justicia.
  • El orden moral es equivalente al orden social.
  • Preeminencia de la sociedad sobre los individuos.
  • Solidaridad orgánica vs. solidaridad mecánica.
  • Solidaridad mecánica: escasa diferencia entre miembros de una comunidad, poco nivel de conflicto.
  • Solidaridad orgánica: diferenciación entre sus miembros, alto nivel de conflicto dirimido por una autoridad exterior: conciencia colectiva.
  • Conciencia colectiva: exterior al individuo que resume el conjunto de creencias y sentimientos comunes al término medio de la sociedad.
  • Las Reglas del Método Sociológico (1895).
  • La sociología estudia los hechos sociales como cosas (ciencia similar a las de conocimiento empírico).
  • Un hecho social consiste en toda forma de obrar, de pensar y de sentir que ejerza sobre el individuo una presión exterior.
  • Los hechos sociales son anteriores a los individuos y lo obligan a actuar en una dirección determinada.
  • Leyes, normas e instituciones que aseguran la integración del individuo con la sociedad.
  • El mundo social es objetivo y exterior a los individuos, es un dato y como tal es un orden natural.
  • La integración social se logra a través de la profesión y del gremio la división social del trabajo (modelo corporativo).

Émile Durkheim nace en 1858 y muere en 1917. Su madurez intelectual abarca el duro período de consolidación y crisis de la Tercera República francesa, en la que la política de los liberales era anticlerical y antitradicionalista, pero también duramente represiva frente a las reivindicaciones del movimiento obrero. En ese entorno, Durkheim asume una misión: colaborar con la consolidación de un orden moral que le diera a la nación francesa la estabilidad del antiguo régimen, pero fundada sobre otras bases.

Su pregunta central es una pregunta sobre el orden: ¿cómo asegurarlo en la compleja sociedad industrial en donde los lazos tradicionales que ataban al individuo a la comunidad están rotos? En uno de sus libros fundamentales, El Suicidio (1897), Durkheim señala que la felicidad del ser humano sólo es posible si éste no exige más de lo que puede ser acordado. Pero, ¿cómo fijar la cantidad de bienestar que puede perseguir legítimamente un humano? Los límites no deben buscarse en su constitución orgánica ni psicológica. Librado a sí mismo, el hombre se plantea fines inalcanzables y así cae en la decepción. Estos límites deben ser impuestos a los hombres desde afuera por un poder moral indiscutido que funde una ley de justicia. Pero ella “no podrán dictársela ellos mismos; deben recibirla de una autoridad que respeten y ante la cual se inclinen espontáneamente. Únicamente la sociedad, ya directamente y en su totalidad, ya por mediación de uno de sus órganos, está en condiciones de desempeñar ese papel moderador; porque ella es el único poder moral superior al individuo y cuya superioridad es aceptada por éste.” El orden moral es, por lo tanto, equivalente al orden social. Este a su vez se expresa como un sistema de normas que, por su parte, se constituyen en instituciones. La sociología es el análisis de las instituciones y de la relación de los individuos con ellas. Esta preocupación aparece nítida en sus primeras obras. En 1893 publica su tesis de doctorado, La División del Trabajo Social, cuyo eje problemático es ya la relación entre el individuo y la sociedad. El supuesto es que hay una primacía de la sociedad sobre el individuo y que lo que permite explicar la forma en que los individuos se asocian entre sí es el análisis de los tipos de solidaridad que se dan entre ellos. La solidaridad mecánica está vinculada a las formas más primitivas, la conexión entre los individuos se obtiene sobre la base de su escasa diferenciación. Es una solidaridad construida a partir de semejanzas y, por lo tanto, de la existencia de pocas posibilidades de conflicto. La solidaridad orgánica es más compleja. Supone la diferenciación entre los individuos y, como consecuencia, la recurrencia de conflictos entre ellos que solo pueden ser zanjados si hay alguna autoridad exterior que fije los límites. Esa autoridad o fuerza externa es la conciencia colectiva, que no está constituida por la suma de las conciencias individuales, sino que es algo exterior a cada individuo y resume el conjunto de creencias y sentimientos comunes a término medio de una sociedad. Es esta conciencia que modela a individuo, la que permite que finalmente la sociedad no se transforme en una guerra de todos contra todos.

Durkheim también se encarga de analizar el suicidio, pero no como acontecimientos aislados, sino considerando a los suicidios en conjunto, durante una unidad de tiempo y en una sociedad dada. Esto ya constituye mucho más que la suma de los actos individuales: es un hecho social. Durkheim tipifica tres tipos de suicidio. El suicidio egoísta es aquel motivado por un aislamiento demasiado grande del individuo con respecto a la sociedad. Es el suicidio de los marginados, de los solitarios, de los que no tienen lazos fuertes de solidaridad social. El suicidio altruista corresponde al otro extremo. Si el hombre se mata cuando está desligado de la sociedad, también lo hace cuando está demasiado fuertemente ligado a ella. El suicidio anómico es el tipo más significativo de suicidio. Anomia significa ausencia de normas. El suicida por anomia es aquel que no ha sabido aceptar los límites que la sociedad impone; aquel que aspira a más de lo que puede y cae, por lo tanto, en la desesperación.

En los tres casos es la relación del individuo con las normas lo que lleva al suicidio; se trata de fenómenos individuales que responden a causas sociales. Por eso este caso extremo de aparente individualismo que es el suicidio, puede ser tema de la sociología.

Dos años más tarde de la aparición de El Suicidio, Durkheim publica un libro en que define a la sociología y a su objeto. Se trata de Las Reglas del Método Sociológico, aparecido en 1895. El objeto de la sociología es el estudio de los hechos sociales; el método para estudiarlos es considerarlos como cosas. Sólo a partir de eso la sociología puede ser legítimamente considerada como una ciencia similar al resto de las ramas del conocimiento empírico. Un hecho social consiste en toda forma de obrar, de pensar y de sentir que ejerce sobre el individuo una presión exterior. Es decir que son anteriores y externos al individuo; lo obligan a actuar, lo coaccionan en determinada dirección. Se expresan en normas, leyes, en instituciones que aseguran la tendencia de la buena integración del individuo con la sociedad.

Durkheim, en su introducción a El Suicidio, advertía sobre el error de definir sociológicamente ese acto a partir de la voluntad de quien lo comete. La intencionalidad de los actos es inobservable y, por lo tanto, no puede ser la base de la ciencia. El punto de partida de Max Weber (1864-1920) su contemporáneo, fue precisamente el criticado por Durkheim. Si éste construye el objeto de la sociología desde la exterioridad y la coacción de lo social sobre los individuos, Weber considerará como unidad de análisis a los individuos, precisamente porque son los únicos que pueden albergar intenciones y fines en sus actos. La trama del discurso teórico de Weber es muy distinta a la de Durkheim. Weber es tanto un historiador y un científico de lo político, como un sociólogo y esto se reflejará en sus preocupaciones temáticas y en su método de investigación. Weber está trabajando por una doble determinación. Por un lado, la vigencia en Alemania de la discusión sobre el status científico del estudio de lo social. Él intentará superar esa polémica, pero no a la manera durkheimiana, es decir, naturalizando a la sociedad para transformar así a la sociología en una ciencia empírica, sino diseñando un método de tipo histórico-comparativo que le permita recuperar a la vez la particularidad y la universalidad del hecho social. Pero la segunda determinación que opera sobre Weber tendrá quizás más importancia como estímulo para su labor específica. En el momento en que él madura su obra, el peso de la orientación marxista es muy grande en Alemania, mientras que en Francia es casi nula. Weber dialoga con Marx permanentemente. Se ha dicho que el objetivo de Weber era completar la imagen de una materialismo económico con un materialismo militar y político; el tema central que le permitirá poner en práctica esa propuesta es el origen y el carácter del capitalismo. En efecto, ese es su tema central y él aparece tanto en La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo (1904-1905) como en la Historia Económica General (1924).

El método por el cual Weber llega a aislar la causa fundamental del capitalismo es el histórico-comparativo. Si, comparando sociedades diferentes, logramos igualar las principales variables que aparecen en ellas, quedando una y solo una cuyas características no son compartidas por la totalidad, queda claro que es la decisiva para explicar la diferencia específica. El análisis histórico pasa a ser sociológico cuando el científico construye, a partir de la realidad, tipos-ideales. “Se obtiene un tipo ideal al acentuar unilateralmente uno o varios puntos de vista y encadenar una multitud de fenómenos aislados, difusos y discretos, que se encuentran en gran o pequeño número y que se ordenan según los precedentes puntos de vista elegidos para formar un cuadro de pensamiento homogéneo. Pero el punto de partida para esta construcción es el actor y la acción social; las relaciones sociales y los hombres interactuando. La sociología es, de tal modo, una ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social, para de esa manera explicarla causalmente en su desarrollo y efectos. El Estado, la familia, cualquier formación social, deja de existir sociológicamente cuando no existen relaciones sociales que le den sentido. La característica básica de la vida social es la orientación de las acciones humanas hacia la consecución de determinados fines a través de la utilización de medios adecuados racionalmente para conseguirlos.

Las regularidades en la conducta humana se deben principalmente al reconocimiento por los actores de la existencia de un orden legítimo que les otorga validez.

Unidad III: Espíritu Sociológico y Espíritu Crítico

Texto: Espíritu Sociológico, Espíritu Crítico – Lahire, B. - (10)

El texto de Lahire fue ideado con el fin de explicitar y transmitir una serie de hábitos y actitudes intelectuales propias del oficio del sociólogo. Por eso se dirige a todos los lectores de ciencias sociales, ocasionales o habituales, profanos o expertos, estudiantes o colegas, como también a todos aquellos que, aun estando fuera del universo de las ciencias sociales, tratan de entender cómo funciona el mundo social. El texto está animado por el deseo de decir con el menor misterio y con la mayor precisión posible, qué cosas hace el sociólogo para producir un conocimiento científico sobre el mundo social.

Las ciencias sociales, a diferencia de las ciencias naturales, se encargan de desnaturalizar el sentido común, es decir, profundizar los aspectos naturalizados. Se profundiza el estudio del objeto sobrepasando el sentido común. Para poder hablar de una ciencia social rigurosa, se debe superar la naturalización de cuestiones que ameritan la indagación. En las ciencias sociales se debe tener un respaldo empírico, es decir, utilizar como base a la realidad.

Los males y las patologías del lenguaje son obstáculos para los aprendices de la sociología. Según Lahire, la mejor manera de ayudar a los aprendices consistía en aportar una gran cantidad de pequeños direccionamientos correctivos de sus “malos hábitos” de hablar, escribir y pensar. Después de todo, proponerle al aprendiz una serie de ejercicios reeducativos es, en el fondo, el rol de un buen entrenador en sociología.

Se entiende por mistagogia al estudio de los misterios. Es la mala metodología de enseñanza, ya que está dirigida a unos pocos privilegiados. Es lo opuesto a la pedagogía, que apunta a divulgar los secretos y disipar los misterios. Es decir que no por ser complejo el objeto, el estudio debe ser misterioso, sino todo lo contrario, o sea transparente y claro.

El autor considera que su libro entraría en la categoría de “antimanual”, debido a su carácter de libro de investigador y no de docente. Así como no leemos una obra en la misma forma cuando queremos transmitirle la totalidad del razonamiento a un público estudiantil (lectura pedagógica) y cuando queremos continuar construyendo nuestro razonamiento de investigadores (lectura de investigación), tampoco escribimos el mismo tipo de obra cuando queremos enseñar una serie de conocimientos teóricos y metodológicos y cuando queremos transmitir el espíritu de un oficio de investigador en ciencias sociales.

El espíritu del sociólogo, según Lahire, tiene como principal característica el sentido crítico. La información sociológica debe basarse en la realidad y el sociólogo debe dar cuenta de la realidad con rigurosidad y estar abierto a contribuciones y críticas de sus pares.

Lahire plantea que, en la actualidad, los sociólogos están cada vez más preocupados por la originalidad que en resolver problemas y conocer la realidad social. Al hacer esto, responden a más de un mandato de renovación o novedad que a una necesidad de resolver problemas y de avance científico. El autor explica que el mundo académico funciona más como un universo literario que como un universo científico. Esto se debe a que en un universo científico se alienta la investigación de la verdad sobre el mundo social, algo que no sucede debido a lo antes explicado sobre la lógica de la moda. En cambio, en un universo literario, los criterios que permiten establecer diferencias entre mala y buena literatura no son claros. Esto quiere decir que no se alienta el avance científico y del conocimiento, sino que lo que se busca es pertenecer a un status, aunque el aporte no sea significativo, sino una respuesta a la novedad.

Las prácticas normales en un campo científicamente sano según Lahire, son: expresar públicamente acuerdos y desacuerdos con la tesis de colegas relevantes, apoyarse en determinado tipo de análisis para refutar otro, señalar grandes o pequeñas sobreinterpretaciones o contradicciones, subrayar argumentaciones defectuosas, y desmontar emprendimientos intelectuales cuyo éxito depende esencialmente del conjunto de signos distintivos que vinculan esa tesis con una moda intelectual. En resumen, la aceptación a la crítica y la develación de lo que se naturaliza son prácticas normales en un campo científicamente sano.

Sin embargo, en la realidad, quien ejerce su sentido crítico se hace sospechoso de agresividad, de maldad o de dureza, y el ejercicio de la crítica queda reducido a una acción malintencionada.

Según el autor, pluralidad no significa igualdad de todos en la escala que mide los grados de fuerza científica de los diversos trabajos en circulación. Sin embargo, cree que toda teoría de lo social puede aspirar a igual dignidad científica, solo en la medida que quienes la movilicen en sus investigaciones se impongan altos grados de persuasión argumentativa, exigencia metodológica y severidad empírica. Sin embargo, esto rara vez se cumple en los hechos. Es decir que algunas escuelas teóricas se someten muy raramente a la prueba de los hechos, otras se conforman con un control metodológico demasiado débil, y hay otras que afirman o seducen en vez de convencer o probar. Por todas estas razones, el reconocimiento de una posible pluralidad de interpretaciones concurrentes no impide, por el contrario, el trabajo crítico capaz de determinar el grado de fuerza probatoria de algunas interpretaciones. El espíritu crítico y la pluralidad teórica no son, por lo tanto, incompatibles. La pluralidad de interpretaciones permite la crítica, y por lo tanto, evita el “fanatismo”. [La diferencia de la sociología con la filosofía según el autor es que la sociología necesita la prueba empírica de las investigaciones.]

Según el autor, el buen funcionamiento del campo científico se da a cuenta de dos condiciones: que existan buenos y formidables respaldos empíricos y metodológicos. El autor considera que el nivel de argumentación y rigor colectivamente exigido en las investigaciones es muy bajo, por lo cual considera necesario elevar el derecho de entrada al universo profesional para que este funcione con todo el rigor y la voluntad requeridos de argumentar y probar empíricamente las investigaciones. Elevar el derecho de entrada tiene como finalidad excluir a pretendientes desprovistos de las capacidades necesarias para competir eficazmente.

Lahire marca la diferencia entre “profesionales de la sociología” y “estrellas de la disciplina”, basándose en que a estos últimos no se les aplican ciertas reglas y les resulta más fácil disponerse de todo rigor y ‘liberarse’ de todo condicionamiento disciplinario. No son cuestionados ni restringidos. Se les exige gran rigor a los ingresantes mientras que gran parte de los “grandes representantes” de la disciplina se permiten todo tipo de licencias. Con lo cual, los ingresantes comienzan a pensar que a quienes pasaron de “profesionales de la sociología” a “estrellas de la disciplina” ya no se les aplican ciertas reglas. “Paradójicamente, las personas de mayor prestigio e influencia, es decir, aquellas cuyos errores pueden tener consecuencias importantes y reales, son las que más fácilmente se los hacen perdonar.

