Metafísica, Teología y Falacias: Conceptos Filosóficos
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Metafísica
Son 2 corrientes filosóficas que difieren en su concepción de la realidad y el conocimiento. La metafísica espiritualista es una corriente filosófica que sostiene que la realidad y el conocimiento se basan en un mundo que va más allá de lo perceptible por los sentidos, como son las ideas o dios. Esta corriente afirma que hay una realidad del espíritu, que da sentido a la materia y que hay algo espiritual. Considera que la realidad puede ser entendida y explicada a partir de una instancia superior que da razón de ella. En resumen, la metafísica espiritualista es una corriente filosófica que se enfoca en la existencia de un mundo espiritual que va más allá de lo material. Por otro lado, la metafísica materialista es una corriente filosófica que defiende que la realidad y el conocimiento tienen un fundamento material que no se escapa de la realidad sensible. En resumen, la metafísica materialista se enfoca en la realidad material y fundamenta la realidad y el conocimiento, mientras que la metafísica espiritualista se enfoca en la existencia de un mundo espiritual que da sentido a la realidad y el conocimiento.
Teología
Teología: Es una disciplina que estudia la naturaleza de Dios y sus atributos como el conocimiento que tiene el ser humano sobre la divinidad. El término proviene del griego Dios y estudio. Las ramas de la teología incluyen la teología natural o racional que aborda el problema de Dios en sus aspectos puramente filosóficos, sin considerar las creencias religiosas. Se considera que Aristóteles es el fundador de la teología racional. También está la teología dogmática y revelada moral, la dogmática o revelada aborda la idea de Dios desde el punto de vista de la religión de referencia, las Sagradas Escrituras, las verdades de la fe, los dogmas, consagrados por la tradición, etc.
Cristianismo y Dios aristotélico
La centralidad de la idea de Dios en la Filosofía occidental se debe principalmente a Aristóteles y al Cristianismo. La irrupción del Cristianismo se dio en pleno auge del mundo romano, que había heredado de Grecia tanto su tradición filosófica como su religión politeísta. El Cristianismo nació como una escisión del Judaísmo a partir de la vida y predicación de Jesús. Tras su ejecución en la Cruz, la propagación del Cristianismo por todo el Imperio se produjo de forma rápida y clandestina. El punto de inflexión se produjo a lo largo del S.IV: Año 313: el emperador romano Constantino se convierte al Cristianismo y lo legaliza mediante el Edicto de Milán. Año 325: Constantino convoca junto al Papa y los obispos el Concilio de Nicea, donde se define el núcleo doctrinal de la fe cristiana. Año 380: el emperador Teodosio hace del Cristianismo la única religión oficial del Imperio romano mediante el Edicto de Tesalónica, dando origen a una tradición de pensamiento milenaria marcada por la unión entre Filosofía y Cristianismo. El pensamiento cristiano está muy influenciado por el Dios ideado por Aristóteles. Tiene características fundamentales que lo diferencian. A diferencia del Primer Motor Inmóvil aristotélico, el Dios cristiano: Es un Dios creador. Para Aristóteles, el mundo es eterno y no ha sido creado por nadie. Es omnipotente. En virtud de su omnipotencia, fue capaz de crear el mundo y de encarnarse en la figura de Jesucristo. En Aristóteles, Dios no tiene poderes ilimitados, sino que cumple unas funciones específicas. Es omnisciente. Lo sabe todo y por tanto conoce el mundo, pues es una creación suya. Es un Dios personal. Tiene cualidades antropomórficas como bondad, sabiduría, voluntad, etc., en un grado máximo de perfección.
