Entre Máscaras y Mentiras: Un Amor Hipócrita Revelado

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Lengua y literatura

Escrito el en español con un tamaño de 3,43 KB

Máscaras, Amor e Hipocresías

Inspirado en Mariana, pero no para ella.

¿Cuántas veces no he dicho que es verdad cada palabra que te escribo y te digo?

¿Cuántas de ellas habrás dudado o creído?

¿Y cuántas veces me has de desenmascarar?

Te he mentido las que creo suficientes, necesarias para mantenerte en mi interesada.

Yo te dije que tenías labios de rubí y piel de plata, y como esta es la última carta, entiende...

No es por culpa ni rencor, hoy mis palabras son claras y sin temor de sonar convincentes.

Y será para decirte lo que alguna vez supiste: que en parte me aburres y en parte eres musa plateada.

Tú me exiges verdad sabiendo que yo te mentiría; yo jugaba para complacerte y tú para entretenerte.

Yo no tengo ningún rencor contra ti, pero tú sí hacia mí. ¿Pero por qué, por mentirte y hablar a tus espaldas?


Dije cosas que no tendría objetivo repetirlas, pero lo que te decía en verdad fueron las que decidiste mejor darlas por perdidas.

Yo quería darte mi corazón, pero no querías esa prisión. Eso es lo que tú decías, yo sé que a otro le perteneces aún.

Y no estoy ofendido por nada de eso, pero eras tú la que mentía todo el tiempo.

Primero eras lista, linda y con cerebro, muy manipuladora y fría, era yo tu preso, pero después te vendiste a muchos precios.

Fuiste tú, fui yo, sencillamente fue algo superior.

Y ahora no busco que vuelvas, pretendo que sea algo veraz.

Y es que yo con mis mentiras te quise, fue amor hipócrita y real. Nunca pude ver si en verdad eras feliz o triste, siempre nos mentiste.

Me dejaste de agradar cuando no supiste en verdad quién eras e imitaste lo que viste en caricaturas japonesas.

Sabías que eras mi dorada musa, y me dolió ver que ya no lo eras.

Cuando te perdí, perdí algo importante de mí, y no es algo egoísta, siempre te di recompensas.

Yo buscaba tus manos y tu voz.

Te odié por querer amarte y saber que tú no querías eso.

Escapabas del compromiso y te encadenabas al abismo.

Sabía que no me querías como yo te quería, y no te culpo de nada, sino al contrario.

Agradezco que me mostraras mis espejismos y me mostraras mi ser amargo y mi yo agrio.

Tú me mentiste diciendo que querías la verdad.

Siempre he creído que hay marfil debajo de tu maquillaje, pero siempre te has preocupado tanto por tu imagen.

Pero a mí me decías que nada te importaba y que todo eso era superficial y tonto, que no querías nada de oro.

Y ahora vistes paños de seda y no limitas en adornos.

Sé que lo "nuestro" fue un juego, y nunca me buscaste, pero te lo agradezco sincero, porque aprendí sobre mi ego.

No me perdones ni me vuelvas a hablar, mi amor hipócrita no cambiará, y siempre tendré nuevas máscaras.

Lo que dije a tus espaldas fue que antes te admiraba y después te volviste pesada y aburrida.

Pero fue cuando yo te dejé de gustar, te transformaste en algo que no eras tú, y conmigo te volviste igual, igual como lo eras para los demás.

Y por último, escúchame.

Gracias por besarnos.

A tus labios, como yo, nadie sabrá apreciarlos.

Los amarán más que yo, los necesitarás aún más y se los ofrecerás más gustosa.

Pero seré el único en poder olvidar y componer seis poesías sobre tus rubíes y su veneno.

Olvídame y olvida esto.

Entradas relacionadas: