El Matrimonio Arnolfini de Jan van Eyck: Simbolismo y Realismo en la Pintura Flamenca

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No podemos encontrar mejor ejemplo que la obra de Jan van Eyck, Matrimonio Arnolfini (1434). Representa la ceremonia nupcial del banquero italiano Giovanni Arnolfini, establecido en Brujas, y su esposa Giovanna Cenami. Hasta el Concilio de Trento, el matrimonio se oficiaba por los contrayentes y, según la tradición, se celebraba en el dormitorio. Él se promete cogiendo la mano de la novia mientras levanta la otra con un gesto que indica juramento sagrado. Ahí estamos, invitados a la boda de un burgués al que habían hecho caballero.

Simbolismo Oculto en la Obra

El estatismo de la imagen nos hace sospechar que observamos algo más que una ceremonia privada. La iconografía convierte cada objeto en un símbolo:

  • Escenas de la Pasión de Cristo pintadas en el marco del espejo.
  • La araña de seis brazos con una sola vela, a pesar de que estamos a plena luz del día, significa la presencia de Dios que todo lo ve.
  • El perro representa la fidelidad y el servicio.
  • La fruta que hay junto a la ventana y sobre el arca recuerda el jardín del Edén.
  • El espejo es símbolo de verdad, el “ojo de Dios omnipresente”.
  • El que ambos personajes estén descalzos quiere decir que pisan suelo sagrado por la propia ceremonia.
  • La novia se recoge el vestido a la manera de las vírgenes antiguas simbolizando su virginidad.
  • El color verde del vestido representa la “viriditas”, la fertilidad de la naturaleza.

La posición dominante del hombre se muestra por la postura frontal y por su aspecto solemne. Nada ha quedado en el tema sujeto a improvisación alguna.

Características de la Escuela Flamenca

Igual ocurre con los aspectos formales: si no se hubiesen resuelto bien, tendríamos una acumulación de objetos visuales y no es ésta la sensación que produce el conjunto. Una a una se van cumpliendo las características generales de la escuela que antes apuntábamos.

  • Detallismo Extremo

    En primer lugar, destaca el detallismo que se lleva hasta el límite, desde los rostros hasta lo más nimio de la composición: del perro se ha representado cada uno de los pelos, los pliegues del cortinaje pueden contarse… El óleo y las veladuras han permitido este sorprendente resultado.

  • Creación de un Espacio Pictórico Veraz

    Un segundo aspecto es la creación de un espacio pictórico veraz. Ya no es una pintura plana, sino que representa las tres dimensiones, por lo que todos esos objetos que hemos señalado se insertan en un ambiente que parece real. Y lo hace real la representación de la luz. Penetra suavemente desde la ventana del lado izquierdo y liga sin brusquedad todos los ambientes, dando armonía a los componentes del cuadro. La sensación de profundidad no se consigue recurriendo al sombreado como en Giotto, sino por la degradación de la luz en el aire.

El Espejo: Un Portal hacia la Realidad

El suelo, la ventana, la cama, nos llevan con sus diagonales hacia el fondo, donde nos encontramos con el espejo cóncavo, situado en el centro de la habitación y en el que aparecen reflejados algunos detalles que están fragmentados en el resto de la pintura o, simplemente, no están, como dos personajes que se situarían en el lugar que ahora ocupa el espectador. La representación detallada y la valoración de la luz hacen que la imagen reproduzca la realidad y se dan la mano para conducirnos al Renacimiento.

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