Metafísica y Conocimiento Científico Según Kant: Un Enfoque en la Crítica de la Razón Pura

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La Metafísica y la Ciencia Según Kant

Según Kant, la metafísica se encontraba en una situación de inferioridad respecto a las otras ciencias por dos motivos. El primero es que, mientras las ciencias progresan continuamente apoyándose en lo realizado con anterioridad, la metafísica avanza dando palos de ciego, retrocediendo y debatiendo problemas ya planteados por Platón y Aristóteles. El segundo motivo es que los científicos se ponen de acuerdo entre ellos, mientras que los filósofos se llevan constantemente la contraria. En consecuencia, Kant afirma que la metafísica no es una ciencia, y se pregunta si podrá llegar a serlo. En su obra Crítica de la Razón Pura, Kant cuestiona si la metafísica es posible como ciencia y, para ello, antes debe descubrir si es posible la propia ciencia. Kant no duda de que la ciencia sea un conocimiento fiable, sino que trata de descubrir por qué lo es. Kant tratará de identificar los elementos que conforman el conocimiento científico para compararlos con la metafísica; de esta forma, si los cumplía sería considerada como tal, y en caso contrario, no.

El Conocimiento Científico y lo A Priori

Según Kant, el elemento más básico del conocimiento científico es lo a priori: la necesidad (no puede ocurrir de otra manera) y la universalidad (siempre ocurre del mismo modo). Las leyes científicas tienen validez universal y expresan la existencia de una relación necesaria en la naturaleza. Además, para Kant, en este conocimiento se dan dos condiciones: unas empíricas (información de los sentidos, que viene de fuera de la mente), y otras internas al individuo, impuestas por la mente humana a la información que procede del exterior. Estas últimas son los elementos a priori, elementos que Kant pretende encontrar y definir; es decir, el objetivo de Kant era averiguar qué hay de a priori en los conocimientos de la matemática y la física.

La Revolución Copernicana en la Metafísica

Analizando la matemática y la física, Kant se da cuenta de que encontraron el camino de las ciencias tras una revolución, un cambio de método. Plantea entonces la hipótesis de que la metafísica no haya encontrado el camino correcto para convertirse en ciencia, y propone aplicar el cambio de método en ella, un giro copernicano, tal y como lo denomina Kant. Por ello, Kant somete a la metafísica a un análisis racional, a una crítica para saber si es ciencia o no, extrayendo como resultado que podemos pensar en ella de dos maneras.

Teoría del Conocimiento o Idealismo Trascendental

La primera parte de la metafísica es lo que Kant denomina “Teoría del conocimiento” o “Idealismo trascendental”, que sigue el camino de la ciencia estudiando el conocimiento humano mediante la experiencia y buscando qué hay de a priori en él (lo trascendental). Sin embargo, la segunda parte, las ideas de Dios, Alma y Mundo (metafísica tradicional), no ha encontrado el camino de la ciencia, ya que no cuenta con la participación de la experiencia.

La Crítica de la Razón y la Minoría de Edad

El pensamiento de Kant, y su creencia de que existe la necesidad de llevar a cabo una crítica de la razón, surgen por dos motivos. El primero es que la mayor parte de la sociedad se encuentra en una situación de “minoría de edad”, es decir, vive de un modo no ilustrado, dominada por prejuicios y tradiciones y sin conocer la verdadera libertad, que es lo que otorga la razón. El segundo motivo son las interpretaciones antagónicas acerca de la razón que a lo largo de la historia han dado:

  • Racionalistas: la razón, por sí sola, es capaz de conocer la verdad y explicar la realidad.
  • Empiristas: el conocimiento se reduce a la experiencia.
  • Irracionalistas: el sentimiento es la única fuente de conocimiento.

En consecuencia, Kant considera imprescindible realizar una crítica a la razón, para averiguar cómo se produce el conocimiento científico y cuáles son sus límites, y determinar si la metafísica, que no es ciencia, podría llegar a serlo alguna vez.

