Mariano José de Larra, Teatro Romántico y Realismo-Naturalismo en el Siglo XIX
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Mariano José de Larra (1809-1837)
Mariano José de Larra (1809-1837) vivió en el exilio y tuvo una formación sólida y cosmopolita. Buscando la mejora del país, defendió y propagó sus ideas a través de sus artículos periodísticos. El estilo de la prosa periodística de Larra es claro y directo. Emplea la ironía, un léxico sencillo y un tono amargo y pesimista.
El Teatro Romántico
Los autores del teatro romántico se inspiraron en el teatro español del siglo XVII. Entre los rasgos formales, destacan el empleo del verso, la sustitución de los actos por jornadas y el rechazo de las tres unidades. En cuanto a los aspectos temáticos, sobresalen los asuntos de origen medieval y los relacionados con el honor.
El héroe y la heroína del drama romántico se convierten en símbolos de la libertad porque desafían las normas sociales y luchan por el sentimiento amoroso, aunque su destino siempre sea adverso. Ejemplos: La conjuración de Venecia, de Francisco Martínez de la Rosa; El trovador, de Antonio García Gutiérrez; Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas.
En la denominación de drama romántico, el rasgo más importante es la mezcla de lo trágico y lo cómico. El constante cambio de los escenarios, en los que se desarrolla la acción, dota al teatro romántico de un gran dinamismo. Lleno de expresiones desgarradas y de gestos exagerados, se le considera un teatro poco verosímil.
Duque de Rivas
Ángel de Saavedra, el Duque de Rivas, sufrió el exilio político. Al regresar a España, incorporó a su obra temas históricos, las descripciones costumbristas y las situaciones misteriosas originadas por la fatalidad.
La obra dramática más famosa es Don Álvaro o la fuerza del sino. Está escrita en prosa y en verso, y en ella se concentran todos los ingredientes formales y temáticos del drama romántico.
Realismo y Naturalismo
Realismo
El Realismo fue un movimiento artístico de la segunda mitad del siglo XIX. Su principal rasgo es su oposición a los temas subjetivos y fantásticos del Romanticismo. Los argumentos se basan en la vida cotidiana y los cambios sociales, culturales, políticos y económicos: la industrialización y los avances científicos y tecnológicos.
Naturalismo
Las obras realistas se consideran naturalistas cuando explican las tipologías humanas y sus actuaciones como resultado de la herencia genética o de la influencia del ambiente. Los escritores imitan la actividad de los científicos: observan y analizan la sociedad y ofrecen datos obtenidos para sacar conclusiones. La objetividad total no se consigue: una conservadora, la religión, y otra progresista que denuncia tareas de la sociedad.
El género narrativo fue el que más se desarrolló y el que mejor expresó los escritores realistas y naturalistas. El teatro y la lírica no experimentaron el proceso de renovación y conservaron algunos rasgos románticos.