Metodología de Diagnóstico y Evaluación en Trabajo Social

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Diagnóstico: Proceso de Diagnóstico y Evaluación (Hamilton)

Para comprender el significado de un caso es indispensable contar con suficientes datos psicosociales (ambiente, cultura, patología social, pautas de adaptación, actitudes, disposiciones afectivas). Estos se obtienen por métodos de estudio.

Estos se analizan en relación con el problema específico y la solicitud expresa de la persona. El Trabajador Social (TS) debe elaborar su opinión lo antes posible, en las primeras entrevistas.

La Importancia del Problema Expuesto por el Cliente

Es importantísimo tener en cuenta el problema que la persona expone (ahí empieza el tratamiento, se reformule o no, el punto de partida es lo que expone ella).

Definición de "Resumen o Declaración de Diagnóstico"

El "Resumen o declaración de diagnóstico", también llamado "Juicio de diagnóstico" o "impresión", es el significado que el TS deduce de los incidentes, historia y comportamientos.

Relación entre Diagnóstico y Tratamiento

El diagnóstico y el tratamiento se suceden en un proceso natural del caso.

Cada problema debe abordarse de manera individual y, aunque se trabaje en etapas, hay que comprender la naturaleza del proceso global.

Existen modos complementarios de interpretar el significado del caso, muy relacionados con la "Evaluación diagnóstica". Son percepciones psicosociales y los explicamos por separado.

Diagnóstico vs. Evaluación

Diagnóstico

El diagnóstico es la comprensión del problema psicosocial que el cliente plantea. Está relacionado con la interacción causal. Se pregunta: ¿qué pasa? ¿qué es lo que ocurre? Es una opinión profesional acerca de lo que plantea el cliente. Es un intento real, meditado y científico para comprender la necesidad actual del paciente.

La exposición subjetiva de la persona en referencia a su situación ya sería en sí misma un diagnóstico, pero no está bien emplear la misma palabra para una valoración profesional y una no profesional. Sea cual sea la historia objetiva del cliente o lo que subjetivamente sienta él, el trabajador debe procurar deducir de esa historia el más completo significado, descubrir el sentimiento oculto a través de los distintos elementos que la forman. Se trabajan conjuntamente (profesional y usuario) los elementos.

Evaluación

La evaluación es la comprensión del funcionamiento de la persona con respecto a su problema, capacidad y posibilidades, y recursos internos y externos. Está relacionada con el fin u objeto social.

Implica una capacidad disciplinada para formular juicios sociales. Requiere la habilidad de pensar libremente y sentir sin inclinaciones personales, con los mínimos prejuicios.

Ambos son modelos fundamentales y disciplinados.

La caracterización y evaluación de la personalidad se realiza en relación a la capacidad de desempeñar las funciones que le corresponden. Estas funciones son ineludibles si se trabaja desde el campo de la conducta y las relaciones humanas, porque hay que saber hacia dónde encauzar las capacidades y energías de la persona.

En el pensamiento reflexivo se agrupa el diagnóstico (definición y descripción de la situación) y la evaluación (fines y posibilidades del tratamiento, los recursos y la evaluación del cliente como persona humana).

La Hipótesis Diagnóstica

La hipótesis del diagnóstico nos ayuda a analizar los fenómenos y a ver indicaciones del tratamiento.

Adaptación y Contexto Social

Según el TS, todo carácter es aceptable, pero en la sociedad sabemos que hay actos mejores que otros. Nos basamos en un sistema cultural y nuestras acciones nos permiten más adaptación o nos acercan a la exclusión.

El Proceso de Tratamiento

El tratamiento se hace efectivo a partir del diagnóstico y la evaluación. ¿Dónde podemos actuar? ¿Qué es lo que el cliente espera? Exploramos su solicitud para saber a dónde conduce lo que pide.

Si conduce a problemas diferentes, el TS debe hacer ver a la persona estos problemas para que pueda decidir si quiere trabajarlos con nosotros o no. Se deben formular nuevos diagnósticos, pero siempre se debe tomar como punto de partida aquello en lo que la persona cree que radica la dificultad y evaluar la capacidad de la persona para hacer frente a la situación.

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