Falacias
Falacias: Son argumentos incorrectos y engañosos que pueden ser utilizados con la intención de persuadir o manipular a los demás. Las falacias son razonamientos no válidos o incorrectos que parecen ser correctos. Existen diferentes tipos de falacias: Las formales son aquellas que violan una de las leyes de la deducción lógica aparentando cumplirla. Estas falacias presentan un error en el procedimiento lógico de la estructura de la argumentación. Algunos ejemplos de falacias formales son AFIRMACIÓN DEL CONSECUENTE. Se trata de un modus ponens al revés. Si tenemos como premisas un condicional y su consecuente, se pretende derivar el antecedente. Ej: cuando el niño tiene hambre siempre llora. El niño está llorando. Esto quiere decir que tiene hambre (Incorrecto: puede llorar también por otros motivos). NEGACIÓN DEL ANTECEDENTE. Se trata de un modus ponens al revés. Si tenemos como premisas un condicional y la negación de su antecedente, se pretende derivar la negación de su consecuente. FALSO DILEMA. Ocurre cuando una disyunción se presenta como dicotómica cuando en realidad debería presentarse como una disyunción múltiple de más de 2 términos. DISYUNCIÓN EXCLUSIVA. Es una modalidad del falso dilema: consiste en presentar una disyunción normal o inclusiva, donde ambos términos no pueden ser falsos a la vez pero sí verdaderos a la vez. PETICIÓN DE PRINCIPIO. Consiste en la construcción de un argumento circular donde lo que se tendría que demostrar ya se está dando por supuesto. Ej: "Las políticas de izquierdas son más justas, ya que la derecha se opone a ellas". GENERALIZACIÓN ABUSIVA. Consiste en la formulación de un juicio general o universal.
Las informales son aquellas que presentan un error en el procedimiento lógico de la estructura de la argumentación, pretenden persuadir al interlocutor incluyendo elementos no pertinentes o irracionales. Algunos ejemplos de falacias informales son. AD HOMINEM. Es la más común: consiste en impugnar un argumento no por lo que dice, sino por quién lo dice. Vulnera los principios de pertinencia y de impersonalidad. AD POPULUM. Consiste en sostener la verdad de una posición porque es la opinión de "la mayoría". AD IGNORANTIAM. Consiste en defender la verdad de una posición apelando a la incapacidad de demostrar la posición contraria, invirtiendo la carga de la prueba, que obliga a demostrar a quien afirma algo, no quien lo niega. AD BACULUM. Consiste en emplear la coacción o la amenaza para imponer al interlocutor una posición determinada. AD HITLERUM. Consiste en identificar las posiciones del oponente dialéctico con alguna figura histórica cargada de connotaciones negativas y, a ser posible, criminales. AD VERECUNDIAM. Consiste en asumir que un argumento es verdadero porque lo ha suscrito alguien a quien suponemos un prestigio moral o intelectual que le impediría estar equivocado. HOMBRE DE PAJA. Consiste en deformar, exagerar o caricaturizar las posiciones del oponente dialéctico para ganar una discusión.
La retórica, la oratoria y la dialéctica
La retórica, la oratoria y la dialéctica son conceptos relacionados con el arte de la comunicación y la persuasión. Estos conceptos se originaron en la antigua Grecia y han sido objeto de estudio y debate a lo largo de la historia. La retórica es una disciplina que se enfoca en el arte de persuadir a través del discurso. Se dice que la retórica es "el arte del bien decir" o "la habilidad técnica para expresarse de la forma adecuada" ya que cuenta con un sistema de herramientas y técnicas para expresarse de la mejor manera posible. La retórica se configura como un sistema de procesos y recursos que actúan en distintos niveles en la construcción de un discurso. La dialéctica es una técnica que busca descubrir la verdad mediante la confrontación de argumentos contrarios entre sí. En la antigüedad, se entendía como el arte de descubrir la verdad gracias a la discusión, poniendo de relieve y eliminando las contradicciones del pensamiento. La dialéctica reestructura nuestro pensamiento sobre la realidad reemplazando la noción del sentido común de 'la cosa' por una noción donde la cosa tiene una existencia relacional. En resumen, la dialéctica es una práctica metodológica de los debates y controversias filosóficas cuya característica central es la confrontación de 2 argumentos contrarios para llegar a una verdad.