Marx: Emancipación Humana, Alienación y la Transformación de la Sociedad
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La Filosofía de Marx: Hacia la Verdadera Emancipación Humana
Karl Marx aspiraba a que los seres humanos alcanzaran una libertad genuina. Afirmaba que los filósofos, hasta entonces, se habían limitado a interpretar el mundo de diversas maneras, pero que la verdadera tarea consistía en transformarlo, no solo en interpretarlo.
Marx se fundamenta en las ideas de Hegel, quien sostenía que la forma en que nos relacionamos con los demás es determinante para la creación de sociedades. La política marxista se despliega en dos dimensiones fundamentales: la crítica y la constructiva.
El Ser Humano y la Libertad en la Visión Marxista
Para Marx, el ser humano se define como un ser histórico. A nivel fenoménico, el ser humano es libre, y esta suposición de libertad es crucial para que la moralidad tenga sentido.
Según Hegel, la humanidad ha ido ganando libertad a medida que el tiempo ha transcurrido. Sin embargo, Marx se opone a esta noción, argumentando que lo único que ha sucedido es un cambio en el "ropaje" de la esclavitud. Seguimos siendo esclavos, pero de una forma diferente; no hemos ganado libertad, solo hemos modificado las ideas que nos encadenan.
Para Marx, solo existe la materia. Lo material se define como el conjunto de elementos que los seres humanos constituyen en cada época histórica para satisfacer sus necesidades naturales.
La Alienación Marxista: Desentrañando la Esencia Humana
Marx profundiza en la esencia del ser humano y llega a la conclusión de que el hombre inventa su propia esencia a través del trabajo. A este proceso lo denomina enajenación, la cual puede derivar en una cosificación. Esto ocurre cuando alguien se apropia del fruto del trabajo ajeno, y el trabajador deja de sentirse identificado con su propia creación.
Cuando el trabajo no pertenece al trabajador y este pierde su esencia, Marx lo llama alienación. Además, Marx analiza cómo se produce esta alienación y la clasifica en tres tipos principales:
Tipos de Alienación
Alienación Económica
Es la forma más importante de alienación y está intrínsecamente ligada a los medios de producción. Dentro de esta alienación económica, surge primero la alienación del producto: el trabajador se convierte en esclavo de su propio producto, el cual ya no le pertenece. Como consecuencia, el trabajador tiende a huir lo máximo posible de su trabajo y no se identifica con el producto de su labor.
Alienación de la Especie
Como resultado de la alienación económica, se produce una alteración de la naturaleza genérica humana. Las necesidades genéricas se transforman en necesidades verdaderamente naturales; nuestras necesidades primitivas se convierten en un objetivo en sí mismo, en lugar de ser algo inherente a nuestra existencia inicial.
Alienación de la Sociedad
A raíz de las alienaciones anteriores, surge la alienación de la sociedad. El producto del trabajo le es ajeno al trabajador, pues pertenece a otro hombre, el capitalista, quien no participa directamente en la producción. De esta forma, surgen en la sociedad dos clases antagónicas:
- Los verdaderos trabajadores: el proletariado.
- Los que se apropian de la mercancía y explotan el trabajo: la burguesía capitalista.
Según Marx, estas clases han estado presentes a lo largo de la historia, aunque bajo diferentes formas. La única vía para resolver este desequilibrio es la revolución, que debe acabar con la propiedad privada para que el hombre recupere una vida verdaderamente humana.
Otras Formas de Alienación
Más allá de la alienación económica, Marx identifica otras formas:
Alienación Política
Se manifiesta en la declaración de derechos y libertades que, aunque teóricamente afectan a todos por igual, en la práctica no llegan a todos. Persisten las injusticias, y solo las clases altas pueden acceder a los altos cargos políticos, actuando en función de sus propios intereses.
Alienación Ideológica (incluida la Religiosa)
La alienación no se limita a los planos económico y político, sino que también se extiende al plano ideológico, como en el caso de la alienación religiosa. En este ámbito, quien controla los medios de producción impone simultáneamente sus ideas a los demás. Por ello, para transformar la sociedad, es imperativo confrontar a esta clase dominante, a la cual le interesa mantener un determinado discurso religioso para someter al pueblo, impidiéndole así percibir sus propias cadenas. Este patrón se repite con la filosofía y las demás artes, que forman parte de la superestructura social.