Mente y Cerebro: Teorías, Interacción y Estructura Psíquica según Freud

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MENTE Y CEREBRO: Existe una estrecha dependencia entre la mente y el cerebro, puesto que el cerebro es el sustrato material orgánico de la mente. Sin cerebro no puede haber actividad mental. Existen varias teorías sobre la relación entre los fenómenos mentales y la actividad biológica del cerebro.

Teorías sobre la Relación Mente-Cerebro

  1. Teoría de la identidad: Defiende que la actividad mental es reductible a la actividad neurológica del cerebro.
  2. Teoría del mentalismo eliminativo: Niega la existencia de fenómenos mentales y sostiene que toda identificación o reducción de los estados mentales a estados neuronales debe conducir necesariamente a una eliminación de los primeros.
  3. Teoría del materialismo ocasional: Admite el carácter irreductible de lo mental y propone una forma débil de materialismo no reduccionista. Cada estado mental se correspondería con un estado neuronal y es idéntico a un estado cerebral.

La Mente como Propiedad Emergente

La mente es, en los seres humanos, una propiedad emergente; es decir, un sistema más complejo que la suma de las partes de las que procede, no es predecible a partir de los mecanismos de funcionamiento elemental de estas partes. La mente es una entidad única e indivisible. La actuación global del cerebro supone la interacción coordinada de las diferentes estructuras que lo integran; así, toda forma compleja de comportamiento depende de la actuación conjunta de mecanismos específicos del sistema.

Estructura de la Personalidad según Freud: Ello, Superyó y Yo

Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, propuso un modelo de la mente dividida en tres instancias:

  • Ello: Freud llama así al inconsciente, el ámbito de los impulsos primarios, sexuales y agresivos, que solo quieren y buscan la satisfacción inmediata e incondicional. Esos impulsos producen fantasías, sueños o comportamientos neuróticos, a través de los que se consigue una satisfacción de tipo sustitutorio.
  • Superyó: Conjunto de normas y prescripciones sociales y morales que hemos interiorizado durante la infancia en el proceso de nuestra educación. Es la instancia moral que presiona sobre el yo exigiéndole el control de los impulsos del ello y el cumplimiento de las obligaciones y prohibiciones sociales interiorizadas. La autoridad moral también está dentro de nosotros como fuerza de contención y represión.
  • Yo: Es solo una pequeña parte del psiquismo del individuo, la conciencia. El yo es el escenario de una lucha continua entre tres frentes: el ello, el superyó y las exigencias de la realidad. La lucha la inicia el principio del placer, cuyo deseo de satisfacción choca con las prohibiciones morales del superyó y con el principio de la realidad.

La Función del Yo y el Psicoanálisis

La función del yo en este conflicto es activar el juicio y la decisión voluntaria para actuar como árbitro consciente y racional en esta lucha. Cuando el conflicto no se resuelve por la acción de la conciencia, interviene la presión para hundir el problema en el inconsciente. Freud lo resume en esta frase: “El principal objeto del psicoanálisis es ampliar y reforzar el ámbito del yo a costa del ello y el superyó”.

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