El Giro Copernicano y las Facultades del Conocimiento

Al analizar la matemática y la física, se da cuenta de que encontraron el camino de la ciencia tras un cambio de método, y propone aplicar dicho cambio a la metafísica con el fin de averiguar si puede llegar a ser una ciencia. Esta revolución es lo que Kant conoce como un “giro copernicano” en el conocimiento: mientras racionalistas y empiristas al estudiar el conocimiento centraban su atención en el objeto que se conoce, Kant centrará su atención en el sujeto que conoce, ya que es él quien recoge, elabora y estructura los datos empíricos, dando lugar al conocimiento; el sujeto es, para Kant un elemento activo en el proceso. El conocimiento para Kant consta, pues, de dos elementos: el material, que son los datos empíricos que varían de una situación a otra; y el formal, que son las condiciones trascendentales, universales y a priori aportadas por la razón, que permiten elaborar los datos empíricos, dando lugar al conocimiento. Kant tratará de averiguar cuáles son estas condiciones que permiten el conocimiento científico para establecer los límites del mismo, y para determinar si la metafísica se encuentra dentro de ellos.

Las Tres Facultades del Conocimiento

En esta tarea, Kant analiza tres facultades del conocimiento: sensibilidad, entendimiento y razón.

1. La Sensibilidad

La sensibilidad es la facultad pasiva por la cual recibimos las impresiones sensibles a través de los sentidos. Estos datos son estructurados y elaborados por la razón, mediante el elemento formal propio de la sensibilidad: espacio y tiempo. Estas condiciones trascendentales son “formas a priori de la sensibilidad”, que se forman al margen de ella y que nos permiten conocer; son también “intuiciones puras”, conceptos vacíos de contenido que no elabora el entendimiento. De esta forma de elaboración, que permite localizar las impresiones sensibles en el tiempo y en el espacio, surge el fenómeno. Kant analiza la sensibilidad en la “Estética Trascendental”, donde afirma que la matemática es una ciencia por elaborar juicios sintéticos a priori basados en el espacio y en el tiempo. Sin embargo, para Kant, el fruto de la sensibilidad es, simplemente, la percepción.

2. El Entendimiento

Para dar lugar al conocimiento intelectual, el entendimiento tiene que recoger los fenómenos (elemento material), y reelaborarlos y estructurarlos mediante dos tipos de conceptos (elemento formal): conceptos empíricos (a posteriori), procedentes de la experiencia sensible mediante la generalización y la abstracción; y conceptos puros o categorías (a priori), vacíos de contenido y situados al margen de la experiencia sensible, que se aplican a los fenómenos. Esto lleva a Kant a distinguir dos conceptos: el fenómeno (lo que se muestra a nuestros sentidos) y el noúmeno, la “cosa en sí” (realidades de las que no tenemos experiencia sensible, de modo que las podemos pensar pero no conocer). Kant analiza la facultad del entendimiento en la “Analítica Trascendental”, donde afirma que la física es una ciencia por emplear juicios sintéticos a priori basados en las categorías.

3. La Razón

Por último, en la “Dialéctica Trascendental” Kant analiza la razón, facultad de lo incondicionado, pues busca la condición última del conocimiento. Según Kant, la razón va más allá de la experiencia sensible, y al mezclar distintas categorías elabora ideas o juicios universales, “ideas englobantes” que unifican todo el conocimiento. Estas ideas son: alma (engloba los fenómenos internos), mundo (engloba los fenómenos externos), y Dios, causa del alma y del mundo, que lo engloba todo. Kant afirma que estas ideas universales son noúmenos, “puros entes pensados”, ya que no tenemos ningún conocimiento científico de ellas; podemos pensar en ellas, pero no conocerlas. En consecuencia, si no se puede obtener un conocimiento científico de estas ideas, y dichas ideas son objeto de la metafísica, la metafísica jamás podrá ser una ciencia. Tras ello, la metafísica quedará relegada al ámbito de la razón práctica (moral).

La Utilidad de la Crítica de la Razón

A continuación, Kant se pregunta sobre la utilidad de esta crítica de la razón, y reconoce que a primera vista puede resultar negativa, pues restringe el conocimiento científico al ámbito de la experiencia sensible. Sin embargo, afirma que su utilidad también es positiva, pues acaba con los obstáculos con los que antes se encontraba la razón práctica y logra que la razón teórica (ciencia) vuelva a encargarse únicamente de su campo. Esta es, precisamente, la conclusión final de la Crítica de la Razón Pura, la distinción entre los ámbitos de la razón teórica y la razón práctica, así como la delimitación de la ciencia a la experiencia sensible y su separación del ámbito de la moral.

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