Maurice Béjart: Legado y Revolución en la Danza del Siglo XX
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Maurice Béjart: Un Innovador de la Danza
Maurice Jean Berger, conocido artísticamente como Maurice Béjart (en honor a la mujer de Molière, dramaturgo francés al que admiraba), fue un gran renovador de la danza del siglo XX. Nació en Francia en 1928 y falleció en Suiza en 2007. Su padre, el filósofo y escritor senegalés Gastón Berger, lo inscribió en una escuela de baile a los trece años por consejo médico para superar una enfermedad. Comenzó sus estudios en Marsella y los continuó en París y Londres, influyendo notablemente en los bailarines más jóvenes.
Además de bailarín, coreógrafo y director, Béjart fue escritor, autor de obras como: Mathilde, Béjart par Béjart y Cartas a un Joven Bailarín. Su signo distintivo fue su visión innovadora. En 1973 se convirtió al Islam, una conversión que impregnó su obra de una dimensión mística. En 1995, fue nombrado miembro de la Academia Francesa.
Carrera Artística
La trayectoria de Béjart incluye:
- Teatro Municipal de Vichy (Francia, 1945)
- Ballets de París de Ronald Petit (Francia, 1947-1949)
- International Ballet de Mona Inglesby (1 año)
- Real Ballet Sueco (1950-1952)
- Les Ballets de l’Étoile (Jean Laurent, 1953)
- Ballet Théâtre de M. Béjart (director, 1957)
- Ballet du XXe Siècle = Teatro Real de la Moneda de Bruselas (1960-1987). A partir de 1987, Ballet Béjart de Lausana.
Legado Pedagógico: Las Escuelas de Béjart
Su vocación pedagógica lo llevó a fundar escuelas:
- Mudra, Bruselas (1970) y Dakar (1977). (Inspirada en las manos de las religiones hindú y budista, con diversas funciones y simbologías).
- Rudra, Suiza (1992).
Estilo y Filosofía de la Danza
El estilo de Béjart se caracterizó por su eclecticismo y apertura a diversas corrientes, géneros y concepciones, combinando de manera homogénea la tradición clásica y moderna, el jazz, las acrobacias circenses y las filosofías orientales. Para Béjart, la danza fue el arte fundamental del siglo XX, promoviendo una cultura globalizada. Se dejó influenciar por los movimientos vanguardistas de Occidente, transformando el espíritu libre y contestatario en un código expresivo y estético personal y universal.
A partir de los Ballets Rusos de Diaguilev, se puede hablar de un estilo contemporáneo de ballet creado por Béjart.
Obras Destacadas
Béjart creó más de 200 coreografías, expresando su pasión por los viajes y el mestizaje.
Entre sus obras más destacadas se encuentran: La consagración de la Primavera (Stravinski, 1959), El pájaro de fuego (Stravinski, 1970), Nijinsky, clown de Dios (Tchaikovski y Henry, 1971) y Kabuki (Mayuzumi, 1986). Especialmente relevantes fueron La consagración de la Primavera y Sinfonía de un hombre solo (1959).
Características de su Obra
Las obras de Béjart se distinguen por su facilidad en trabajos grupales grandes, desplazamientos de masas en el escenario y una fuerte utilización de elementos masculinos. No son temáticas o anecdóticas. En la abstracción teatral, reflejaba su concepción personal del mundo, sus inquietudes intelectuales y humanas. En este sentido, Béjart y su danza se proyectaron más allá del concepto de danza pura. Sus experiencias en el teatro, la ópera y la literatura contribuyeron al surgimiento y desarrollo de un discurso escénico particular.
La Danza como Revolución Social
Su concepción sobre la función social del arte y de la danza como vehículo para una revolución, más ética que artística, así como su obsesión por hacer el ballet accesible a las masas, son postulados inflexibles. Béjart sorprendió por la originalidad al utilizar un lenguaje académico de danza aplicado a planteamientos de absoluta e inquietante contemporaneidad.
Sacó la danza de las salas de ópera para llevarla a los Palacios de Deporte, Juegos Olímpicos y Festival de Aviñón.