Materialismo y Psicoanálisis: Fundamentos Filosóficos y la Teoría de Freud sobre el Inconsciente
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Materialismo: Una Perspectiva Filosófica
Mi interpretación filosófica más afín se acerca al materialismo, ya que en esta corriente el alma no existe como algo espiritual e independiente del cuerpo. Somos, esencialmente, materia. Los estados psíquicos, tradicionalmente atribuidos al alma, son dependientes del cuerpo y una continuación de sus funciones fisiológicas. Así, por ejemplo, La Mettrie afirma que toda actividad psíquica procede de las sensaciones y, por tanto, del cuerpo. Para Huxley y Clifford, la conciencia y sus estados se convierten en epifenómenos de los procesos orgánicos nerviosos. Para el materialismo, la materia es lo primordial; la conciencia y el pensamiento son consecuencia de esta, a partir de un estado altamente organizado.
Entre las razones que justifican mi elección está el rechazo al dualismo antropológico defendido por otras corrientes (Platón, cristianismo, Descartes). No creo en la existencia del alma como una entidad trascendente, separada e independiente del cuerpo. Para mí, la actividad psíquica se corresponde con los procesos cerebrales: nuestros pensamientos, emociones y deseos tienen lugar en nuestro cerebro.
El Psicoanálisis de Freud: Explorando el Inconsciente
El psicoanálisis es un método terapéutico desarrollado por Sigmund Freud. Consiste en que el terapeuta invita al paciente a hablar libremente sobre lo primero que se le venga a la cabeza y a relatar detalladamente sus sueños. El terapeuta escucha al paciente y, en ciertas ocasiones, hace algún comentario, pero no juzga ni da consejos; únicamente intenta que el paciente vaya aflorando recuerdos o sueños. A pesar de las críticas, el trabajo de Freud tiene valor como terapia. Aunque el discurso de los pacientes pueda parecer absurdo y sin importancia, con el tiempo, Freud descubrió que, a menudo, los relatos tenían un significado oculto. La investigación posterior sobre el significado de estos relatos lo condujo a una nueva y revolucionaria teoría acerca del funcionamiento de la mente humana.
El Inconsciente: La Parte Oculta de la Mente
Freud se dio cuenta de que en la personalidad humana había un fondo inconsciente al que no teníamos acceso a partir del pensamiento consciente. Lo representaba con el dibujo de un iceberg: una pequeña parte aflora (la conciencia), mientras que la gran mayoría permanece sumergida y oculta (el inconsciente). Esta parte oculta es la más decisiva en nosotros; es el escenario donde se encuentran nuestros deseos y nuestros verdaderos instintos, a los que no tenemos acceso racionalmente.
El Ello, el Superyó y el Yo
En el subconsciente, Freud identificó el "ello" y una parte del "superyó". El "ello" es la dimensión psicológica donde residen los deseos, impulsos e instintos que nos llevan a buscar el placer. El "superyó" es donde se interiorizan y guardan todas aquellas normas que se nos imponen desde la infancia; son los principios morales que nos fuerzan a actuar de una debida manera, esa conciencia que nos dice qué hacer o no hacer. Estos elementos del inconsciente tratan de escaparse de su "entierro" e influyen en lo que pensamos, decidimos y hacemos. A pesar de su carácter oculto, Freud consideraba al inconsciente una parte fundamental de nuestra mente. Los pacientes que se someten al psicoanálisis suelen tardar meses, e incluso años, en solucionar sus problemas. El lenguaje simbólico da satisfacción a las necesidades del subconsciente.