Max Weber (1864-1920)

  • La unidad de análisis son los individuos, dado que son los únicos que pueden albergar intenciones y fines a sus actos.
  • Naturaliza la sociedad, transformando la sociología en una ciencia empírica.
  • Método histórico comparativo que le permite recuperar la particularidad y la universalidad del hecho social.
  • Diálogo con el marxismo: completar el materialismo económico con el militar y el político: estudio del origen y carácter del capitalismo.
  • El análisis histórico pasa a ser sociológico cuando logramos igualar las principales variables y queda solo una que no es compartida por la totalidad.
  • A partir de ello construye tipos ideales.
  • Tipo ideal: cuando se acentúa unilateralmente uno o varios puntos de vista y se encadenan fenómenos aislados que se ordenan según los puntos de vista elegidos unilateralmente para formar un cuadro de pensamiento homogéneo.
  • Punto de partida de la construcción: el actor y la acción social.
  • Racionalidad medios-fines.
  • Las regularidades de la conducta se deben al reconocimiento por parte de los actores de la existencia de un orden legítimo que le otorga validez: racionalidad y dominación burocrática impersonal.

Unidad IV: El Oficio del Sociólogo

Texto: El Oficio del Sociólogo – Bourdieu, P. – (8)

El punto de vista crea el objeto. Es decir, el hecho real pasa a ser un hecho sociológico cuando se lo mira desde una perspectiva sociológica. La realidad como hecho puro no existe. No es la relación real lo que construye la ciencia, sino los conceptos que se utilizan para interpretar esa realidad. Esto lleva a que, solamente otorgando nuevos puntos de vista a un mismo hecho, se puede crear una nueva ciencia, es decir que la ciencia se construye, construyendo al objeto. Es por eso que las ciencias sociales se diferencian de las ciencias físicas, puesto que estas no precisan de ser interpretadas, son exactas. No es posible construir el objeto si no se abandona la investigación de esos objetos preconstruidos. Una vez construido el objeto se deben identificar las características de ese objeto que permiten incluirlo en una categoría sociológica.

Según Bourdieu, el primer grado de ruptura epistemológica se da cuando aparece la necesidad de construir denominaciones específicas que, aun compuestas con palabras comunes, construyen nuevos objetos al establecer nuevas relaciones entre los aspectos de las cosas. Esto quiere decir que se da esta ruptura cuando se enuncia un objeto con vocablos comunes, pero dándole un significado diferente.

Según Bourdieu, la hipótesis y la experiencia están situadas en un mismo nivel en cuanto al proceso científico. Sin embargo, no hay que olvidarse que lo real nunca lleva la iniciativa, puesto que solo puede responder si se lo interroga (de lo racional a lo real). Todo tiene una lectura y un marco teórico. Cuanto menos exacta la ciencia, mayormente expuesto a la interpretación. El hecho es igual de importante como la interpretación que se le da. El sociólogo que investiga debe tener conciencia de que es quien está construyendo el objeto; esto se debe a que está sujeto a un marco teórico y que tiene motivaciones que no puede controlar. Despojarse de todo esto es prácticamente imposible para quien investiga, por lo tanto, este debe tener conciencia de su marco teórico e intelectual para no influenciar o contaminar el objeto.

Bourdieu plantea que, partiendo de un marco teórico, el sociólogo selecciona determinados métodos de recolección de datos. Estos distintos métodos no son todos neutrales y esto se debe a que, dependiendo el método que se elija, el mismo investigador, es decir, quien interroga, puede condicionar la pregunta o direccionar la respuesta debido a su marco teórico o bien que quien esté siendo interrogado, es decir quien se somete a este método de recolección de datos, por razones indefinidas como puede ser el ámbito social al cual pertenece, no diga toda la verdad o modifique la información a su gusto. Sin embargo, es más probable que el método sea más eficiente y neutral si se lo somete a un análisis epistemológico y esto significa que el investigador debe preguntarse sobre el método que está aplicando y todo lo que este implica, aún si se debe preguntar si él mismo está direccionando una respuesta o interpretándolas equívocamente.

También se debe tener en cuenta que no porque se efectúen las mismas preguntas, las respuestas vayan a ser idénticas. Es decir, que suponer que la misma pregunta va a generar las mismas respuestas en diferentes personas (diferentes situaciones, entornos, etc.) es estar errado. En conclusión, se puede decir que lo metodológico, si no es sometido a un apropiado análisis epistemológico, crea situaciones ficticias.

Bourdieu, personalmente, se muestra en contra de una metodología de recolección de datos en especial: el cuestionario. Según el autor, el cuestionario genera situaciones de exclusión y distorsión y tiene ciertas limitaciones. Una de ellas es que las normas sociales afectan sobre las preguntas efectuadas, por ejemplo, con temas “tabú”. También explica que existen preguntas que se omiten por el sociólogo según su concepción de la sociología como ciencia. Además, es muy común que quien responde lo haga conforme a lo que se espera de él. Por lo tanto, el cuestionario tiene valor metodológico, pero muchas limitaciones epistemológicas y, debido a esto, a pesar de ser un importante elemento de observación, no es eficiente.

La elección de las metodologías puede ser por omisión o inconsciencia, es decir, porque quien investiga decide conscientemente omitir ciertas cuestiones, o porque no es consciente de que se debe hacer un análisis detallado tanto del método que se elige como de su propio marco teórico y de todas las implicancias que ello tiene. Si el sociólogo está más interesado en simplificar la investigación de un objeto ya construido que en saber cómo se construye tal objeto, entonces se está perdiendo efectividad en la investigación. Asimismo, si se hace un corte en el objeto, es decir si se toma una parte de un total para construir un objeto, entonces se pierde el anterior y posterior de dicho corte. Es muy difícil discriminar los supuestos, ya sean conscientes o inconscientes que la técnica implica.

Bourdieu explica la distinción entre un objeto construido y un artefacto. El objeto construido, al cual hemos hecho referencia hasta ahora, es el objeto que construye un sociólogo utilizando tanto los aspectos metodológicos como su marco teórico e intelectual. En cambio, un artefacto carece totalmente de valor teórico, es decir que el sociólogo no se encarga de cuestionar aspectos como sus motivaciones inconscientes, su marco teórico, las influencias que este tiene en la investigación, etc.

El positivismo considera que la investigación científica solo se puede ejercer sobre lo que es tangible, cuantificable, etc. Sin embargo, los positivistas no tienen en cuenta ciertos aspectos como la elección del objeto y la construcción del mismo. Lógicamente no considerarán a los hechos sociales como posible objeto de una investigación científica, ya que estos generalmente no son tangibles. Sin embargo, Bourdieu considera que si se construye correctamente un objeto, la investigación científica sí se puede llevar a cabo.

Weber opone la expresión de tipo ideal a las construcciones especulativas de la filosofía social. Las construcciones especulativas no tienen formas de ser demostradas justamente porque son solo una especulación. En cambio, un tipo ideal es una construcción ideal coherente que se puede medir y que está próxima y es representativa de la realidad, aun cuando no llega a serlo exactamente, y tiene todas las características necesarias para ser estudiado.

El razonamiento por analogía es la base del descubrimiento científico en las ciencias sociales. El sociólogo utiliza hipótesis formuladas para otro tipo de ciencias para establecer analogías con su propia ciencia. Por ejemplo, un sociólogo puede formular una hipótesis formidable para las ciencias sociales y utilizarla analógicamente en otro tipo de ciencia para comprobar su alcance.

Bourdieu define al modelo como

sistema de relaciones entre propiedades seleccionadas, abstractas y simplificadas, construido con fines descriptivos, explicativos, o previsivos. Los modelos miméticos son aquellos que pueden solamente captar semejanzas exteriores en el objeto de estudio. En cambio, los modelos analógicos buscan la comprensión de los principios más ocultos y profundos, buscan profundizar las semejanzas. Entonces, razonar por analogía implica encontrar las semejanzas y descubrir a qué pueden llevar las relaciones que se establecen entre aquellas semejanzas.

[Entonces, podemos decir, relacionando los conceptos explicados hasta ahora, que si un sociólogo construye un objeto, analizando su marco teórico e intelectual y buscando el método de investigación adecuado, y previamente analizado, podemos formular una hipótesis general. Luego debo formular un tipo ideal que pueda confrontar con la realidad para encontrar semejanzas. Si encuentro las semejanzas, entonces puedo indagar y comenzar a encontrar analogías y a partir de ellas formular hipótesis más específicas y luego corroborarlas] ESTO ES UN RESUMEN MUY BA

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