Metanecesidades y la Búsqueda del Saber: Una Exploración Profunda

Las metanecesidades también constituyen motivaciones a partir de las cuales el hombre puede buscar el saber. Pero la búsqueda del saber que parte de ellas se orienta hacia una clase de saber muy distinta del saber-instrumento porque las metanecesidades son muy distintas de las necesidades de deficiencia, que impulsan a buscar el saber instrumento. Para averiguar cuál es este saber, necesitamos conocer cómo funcionan las metanecesidades cuando se convierten en necesidades de saber.

La Correlación entre las Metanecesidades y un Tercer Aspecto de la Realidad

Según el principio de correlación general entre aspectos de la realidad y necesidades humanas, por cada aspecto que tiene la realidad, hay un grupo de necesidades del hombre, y al revés. Hay un tercer grupo de necesidades humanas: las necesidades de autorrealización o metanecesidades. Las necesidades de este grupo, como no proceden de la carencia, no son ni objetivas ni vivenciales. Según el principio de correlación general, tienen que hallarse también en correlación con algún aspecto de la realidad, pero ese aspecto no puede ser ni el exterior ni el subjetivo porque, como se trata de necesidades distintas, el aspecto de la realidad con el que se correlacionan debe ser un aspecto distinto también: no puede tratarse de ninguno de los dos anteriores. Así llegamos a la conclusión de que la realidad tiene un tercer aspecto.

La Distinción entre Inmanencia y Trascendencia

Ese tercer aspecto de la realidad no es obvio. Por tanto, tampoco está incluido en la polaridad, nuestro lugar vivencial. Y como no está incluido en nuestro lugar vivencial, vivimos sin tenerlo integrado. Los hombres tendemos naturalmente a creer que la realidad, lo mismo que nuestras vivencias, está contenida del todo dentro del marco de la polaridad; sin embargo, no es así porque la realidad, con dos de sus aspectos, se encuentra dentro de este marco, pero con un tercer aspecto, se encuentra más allá de él. Por esto la irrealización es una situación natural para nosotros: porque la realidad, con uno de sus aspectos, se encuentra más allá de nuestro marco de vivencias, y esto implica que vivimos sin una parte de la realidad.

En la realidad se puede distinguir entre inmanencia y trascendencia: inmanente es todo cuanto la realidad contiene en la medida en que está incluida en la polaridad: son inmanentes los aspectos exterior y subjetivo, así como todas las realidades que forman parte de ellos (estados internos). Trascendente es todo cuanto la realidad contiene en la medida en que, en lugar de estar incluida dentro de la polaridad, la rebasa. Tanto la psicología transpersonal como la metafísica han investigado estructuras de la mente y de la realidad que no son ni subjetivas ni exteriores y que por ello son trascendentes. Al tercer aspecto de la realidad (x) se le puede aplicar con propiedad el adjetivo trascendente.